Conocí a Percy Hinostroza a fines
de los ochenta e inicios de los noventa. El todavía imberbe Percy firmaba como
“Garfield” sus primeros poemas y se instruía en el manejo del buen verso en los
talleres del Museo de Arte de Lima, en Paseo Colón. Ahí lo conocí junto a
Manuelito Meza, que era su inseparable amigo. Los dos eran unos niños o
cuasiadolescentes. Y los invité a formar parte de la Asociación de Poetas
Aedosmil que quedaba en la misma ANEA del jirón Puno, en el centro de Lima.
Desde que llegó a Aedosmil
siempre fue una voz importante y disidente. Ahí hicimos mucho trabajo
literario, recitales en sindicatos, en universidades, en penales y pueblos
inaccesibles donde se llegaba a lomo de bestia y donde no llegaba ninguna
autoridad, y, mucho menos, la cultura. También, recuerdo, hicimos un gran
recital en la Parada con megáfono en mano, junto a los locos, drogadictos y
ladrones, que nos perseguían no por nuestros poemas, sino para robarnos, pero
solo llevábamos luz y eso era imposible de robar.
Cuando las cosas se pusieron
difíciles para este país, muchos poetas de nuestra Asociación decidieron viajar
lejos: Alfredo Cárdenas y César Días se fueron a España. Silvia Vidalón radicó
en muchos países de europa y Percy se
fue a Francia por muchos años. Cabe resaltar que Julio Chiroque Payco, el poeta
enorme de Los Gallos Vigilantes, murió arrollado por un tren, en 1991 si más no
recuerdo. Y Manuelito Meza, gran admirador de Julio Cortázar y que siempre me
acompañaba a mi casa para seguir hablando de poesía, decidió ponerle fin a su
vida, después de publicar su primer y único libro: Voz en Off. Y hace poco nomás,
otro de los baluartes de Aedosmil y también director de Temática Editores
Generales (y editor de mi novela Matagente), Jorge Obando, murió avasallado por
un cáncer terminal.
Después de su regreso de europa,
en los 2000s’, Percy ya no se hacía
llamar “Garfield”, sino “El Flu” y vino con un renovado espíritu combativo y
empezamos a activar diversos colectivos, tanto literarios como de ayuda
humanitaria. Así Percy tomó la dirección de Aedosmil y armó el colectivo “Cocachado”
con poetas de san Marcos y otras universidades. Conmigo conversaba seguido y
cuando le pedía que me apoye en algunos proyectos, él siempre estaba presente.
Ya sea para repartir libros o simplemente para llevar alimentos o comida a los
hambrientos porque, como siempre decíamos, la letra no puede entrar sin comida.
No había de otra. Percy puso el hombro y economía de su bolsillo, sin que nadie
se lo agradeciera y más bien por esta y otras razones, muchos otros colectivos
lo empezaron a odiar y levantaron falsas denuncias en su contra. Porque así es
este país de cartón piedra llamado “Perú” donde el odio es cosa natural y ayuda
a crear famas ficticias y ponerle “like” a gente miserable que no es capaz de
mover un dedo por su prójimo.
Percy practicaba también deportes
de contacto: judo y karate y no se amilanaba ante nadie. Juntos salimos de
varias grescas y también lo vi defenderse a él solo contra varios. Mente sana
en cuerpo sana era parte de su discurso. Así como el “todo fluye” que había extraído
de los conceptos de Parménides y Heráclito, nada está quieto todo fluye y nadie
puede bañarse dos veces en un mismo río.
Quizá por esta metáfora, Percy
siempre se acercaba a los ríos para mirar sus cauces, para medir su hondura,
sus distancias y para recordarse a sí mismo que todo fluye, nada está estático.
Todo pasa. Y, por eso mismo, ayer, en la mañana, entró al río Monzón, sin
percatarse de que estaba entrando a una trampa y que, justo la zona donde
quería solazarse, era un remolino que se lo tragó sin darle tiempo de nada.
En este momento, en que escribo
esto, no hay más noticias sobre el cuerpo de Percy Hinostroza. Dos testigos que
intentaron salvarlo, incluso a costa de fenecer ellos mismos, aseguran que se
ahogó. El sub-oficial Jara, del cuerpo de rescate de la Policía Nacional, me
dice por teléfono, que el río Monzón demora dos o tres días para arrojar el
cuerpo y que, mientras tanto, seguirán con la búsqueda.
Muchos amigos extendieron la
cadena de solidaridad para localizar a sus pocos familiares que ya están
enterados de esta tragedia. También nos enteramos que su señor padre, murió
hace poco.
No sabemos si el cuerpo de
nuestro amigo Percy Hinostroza aparecerá o no. Y ahora escribir duele como
golpearse contra las paredes. Pero esto es la poesía, señores. La poesía de los
que escriben y viven la poesía. La poesía de los espíritus inquietos que, como Percy
Hinostroza, “Garfield” o “El Flu”, van llevando el mensaje necesario. Y porque
solo estamos de paso. Y a veces lo olvidamos.
Adiós, buen amigo, buen aliado. Siempre me escuchaste y te escuché. Incluso cuando nuestro otro amigo Obando estaba por morir, me dijiste: “Vamos a hacerle un homenaje, no lo podemos dejar morir en un hospital”. Y no sé cómo hiciste, amigo, para sacarlo del Hospital Militar casi cargándolo por encima de los militares que lo custodiaban y lo llevaste al homenaje que le hicimos en los libreros de Amazonas. Ese era el buen Percy. Un buen hombre con sus virtudes y sus defectos.
Muchos de sus libros han quedado
inéditos y su poesía escrita ahora relumbra en la oscuridad. «Dilema de
Alma» es uno de sus poemarios que estaba pronto a publicar. Te vas pero te
quedas con nosotros para siempre, buen Percy, “Garfield”, “El Flu”. Salud,
amigo. Seguro pronto haremos un recital al pie del río Rímac, río hablador. Y
leeremos tus poemas en voz alta para que se mezcle con el arrullo de las
piedras, la tierra y el agua que ahora te acoge.
Te vas pero te quedas con
nosotros para siempre, querido Percy, querido amigo.
Toda mi tristeza va con este escrito.
¡¡¡Honor
y gloria, poeta Percy Hinostroza!!!
POEMA DE PERCY HINOSTROZA
Mi cuerpo desnudo es cascada,
sereno viento
Invulnerable
Un enorme corazón de artista
Señora Madre Libertad
Salvadora
Ánima
Podemos escoger nuestro camino
Emerja tu brillante mano del
fuego
Corrija tu voz los caminos
dédalos del humo
O de mi propio laberinto.
Todos los bosques se incendian en
las áreas verdes de mis ojos.
Del poema «TODA LA CIUDAD SE
INCENDIA DENTRO DE MI CORAZÓN» (16-18-19 / Nov / 2016) de Percy Martín
Hinostroza Ramírez.