Cuando vi la foto suya en la portada del libro pensé que era más viejo de lo que decían, me quedé mirándola, el amigo chileno que regalaba el libro decía “no me vayan a decir que se parece a su héroe naval”. – ¡¡¡Jajajaja!!! – Irrumpieron las risas y los brindis dibujaron un paréntesis en la conversación.
Pensaba yo que es muy obvio ver la semejanza de los rostros cuando el amigo chileno amplió la información: “es y será el eterno poeta joven, se mató a los 32 años, a la misma hora en que nació”, detalle morboso que causó un inevitable interés. –“En todo caso no es su muerte sino su vida, continuaba Nico, y la vida están en sus escritos, en los poemas, en sus cartas, en todo lo que escribía, hasta en su curriculum vitae”.
Luego leer.
Leyendo los textos de Lira, tuve un puente tan claro que comprendí otra verdad. Los libros pueden ser también los mejores regalos. Muchas veces no solo se te regala un libro sino una obra. Se nos da una vida, no un verso.
Para ubicarnos digamos primero que Rodrigo Lira nació en 1949, el día 26 de un mes como este, en Santiago de Chile. Y que su vida siempre estuvo relacionada con la creación y empapada de su escenario natal, de la comuna de “Ñuñoa” (su barrio); desde esa cotidianidad y desde esos recursos inmediatos, Lira dispara su poesía hacia todo. Hacia el infinito.
Además fue un referente fiel a la época en la que vivió, terrible realidad de Pinochet y de la DINA en el poder (torturando, desapareciendo), él sin embargo siguió creando hasta donde era médicamente posible, porque luego venían las temporadas en los sanatorios, llevado por su frágil estado psicológico. Venía la inacción, tratamientos tan extremos como yoga o electroshock, para anular la desesperación.
Sería otro 26 pero esta vez de diciembre; 32 años después de su nacimiento pero a la misma hora, en que Rodrigo optaría por desangrarse.
Dice el gigante Enrique Lihn “Si el objeto de la poesía no fuera el de consolarnos y hacernos soñar, sino el de desconsolarnos, manteniéndonos desvelados, Rodrigo Lira tendría el lugar que le reserváramos en el Olimpo subterráneo de la poesía chilena, antes que en el escenario de la reconciliación.”.
Aquí algunos extractos de su obra.
GRECIA 907
De repente
no voy a aguantar más y emitiré un alarido
un alarido largo de varias horas
previamente –habrá que tomar precauciones-
habré electrificado mi balcón
cerrado la puerta con llave
(se me olvidaba que he de instalar una reja
en la ventana del baño)
sembrando mis paredes con amuletos fabricados
en noches de viernes a sábado
de tal manera que los tanques
queden atascados a varios cientos de metros de distancia
los pilotos de los jocker panthers
no puedan controlar sus lúpings y se estrellen
justamente encima de los camiones de soldados
que justamente habrán chocado con los tanques
que estarán atascados en el asfalto
que empezará a derretirse
a los pocos minutos
del alarido que emitiré cuando
no aguante más
(…)
Previamente
me habré mesado los cabellos y las barbas
las cejas, las axilas, los vellos pubianos
me habré dado largos baños de tina y extensas duchas
y cuando todo eso ya no baste
emitiré un largo y potente alarido.
Entonces
las ventanas del edificio Diego Portales
estallarán en varios miles de pedazos
llorarán las guaguas las monjas las doncellas y los ancianos
los profesores deberán suspender las clases
los teléfonos comunicaran con números equivocados
pero no importará porque nadie podrá hablar por teléfono
mi alarido impedirá que se escuche (…).
ELA, ELLE, ELLA, SHE, LEI, SIE
(…)
Todavía no le dirijo la palabra esta tarde andaba con una amplia blusa blanca
esa tarde llevaba calzones rojos por su periodo y lo arcaico de su receptor
de flujo
le salieron pecas con la primavera o esta última logró que al fin me percatara
Yo quería besarla sólo en la penumbra de la escalera del lado Este
-en el verano casi no se usa
y en la sala oscura para teatro cine escultura actos culturales y conferencias
hubo confidencias y algo más que un beso.
Después, bailaba, al medio del círculo conga conga que siga la milonga terminó
el kurz eins del Goethe -sie gut, ich sehr gut
Mechona del pedagógico ojipintada entonces dancing in the ring eo eo
que siga el hueveo semana premechona-
yo bailaba en medio conga conga con parsimonia -sin zafarme como en las fondas-
o miraba tomando una cola el bailoteo
Está tomado créditos de fundamentos sicosociobiológicos y filosoficales
de la educaciónica
Estará estudiando geografía, la geografea, en el campus oriente de la ucé,
seguirá yendo a misa, la pata peluda
Dejó aquí su pijama japonés este mediodía y le compré mentolados cigarettes
antes de dejarla en la micro
dormí sin sueños después de un orgasmo así y las vertebras se movían solas
y se salía solo y solo, antena, encontraba su camino hoy, después del desayuno (…)