Opinión

El antropólogo inocente

Lee la columna de Tino Santander Joo

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Por Tino Santander

Transcribo las opiniones de Leocadio Zavala, dirigente agrario a raíz de mi artículo “Pendejos y achorados” de la semana pasada:

Querido compañero, he leído tu último artículo “pendejos y achorados” y pareces un “antropólogo inocente[1]”; como ese gringo que se fue a vivir a una aldea de Camerún para estudiar a la tribu de los dowayo. Él quería investigar y comprender las costumbres de los pueblos de África, sin embargo, terminó redactando un informe (que seguramente tú conoces) burlándose de la investigación antropológica. Te digo esto, porque he notado cierta dosis de “superioridad moral” al analizar la conducta de los pendejos y achorados del Perú.

Conversamos hace unos meses con el expastor bautista César Chacón Bravo, y nos decía que después de leer a Mandeville, autor de la “Fábula de las abejas”[2] publicada en 1705; empezó a dudar de su vocación religiosa, porque este filósofo del siglo XVII fue el que más acertó al describir la naturaleza humana. Recuerdo, que tú decías que ese poema estaba inspirado en el Perú y que el título de ese extraordinario libro seria: “Perú: la fábula de los pendejos”. El argumento de Mandeville es que existía una colmena de abejas ricas, pero, llena de vicios y malas costumbres; entonces se impusieron las reformas “morales” y se perdió la prosperidad.

Te imaginas al Perú, sin minería ilegal, tala de árboles, contrabando, narcotráfico, políticos corruptos, empresarios prebendarios que viven de negocios ilícitos con el Estado; funcionarios corruptos, bancos terroristas y extorsionadores; jueces y fiscales corruptos al servicio de los grupos de poder económico y del crimen organizado, sin prensa mermelera. El Perú, estallaría, tendríamos una guerra civil y nos moriríamos de hambre. ¿Sabes cuanto dinero mueven los pendejos y corruptos?

La gente cree que Julio Velarde, con su política de la “flotación sucia”[3] controla el precio del dólar, cuando nosotros sabemos que son los miles de millones de dólares que ingresan por el narcotráfico y las actividades del crimen organizado que mantiene el dólar estable. En los pueblos del bajo Urubamba los mochileros que transportan la droga ganan S/ 150.00 soles diarios. Nadie tiene esos jornales en la agricultura. Los compañeros de provincias altas y Puno te pueden contar que pasa en sus regiones; los compañeros del Frente Patriótico de Loreto que sucede en la Amazonía.

¿Qué pasaría sin invasiones en los desiertos y cerros? Sin los robos en los comedores populares, en los comités del vaso de leche y en los programas sociales; todas las pendejadas de las minas y de los funcionarios de las municipalidades y los gobiernos regionales. En el Perú nada funciona sin pendejada. No son las virtudes ni la abnegación del hombre honrado los que hacen que prospere el Perú; 50 años como dirigente social me dan autoridad para decirte esto. Eso que tú llamas pendejada y achoramiento, aunque, te moleste mucho son el motor de la riqueza, el empleo y la educación en el Perú.

El consumismo, la ostentación y otras taras que repudio del capitalismo, promueven el comercio, la industria. Esto, lo he entendido después de tanta lucha fracasada. El ascetismo que practicamos no promueve ni el bienestar ni el desarrollo de la sociedad.”

Estas son las opiniones de un dirigente social agrario que comparto con ustedes y espero que comenten.


[1] Ver Nigel Barley (2018) “El antropólogo inocente. Notas desde una choza de barro”. Madrid. Editorial Anagrama

[2] Ver- Bernard Mandeville (1705/2001) “La fabula de las abejas o los vicios privados hacen la prosperidad pública”. México. FCE

[3] Cuando el Banco Central interviene en el mercado se llama flotación “sucia”

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