En la quincena de marzo del 2020, Eduardo Guzmán reunió a todos los trabajadores y en voz alta les dijo: “No se preocupen. A nadie se le va a despedir. Esta es una emergencia sanitaria y les garantizo que no se despedirá a ningún trabajador por no venir”. Su promesa fue un falso mensaje. Aquí los detalles sobre los despidos que viene ocurriendo en el canal del Estado.
¿Qué está pasando en el Instituto Nacional de Radio y Televisión del Perú? han empezado los despidos masivos de varios profesionales con años de servicios debido a las decisiones de su actual presidente Eduardo Guzmán Iturbe. En plena pandemia los trabajadores se quedan en la calle.
Asimismo, la cultura parece ser el peor enemigo de Guzmán porque se han cancelado programas culturales como Costumbres, que luego de 20 años salió del aire hace solo dos meses; lo mismo, sucedió con el programa de cine El placer de los Ojos, que luego de 20 años de emisiones, también salió del aire en el mes de noviembre, aunque esa decisión la tomó su conductor Ricardo Bedoya.
También, se acaba de levantar de la programación del canal estatal, el emblemático Presencia Cultural, un programa que permaneció en el aire 38 años; no obstante, cuando le preguntamos a Alonso Rabí por su salida de la programación, él se abstuvo de hablar y prefirió guardar silencio.
Así las cosas, volviendo al tema de los despidos, según nuestra fuente, Eduardo Guzmán en principio, tuvo previsto despedir a poco más de 20 trabajadores de forma sistemática; es decir, desde diciembre de 2020 y enero de 2021. Pero como la noticia se ha ido haciendo más notoria en redes, por el momento, se ha detenido la entrega de cartas notariales de despidos programadas para esta semana.
La carta de despido señala lo siguiente: «A fin de cumplir con las formalidades del caso, le agradeceremos efectuar la respectiva entrega de cargo y los bienes patrimoniales asignados con el superior jerárquico del área donde presta sus servicios. Finalmente, aprovecho la oportunidad también para expresarle nuestro agradecimiento por los servicios brindados a nuestra institución».
Los despidos estuvieron planeados, por eso se ordenó renovar contratos CAS por sólo un mes a los trabajadores que serían despedidos. En esa línea, el plan era cursar dos a tres cartas por día, porque si se hacía de un tirón, podría generar más escándalo.
Se han despedido a poco más de diez trabajadores, entres periodistas, especialistas audiovisuales y otros, del régimen CAS y Temporal. Sabemos que al resolverse las modalidades CAS y los contratos Temporales, SERVIR no los considera arbitrarios. Sin embargo, lo que es inhumano y arbitrario, es despedirlos en plena pandemia y en segunda ola creciente, sin una causal grave, mientras la mayoría realizaba un teletrabajo. Muchos de ellos tenían más de 15 años de servicios en el IRTP; pero hoy los echan sin una razón justificada, ya que los despedidos no tienen procesos administrativos abiertos.
Incluso, la Federación de Periodistas del Perú se ha pronunciado al respecto y ha expresado su absoluto rechazo contra estos despidos masivos, por aprovecharse del Covid y presionar a los empleados al trabajo presencial, cuando el riesgo de contagio es inminente. Eduardo Guzmán y su Gerente de Prensa, Renzo Mazzei han impuesto su voluntad y han desacatado las leyes laborales que durante la emergencia sanitaria dispusieron que justamente se implementara el trabajo remoto tanto para el sector público, como para el sector privado como contingencia hasta que concluya la pandemia Covid; no obstante, los trabajadores más cercanos al entorno de Guzmán están protegidos y a los empleados estables no se les asignó teletrabajo y nunca se les presionó y por eso se pasaron toda la pandemia cobrando sus salarios íntegros, con gratificaciones incluidas, sin hacer nada.
Incluso, el exdecano del Colegio de Periodistas, Max Obregón Rossi manifestó lo siguiente:
¡Ni empatía ni respeto!
Eduardo Guzmán y Renzo Mazzei son dos periodistas que por esos azares de la vida cumplen función pública en el instituto Nacional de radio y Televisión. El primero es su presidente Ejecutivo y el segundo gerente de prensa. Aunque más de uno ha cuestionado sus competencias profesionales; lo cierto están allí por decisión del gobierno de turno. Que se hayan sucedido diversas administraciones gubernamentales no les mueve ni un pelo. Bueno, eso es lo de menos para ellos. Ahora para granjearse las simpatías de los moraditos y también para llevar a sus amigos, decidieron prescindir de algunas decenas de trabajadores contratados bajo régimen CAS, incluyendo varios del área de prensa que tienen más de diez años de servicios. Para ello, ya les cursaron cartas notariales e informado que solo laboran hasta fin de mes. No tengo duda que los afectados retornarán en algún tiempo por la puerta grande debido a que las leyes están a su favor. Indigna sí que se llamen periodistas solo por aplaudir como focas a sus domadores.
Aquí la respuesta de Eduardo Guzmán a la publicación en Facebook de Max Obregón Rossi.
¿Quién es Eduardo Guzmán Iturbe?
Ha sido dos veces Presidente Ejecutivo de IRTP. Las dos veces aceptó el cargo para reemplazar a Hugo Coya; la madrina de Guzmán fue Mercedes Araoz. La primera vez, en enero del 2018 cuando Coya renunció por su desacuerdo con el indulto que PPK brindó a Alberto Fujimori.
Posteriormente, Guzmán fue echado del mando de IRTP en mayo del 2018 por el expremier Vicente Zeballos, luego de censurar al congresista Edwin Donayre, quien fue invitado por el productor del programa político, Pepe Mariño, para una entrevista con Enrique Chávez. Aquella vez, Guzmán impidió a toda costa que entrevisten a Donayre y exigió al productor que le anuncie al propio congresista que ya no saldrá al aire. Ante ello, Donayre hizo un escándalo en redes denunciando el veto, porque, además significaba un atentado contra la libre expresión, el pluralismo del canal del Estado, y el derecho a opinar.
La segunda vez que Guzmán asumió como Presidente Ejecutivo, fue en diciembre de 2019, cuando el entonces ministro de Cultura Francesco Petrozzi echó a Coya irregularmente del IRTP. Petrozzi a pesar de ser ministro de Estado, simplemente, obedeció las ordenes de dos funcionarias del expresidente Vizcarra, Mirian Morales y Mónica Moreno, Secretaria General de Palacio de Gobierno y Jefa de Prensa de Palacio de Gobierno, respectivamente. Desde ese momento Eduardo Guzmán asumió nuevamente la presidencia en diciembre del 2019, hasta hoy, en plena pandemia.
Un dato importante: En la primera reunión que Eduardo Guzmán tuvo con los máximos jefes del área de prensa en enero del 2020, él aseguró que el IRTP no tenía presupuesto por culpa de Hugo Coya, quien usó todo el dinero para la producción de la serie El último Bastión. Serie que acaba de ser anunciada en la programación mundial de Netflix. Sin embargo, Guzmán despreció esa producción hecha en casa estatal y se expresó en malos términos, de Coya y de la serie; afirmando, además, que no tenía rating. (ver twitt del 19 de enero, donde Hugo Coya celebra el éxito de la serie que será incluida en Netflix) https://twitter.com/Hcoya/status/1351651812198256642?s=08
Luego, en el mes de noviembre de 2020, durante los escasos 5 días del gobierno de Manuel Merino, Eduardo Guzmán pretendió hacer creer a todos que renunciaría al cargo, luego de sondear que no lo querían, tras la asonada en las calles contra Merino, dijo que renunciaba porque estaba en desacuerdo con aquel gobierno; pero, cuando a los pocos días Merino renunció a la presidencia del Perú, Guzmán se hizo el loco, y como su carta no había cursado el trámite regular a las más altas autoridades, permaneció en el cargo. Al punto que el ministro Alejandro Neyra ni bien fue designado por Francisco Sagasti, lo ratificó prácticamente en IRTP.
Lo mismo, hizo su gerente de Prensa, Renzo Mazzei que también hizo su show y proclamó indignado a todos los medios que anunciaba su renuncia como gerente, porque no aceptaba al gobierno de Manuel Merino; sin embargo, nunca lo hizo. Es decir, se quedó calladito en los fueros de TV Perú, haciendo hora, hasta que luego de la renuncia de Merino, siguió orondo a las órdenes de Guzmán, hasta hoy.
Esa patética conducta, nos hace recordar el doble rasero del ministro del Interior José Elice que asume su responsabilidad política por las muertes de los trabajadores agrarios y que por eso él nunca se aferra a un cargo. Y en la práctica, se está aferrando al cargo y no se digna a renunciar.
Diferencias entre Hugo Coya y el actual Eduardo Guzmán
Según nuestras fuentes de los predios de la avenida José Gálvez, en Santa Beatriz:
Hugo Coya: A simple vista, tiene apariencia de antipático y tiene un carácter raro. Es difícil verlo sonreír, porque es de rostro adusto; sin embargo, es un tipo honesto y muy profesional. Es directo y dice las cosas cuando no funcionan. No entra en mermeladas, ni arreglos. Un directivo fomentador de la meritocracia. Él pudo despedir a mucha gente inepta del IRTP y a otros opuestos ideológicamente, pero jamás lo hizo.
Coya ha conseguido para el IRTP convenios internacionales muy relevantes. Es un perfeccionista de la redacción. Crítico de la productividad del trabajador. Fomenta la capacitación permanente del periodista. Ha dado a todos los productores y asistentes de producción talleres sobre periodismo televisivo en su propio despacho; esa no era su función, pero él fue docente siempre. Consiguió que los errores en pantalla disminuyeran en un 96 %. Instauró autoridad en el IRTP, al punto que los amagues de corrupción disminuyeron.
Atendió a los trabajadores antiguos que ganaron hace algunos años un juicio laboral en el Poder Judicial, porque no les pagaban sus indemnizaciones ordenadas por el juez. En su despacho supervisaba los noticieros en vivo y ante una falla, llamaba de inmediato al switcher para corregir al productor de turno. Asimismo, sabe valorar a la persona y al mérito del trabajador.
Eduardo Guzmán: No es nada inclusivo; solo conversa con el entorno ejecutivo de su alrededor. Es un discriminador. Cuando volvió al IRTP, lo primero que hicieron excompañeros de Guzmán, fue llamar a muchos trabajadores de la empresa para que se cuiden de sus artimañas y que no crean en su palabra, porque nunca cumple lo que promete. Según nuestra fuente, nos relata que en la quincena de marzo del 2020 Guzmán reunió en el pool de prensa a todos los periodistas y en voz alta dirigió estas palabras: “No se preocupen. A nadie se le va a despedir. Esta es una emergencia sanitaria mundial y muchos tenemos que irnos a casa por nuestra salud. Les garantizo que no se despedirá a ningún trabajador por no venir”; y lo primero que ha hecho al finalizar el 2020 y al iniciar el 2021 es despedir a trabajadores del IRTP. «Hizo entregar cartas notariales de despido cuando el trabajador recibía su canasta navideña. Su personalidad es maquiavélica, fría, hipócrita y premeditada. Sólo ayuda a sus amigos. Por eso ha querido meter como sea al IRTP a su amigote Johnny Sánchez Sierra, ex periodista de Frecuencia Latina«, señaló nuestra fuente.
Finalmente, en medio de esto, el ministro de Cultura Alejandro Neyra no se pronuncia. Por fuentes sabemos que Eduardo Guzmán pretende perpetuarse en el cargo en el IRTP obedeciendo las órdenes del gobierno de turno.
No por algo, ha ofrecido toda la logística del IRTP y todos los noticieros para apoyar la campaña de Julio Guzmán y Martín Vizcarra. Eso significa: dar cobertura mediática, transmitir en vivo, e invitarlos al set a cada momento, no solo a Julio Guzmán y a Vizcarra; también a los otros candidatos del Partido Morado.
Eduardo Guzmán tiene el mismo apellido de Julio Guzmán y de eso hace alarde con los asesores del candidato Guzmán. El mismo alarde que hace el conductor Enrique Chávez, por su relación laboral en Caretas con Francisco Sagasti cuando fue columnista.
Todo indica que, con estos despidos masivos, Eduardo Guzmán pretende hacer una especie de lobby con el Partido Morado y con el de Vizcarra-Salaverry para, entregarles el canal durante la campaña electoral, a cambio de ser ratificado en el cargo en el nuevo gobierno, si es que ganan las elecciones.
Pero más allá de la decisión que ha tomado Eduardo Guzmán, habría que preguntarse ¿Quién le ordenó que realice aquellos despidos? Si tomamos en cuenta que la habitual dinámica de siempre, obedecería a órdenes desde Palacio de Gobierno y la PCM.
Nos comunicamos vía telefónica con el despacho de Eduardo Guzmán y su Gerente de Prensa Renzo Mazzei, pero no tuvimos respuesta.