Por increíble que pueda parecer, las últimas declaraciones de Reynoso después de la derrota ante Argentina, nos ha dejado con un amargo sabor y una duda. ¿Realmente está en sus cabales este señor o ha perdido la razón y es un zombi caradura? Decir que dos de los jugadores principales no están capacitados para rendir ni 60 minutos cuando ya ha pasado más de un año que ha tomado la dirección es too much. O sea, recién se dio cuenta, recién descubrió la pólvora. Y peor, rematar vociferando: “Tengo fuerzas para seguir y nos esforzaremos para revertir el momento”, “si me van a matar, mátenme” que suena como una voz de ultratumba, los balbuceos de alguien que ya no está en este mundo real.
Y ninguna mea culpa o autocrítica. No se cayó, se desplomó. No es delito, son errores y bla, bla, bla: “La estadística es cuestión de interpretación. ¿Qué es disparo al arco? Debería ser un tema sencillo, yo vi que tiramos al arco, no fueron quizá a la portería”. Así son las cosas, somos mediocres, somos malazos y ya. Y para decir y hacer eso se embolsica un millón y medio de dólares al año. Al parecer sus únicos garantes son el actual presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), Agustín Lozano y el director deportivo de la Federación, Juan Carlos Oblitas. El resto del país quiere que se vaya y que no regrese nunca más.
Sin embargo, la posibilidad de traer a Gareca le va costar a los peruanos la friolera de 3 millones 700 mil Dólares al año; 14 millones de soles al año, un millón 100 mil soles al mes; más todas sus gollerías y exquisiteces, porque así le pagaba La élite de La Federación Peruana de Fútbol de Edwin Oviedo. Un profesor de aula rural gana dos mil soles al mes y el sueldo mínimo está en un poco más de mil soles. Y es mucha plata (Nano Guerra García dixit).
El conocido periodista argentino Martín Liberman ha dicho: «Yo creo que Perú no podrá clasificar al mundial en los próximos 36 años». «Yo creo que Reynoso no es lo que necesitaba en estos momentos el fútbol peruano. Su equipo no me gusta, sale a aguantar los partidos, hipoteca chances de atacar, depende mucho de jugadores grandes». Y en otra ocasión manifestó que la liga peruana es uno de los peores del mundo, por eso los equipos rojiblancos siempre pasan vergüenza en competiciones internacionales. «Sólo debemos recordar el 1-8 (Alianza vs River) o el 0-6 (Universitario vs Palmeiras), para darnos cuenta de que la liga peruana está por debajo de la boliviana».
Definitivamente, Juan Reynoso es un cero a la izquierda y quizás nunca se dio cuenta de esa máxima que dice «O mueres siendo un héroe o vives lo suficiente para convertirte en villano». Y Reynoso ahora es un zombi, un cadáver que hiede y que está putrefactando a toda la selección y sepultando a la que ha sido llamada “la mejor hinchada del mundo”.
Solo queda repetir lo que dijo ayer el periodista deportivo Erick Osores: «Para mí Juan Reynoso ya no es técnico de la selección”.