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Déjame entrar, de Tomas Alfredson (Suecia, 2008)

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Por qué una historia de amor necesita de vampiros. Por qué una historia de vampiros necesita amor. Cómo se presenta la historia, la puesta en escena. ¿Cómo crees? Frío, soledad, distancia. Sangre y muerte.

Pero también… Gris aburrida cotidianidad. Así querremos emoción, calidez, compañía, cercanía, unión, intimidad. Vida, en medio del aislamiento del ser vestido de civilización. Qué relaciones se establecen entre las personas. Uno le chupa la sangre al otro… El bullying es una buena traducción de ese estado: ¿representación de nuestras pasiones soterradas, esenciales, subterráneas, irrenunciables?

Mientras que las mordidas y chupadas literales en los vampiros más bien funcionan como inevitables problemas de alimentación… Un vampiro, qué insaciable. ¿Pero esa otra violencia, es inevitable? La calma de los planos apenas si se altera con las sacudidas de rigor.

Así que tu relación más humana puede darse con alguien que no es del todo humano. Es una ironía y va más allá… Hay diferencias, pero qué importa. Cada quien es un otro y eso garantiza la aventura. Alguien que tiene desde hace mucho 12 años… El encanto de los chicos protagonistas es profundo.

La maldad, la fatalidad, las determinaciones de la existencia o del destino, ‘las grandes fuerzas oscuras’ o como sea que quieras llamarlo, solo encuentra algún equilibrio en un corazón cerca del otro, en un vínculo trascendente; sin eso el horror es más grande que cualquier película de horror con vampiros o sin ellos.

Primera película del Ciclo “Vampiros como nosotros” – CineClub UCH Av. Bolivia 537 Breña todos los martes de agosto a las 7:15 p.m.

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