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El Chilcano y el Pisco Sour son de Todos los peruanos

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ESCRIBE CÉSAR COSTA AISH

Hace unos días, como parte de una investigación que realizo hace unos años sobre la cultura del Pisco,  encontré un pequeño artículo del 30 de noviembre del 2007 del diario El Comercio, cuyo título decía  “Chilcano de Pisco”, al leer la nota vi que la misma refería a un Primer Festival de este cóctel a realizarse ese mismo día en el Hotel Country Club, y que el promotor del mismo, Roberto David Meléndez de la Cruz, lo hacía en honor y homenaje a su padre y presentaba una receta que en los últimos años ha ido proliferando a través de diversos voceros, y cuyo origen no se sabe a ciencia cierta quien la creó.

Lo curioso del artículo del 2007 que puede encontrarse en distintas hemerotecas del país, bajo esa fecha, es que antes de encontrarlo yo creía que el gran creador, el gran genio, del incremento de la venta de Pisco a través del consumo del chilcano de Pisco en el Perú había sido el escritor y periodista Manuel Cadenas, vocero y creador sí de la ya famosa “Semana del Chilcano”, quien en la edición Dionisio 77 – emblemático numero- como el del extinto Pisco de la familia Malatesta de Ica y que en recientes festivales descaradamente personas sin ética presentan como Bodega en estos eventos plagiando el logo, creatividad, ingenio y nombre que Don Carlos Malatesta creó para su Pisco en el año 1977 tras ganar la medalla de Oro en la vendimia iqueña.

Porque esa es la historia de aquel famoso y original Pisco Iqueño, cuando no habían festivales nacionales como hay hoy en día y el Campeón moral de los pisqueros de esos dictatoriales años setenta eran los ganadores de medalla de oro de las vendimias Iqueñas, década también donde surgió la emblemática cofradía del FBI (Federación de bebedores iqueños) y que por cuyas siglas, según cuentan los antiguos, alguna vez recibiera una carta de la Federal Bureau of Investigations de los Estados Unidos que solicitaba a una cofradía de Pisco cambiar de nombre, tremendos los pisqueros iqueños  que poco a poco han empezado a desaparecer en los últimos años.

O sea, que nos indignamos si nuestros vecinos sureños pretenden apropiarse descaradamente de un nombre que le pertenece a los peruanos por historia, por herencia y tradición cultural y no nos escandalizamos si un peruano, de esos vivazos que abundan, se quieren apropiar de la iniciativa y genialidad de otro peruano, como pasó, por ejemplo, con lo del Pisco 77.

En aquella edición 77 de fines del año 2009 (dos años después del primer festival del chilcano y que por esos años entraba a su tercera edición) de la extinta revista Dionisos, y que también puede encontrarse en distintas hemerotecas, se presenta un brillante y extenso artículo  sobre el chilcano de Pisco con diversas entrevistas y referencias, como alternativa para incrementar las ventas de nuestro destilado de bandera hacia el exterior, documentando con diversas fuentes bibliográficas literarias su presencia a través de la historia y época, como la retratada en la famosísima obra del escritor Mario Vargas Llosa, Conversación en la Catedral, donde como bien refiere Cadenas y escribe Vargas Llosa existe una escena al inició de la novela donde dos periodistas Norwin y Zavalita –el Quijote del Nobel- beben en el Bar Zela y Norwin bebe un chilcano y de la lectura se presume que Zavalita también bebe el mismo cóctel. Casi sobre el final de la novela otro personaje de la misma.

La Musa quien muere trágicamente asesinada por el chofer del influyente padre homosexual de Zavalita, cambia el whisky (que solía disfrutar en épocas mejores en su casa de San Miguel y era solventada por el supuesto Jefe de Gobierno Interior de la entonces dictadura en esa época que la novela recrea y que coincide con el ochenio del General Odría, el chinchano Cayo Bermúdez, Cayo “Mierda” para los lectores de la novela) por Pisco con Ginger Ale, o lo que sería una símil de lo que hoy llamamos un chilcano de Pisco.

Claro está que ese cambio de whisky por el Pisco con el Ginger Ale, ocurre cuando ya no está con el funcionario público de alto nivel sino que surge en el transitar de la novela cuando La Musa (Hortensia) vive un fugaz y decadente romance con un ciudadano español quien la vive y roba todas sus joyas antes de fugar a México, mientras Bermúdez había fugado al Brasil, donde tenía una fortuna bien amasada en base a presuntos actos de corrupción del Gobierno peruano de turno  esa época recreada en la novela.

En otro lado de ese artículo y luego de conversar con Guillermo Vera de la Academia Peruana del Pisco, Cadenas, recoge importantes aportes de la presencia del chilcano de pisco en otras novelas “Muerte del Angel”(1968)  y “Busqueda” (1953) y refiere el gusto del pintor Sérvulo Gutierrez (quien bautizara en 1958 como  cóctel “Felipe” según otro breve recorte periodístico de la época, una creación del Patriarca de los Meléndez, quien fuera amigo del pintor,  para un concurso Nacional de Coctelería auspiciado por jugos Liber) por el chilcano y el Bar “Zela” en esos emblemáticos años 50s.

Roberto Melendez.

Década en la cual el reconocido empresario gastronómico, coleccionista, recorrido sibarita y también miembro de la Academia Peruana del Pisco, José Antonio Schiaffino, sitúa el surgimiento o aparición del chilcano en una edición de su  obra escrita y entregada en partes “El Pisco Sour y algo más”, del año 2013, que rescata y presenta la foto de un chilcano de la época en un famoso recetario de propiedad de otro coleccionista, el mismo que fuera publicado en 1957 (o sea, que en el 2017 es un documento de 60 años de antigüedad y probablemente único en su especie, lo cual le da un gran valor económico y cuyo propietario en momentos de crisis bien podría venderlo a un buen precio) y que se hiciera tras el primer concurso nacional de coctelería que fuera auspiciado por Pisco Vargas, en ese entonces de propiedad de capitales o ciudadanos estadounidenses y hoy de la familia chinchana Rotondo, productora de vinos y Piscos de vieja data y que ya aparecían en revistas especializadas de la década del 30.

Schiaffino presenta diversas recetas del chilcano algunas sin nada de dulce como la de Hans Hillburg publicada en el año 2002 y otra muy curiosa es una que reproduce del recetario de 1957 e incluye una cucharada de azúcar. Es decir que en esa época el chilcano de Pisco( además del Pisco, el Ginger Ale, el limón, el hielo y el amargo de Angostura (proviene de un lugar llamado Angostura el cual queda en Venezuela), al menos por el recetario en la década del 50 se sabe que incluía ese dulce adicional que muchos hoy detestan y que no dicen que las ginger ale, todas sin excepción llevan dulce sea de azúcar o stevia o edulcorantes artificiales similares, y que salvo bares antiguos y tradicionales como los Queirolos de Quilca o Pueblo Libre o el mismo Piselli o el reaperturado Juanito de Barranco y donde quizás su tradición los siguen presentando de esa manera y cuya bohemia es lo que los volvieron emblemáticos por ser justamente bares que se encuentran en libros de novelistas o crónicas periodísticas o memorias de nuestros padres, abuelos y ascendentes quienes nos contaron alguna vez sus anécdotas y que Meléndez en la pequeña y casi imperceptible nota del diario “El Comercio” del 30 de noviembre del 2007, señala que relanzó el Chilcano de Pisco en homenaje a su padre y que en ese momento estaba con vida y a quien consultaba por su experiencia tras la barra, desde que llegara  humildemente desde su natal Trujillo en la década del 40 para ser en un inició ayudante de bar del Hotel Maury y luego transitara en distintos bares como el Ciros, Negro Negro, Bolívar, Savoy, el Suche o La Hacienda y que acompañara en sus últimos años caminando al lado de su hijo, cual bastón de hombre anciano y orgulloso al ver a su hijo convertirse a sus entonces cortos 23 años en jefe de bares del famoso Country Club de San Isidro, luego de haberle enseñado su oficio desde adolescente y por el cual Roberto Meléndez  realizará el primer Festival del chilcano, como alternativa para impulsar las ventas de Pisco de distintas bodegas.

Cuyos productores participantes de aquel festival se reunieron el 6 o 7 de febrero del año 2007, con él, tras el cuarto Festival del Pisco Sour del Hotel Country Club conmemorando el día Nacional de este cóctel y que por cuarto año consecutivo había sido un éxito, lo cual ameritaba con miras a buscar incrementar la venta de Pisco que estaba abarrotado en las diferentes bodegas de pequeños y medianos productores pisqueros, según declaración de Meléndez en una reciente entrevista publicada en internet,  y que para ello decidieron presentar un nuevo cóctel clásico por su antigüedad y que casi estaba desapareciendo de las barras en la década del 90 del siglo XX por distintos motivos inicialmente como y que muchos confundían su preparación con la del Perú Libre.

Según Meléndez fueron los productores de los Piscos Qollque (con una gran dama productora de Pisco) , Bellavista (de la tradicional familia iqueña Bernales), Tres Esquinas (hoy Tres Generaciones de la familia González Martínez)), Caravedo (que presentaba en esos años un Pisco Organico), Rajaz ( destilado en Yanquiza en un lugar casi escondido entre  arrabales adentrándose por dunas de Ica),  Payet (un extraordinario Pisco, mi favorito era su Torontel), Viejo Tonel (desde que apareció en el mercado pisquero este Pisco siempre se ha caracterizado por impulsar las iniciativas marketeras), La Blanco (de emblemática e historica Bodega), Inquebrantable (de Pepe Moquillaza en esos días autoridad pisquera y hoy embajador del Pisco nombrado por Promperú), Servulo (Un Quebranta de lujo y cuyos propietarios solían prestar un recipiente especial para una Pisa de uvas simbolica ), Queirolo (con la línea Don Santiago), Ferreyros (Un Pisco con la elegancia de las alfombras de los mejores Hoteles y restaurantes 5 tenedores), Don Amadeo ( ese gran Pisco de Quilmana y que lleva el nombre en honor a su padre es el gran Productor Pisquero, Alberto Di Laura, y cuya grandeza reside en su caballerosidad y sencillez) según Meléndez ellos fueron, al igual que su padre que lo asesoraba los gestores o artífices iniciales de ese primer Festival Chilcanero y todo gracias al éxito logrado por ese Rey de la coctelería Peruana  que es el Pisco Sour, y si hoy día grandes, medianos y pequeños pueden vender algo más de sus aun abarrotadas bodegas fue gracias al esfuerzo de estas bodegas iniciales, y sería mezquino no reconocerlo o darles un espacio en la tradición e historia de este cóctel.

Al igual que Meléndez,  Manuel Cadenas, como cualquier buen hijo que seguramente guarda gratos recuerdos de su padre refiere en aquella misma nota periodística de Dionisos del año 2009 momentos de tertulia bohemia entre poetas amigos de su padre en la década del setenta disfrutando de un chilcano y los guarda en su memoria. Cabe mencionar, que en ese artículo  también aparece notas recogidas al barman Roberto Meléndez como a Guillermo  Vera sobre el origen de este cóctel, siendo Verá más cauteloso en su declaración pues afirma que hasta encontrar una fuente documentaria, pero según el autor del artículo ambos refieren el posible origen de este coctel hacia la década del 20, e incluso Meléndez refiere, que por tradición oral de su padre que probablemente el mismo pudo haber surgido hacia fines del s XIX o inicios del s. XX, según recuerda por  influencia de migrantes italianos y un coctel llamado Buon Giorno (mezcla de Grappa y Ginger Ale y que fuera recogida en una nota posterior que yo presentara en la Dionisos 89 del año 2012 y cuyo título original fue “el Principe Viajero”, en alusión a que el rey de la coctelería Nacional es el Pisco Sour y como tal supo estar presente en las barras de hoteles y restaurantes de primer nivel dando dura batalla a los whiskys, rones, vodkas, gins y cuanto destilado usted pueda imaginar guardando un lugar de prestigio para el producto y cóctel nacional y cual hermano mayor porque ambos son hijos del Pisco, le fue abriendo espacio, y que por decisión de mi entonces editor fuera presentado bajo el título de “Juntos son dinamita”).

Publicación de El Comercio del 30 de Noviembre del año 2007

Es importante destacar el importante análisis, sugerencias y recomendaciones que dieron especialistas nacionales y extranjeros y que bien recoge Cadenas en su larga nota periodística y que probablemente lo impulsaron o motivaron a crear, tras las experiencias del “Primer Festival del chilcano” en el año 2007, a crear en compañía de su equipo de trabajo y asesores “La semana del Chilcano” el año 2010, pero también es cierto que el mismo no hubiese sido posible si no se hubiese logrado éxito con lo del  día Nacional del Pisco Sour, si en esas primeras cuatro ediciones de los días Nacionales previos  y si los productores no hubiesen tenido éxito probablemente no se hubiesen reunido ese 6 o 7 de febrero del 2007 con Roberto Meléndez para plantear un festival adicional con otro cóctel en base a Pisco que, en mi opinión, ya contaba en esa época con tradición e historia.

De no haberla tenido estoy seguro hubiese fracasado y no reconocerlo sería mezquino, como tampoco no reconocer el esfuerzo de difusión de esta iniciativa marketera y comunicativa de “La semana del Chilcano”, que surge a inicios del  2010 siempre con los interesantes aportes de otro Barman como Ricardo Carpio de “Piscobar”, quien al igual que el Pisco 77 de Malatesta ha sufrido sendos plagios de ese nombre por personas inescrupulosas, peruanos también, y que sin vergüenza alguna suelen llamar “Piscobar” a sus barras pisqueras cuando ese término moral y legalmente es de Carpio, pero claro ante la inoperancia del Estado uno se cansa, y si un aporte también ha incorporado Carpio ha sido la de presentar nuevas propuestas de chilcanos con otras cepas pisqueras que han permitido abrir el abanico de posibilidades para preparar un chilcano.

Cabe mencionar que él primer Festival del Chilcano surgió con las cepas Quebranta e Italia y luego incorporaron otras en años venideros y un reconocimiento también merece el Hotel Country Club quien cedió gratuitamente, en ese momento,  las instalaciones de su famoso  Bar Inglés a la solicitud de su entonces jefe de Bares   y como me dijo mi amigo Roberto Meléndez, el chilcano es de todos, así como el Perú Libre (incluido en el recetario del 1957), el Sol y Sombra, el Capitán, el redescubierto Pisco Punch, el Pisco Tonic (incluido en el recetario de 1957), el Pisco Collins (incluido en el recetario de 1957) o el coctel Biblia (incluido en el recetario de 1957) o la algarrobina (el grupo Niche incluye una canción que se llama Me sabe a Perú donde se menciona la Algarrobina la cual en su receta lleva Pisco también presente en el recetario de 1957) y como son cocteles de todos los peruanos, en mi opinión no vale discriminar diciendo que este es “Premium” o que no lo es, porque finalmente la tradición e historia del Chilcano surgió entre risas de anécdotas que probablemente quedaron en el aserrín de alguna cantina que motivaron el eco del sonido de un brindis  tarareando el coro de alguna canción criolla, solo hay que exigir que se haga con buen Pisco y con la Ginger Ale de tu preferencia sino corromperíamos la esencia de su alegría.

Recetas Chilcaneras en diversos libros

Es necesario mencionar que en  libros de consulta entre 1972 y el año 2015 se presentaron diversas recetas del chilcano de Pisco a veces con jarabe o azúcar y otras sin ella como los de los autores César Ángeles Caballero y su libro de “Peruanidad del Pisco” que la incluye con jarabe o dulce y menciona una marca de Ginger Ale que fue la que le fue dando identidad como la Canadá Dry, y en el caso de Ángeles se puede entender que mencione esta marca pues Ángeles al igual Huertas Vallejo son Historia viva de nuestro Pisco (1972); Banco Latino y su libro “El Pisco Bebida Tradicional y Patrimonio del Perú” también con dulce, pero hace la salvedad de no poner una marca sino el término genérico Ginger Ale, como, en mi opinión es lo técnica y éticamente correcto (1990); Mariella Balbi y PromPerú con “El Pisco es Perú” lo presenta sin el dulce adicional salvo el que lleva las Ginger Ale, cometiendo el grave error de poner una marca  siendo una entidad del Estado, y todavía marca extranjera (2003), Jhonny Schuller con “Pasión por el Pisco” (2004) recoge la receta chilcanera de un barman famoso de Paracas como Felix Quicaño que incluye jarabe de Goma, sabiamente no ponen marcas sino que mencionan solo Ginger Ale y “Rutas y Sabores” (2006) presenta una mutación del chilcano, y lo denomina “chilcano mojito” con la receta de Carolina de Noriega   que incluye hierbabuena, y que probablemente un Someliere aficionado maridaría con un Cau Cau por la hierbabuena, en esta receta no se incorpora el dulce adicional de jarabes o azúcar, salvo el que ya están en  las ginger ale que podrían ser encontrados en las tiendas  Wong auspiciador de ambos  libros; Tottus y Pisco Arte y Tradición (2008) incluye receta de Chilcano sin jarabe o azúcar, no menciona marca de Ginger Ale probablemente con fines comerciales pues en los supermercados  hay diversas tipos de marca, “Pisco” de Editorial Planeta (2010) con opiniones de diversos especialistas sibaritas, cocineros, somelieres,  promotores y opinologos pisqueros y gastronómicos incluye Jarabe de Goma y no menciona marca de Ginger Ale.

“Piscos y Vinos del Perú” (2010) de Jorge Montoro y Paola Puig, incluye tanto Ginger Ale como Jarabe de Goma; “Chilcanomania” de Editorial Planeta y  BBVA es probablemente el libro de mayor cantidad de recetas con y sin jarabes de azúcar en todas se refieren con prudencia a Ginger Ale, en lo que no estoy de acuerdo es en mencionar o hacer una disquisición entre “chilcano de antaño” con dulce adicional al Ginger Ale y “chilcano perfecto” sin dulce adicional al Ginger Ale, pues la perfección depende del paladar de cada persona, sino estamos induciendo desde el nombre al consumidor a la opinión de una persona que tiene un gusto diferente al del consumidor (2012); Hans Hillburg y “Perú la tierra del Pisco” (mayo 2013) es el único libro y  ahí una mención especial y felicitación que hace una propuesta sobre un chilcano con una Ginger Ale casera o artesanal, y por ello le agrega azúcar con kion mezclados en un mortero, así es que si alguien me dice que el chilcano no tiene azúcar ahí está la receta de Hillburg para demostrar que las Ginger Ale la llevan, según el libro de Schiaffino en la entrega del año 2013 hace mención a una receta publicada el año 2002 también de Hillburg que no incluye jarabe o azúcar adicional, sino solo la que incluye la Ginger Ale, se cuidan también de no mencionar marca alguna; Lucero Villagarcia con “La Magia del Pisco” (2014) presenta la receta de Ricardo Carpio que no incluye azúcar adicional ni tampoco menciona una Ginger Ale sino que solo dice “una botella pequeña de gaseosa blanca” lo cual podría ser un riesgo porque hay gaseosas que no son en base a kion y son gaseosas blancas, conociendo a Ricardo y a Lucero probablemente fue error del editor; Mario Vingerhoets “Secretos del Pisco” (setiembre del 2015) prudentemente recoge que es opcional agregarle jarabe o no al gusto del Parroquiano, nuevamente repite la Ginger Ale.

Para culminar, si existen más de 480 marcas de Pisco y 8 o 9 de Ginger ale más en el Perú ¿quiénes son los que realmente ganan en campañas marketeras?, ¿aquellos que esperan desde agosto hasta febrero o marzo a que crezca la uva, la pisan, la destilan y dejan reposar  la misma por seis, siete, ocho y hasta a veces doce meses antes de embotellarlo y ofrecerlo al mercado que son los productores, en especial los chiquitos y medianos? ¿O los que producen una bebida gasificada de agua, azucares, stebia u otro endulzante, esencia de jengibre (kion), artificial o natural? porque no creo que los que venden limón o hielo ganen tanto o más que los que venden las Ginger ale o los voceros oficiales.

En fin el crecimiento del consumo de Pisco es parte de un proceso de un redescubrimiento de lo peruano, de lo nuestro, por eso estamos de acuerdo con Meléndez cuando dice que el Chilcano es de todos, felicitamos a Cadenas por haber sabido proponer con su equipo de trabajo y auspiciadores de todos los años, incluso los que hoy no lo acompañan, de haber ejecutado una propuesta marketera exitosa que ha incrementado el consumo de Pisco en el Perú y dando a conocer nuevas cepas frente a lo que fue el primer festival del chilcano que se organizó en el Country Club hace 10 años, discrepamos en catalogarlo de “Premium”, pero no creo que por discrepar nos vaya a discriminar. ¿Acaso el peruano que compra su ropa en Gamarra o el que transita por el jirón de la Unión rumbo a la plaza San Martin o a la Plaza de Armas o el que vive en un cono no puede disfrutar o disfruta de un chilcano bien preparado con un buen Pisco? Por lo menos en el cono Norte al menos mi amigo Fernando Meléndez, con su “Chino Meléndez” de Los Olivos preparará un buen chilcano a sus parroquianos.

El Secreto está en usar un buen Pisco, la Ginger Ale de su preferencia, ajustarse a la receta que uno prefiera con jarabe o sin jarabe, que no chanquemos a quien le permitió darse a conocer como lo fue el Pisco Sour y era algo que al menos lo suponía pero no tenía como demostrarlo, total en febrero, después, viene la fiesta del rey y lo bacán es que el chilcanito calienta motores para su hermano mayor.

Una hipótesis del origen del Chilcano

En la página de Facebook de Roberto Melendez embajador del Pisco Sour, el coleccionista Carlos Barriga colocó la foto de la receta del Buon Giorno, según se puede observar, esté coctel llevaba Pisco, limón, agua tónica Canada Dry gasificada.  Debajo de esta receta el “Gin con Gin” que dice 1 copa de Gin hielo picado  y Canadá Dry al gusto, abajo como nota a pie de página de un libro el coleccionista pone “Una Perlita de los 40s”.

Es importante mencionarlo pues se menciona al famoso Buon Giorno que efectivamente llevaba Pisco y limón y un Producto de la Canada Dry, el cual no era Ginger Ale, y que abajo si aparece en la receta del Gin con Gin la Ginger Ale de la misma marca, es muy probable que con esa referencia “escrita” el chilcano de Pisco haya surgido en esa década  por la creatividad de algún barman que incorporo al Buon Giorno la Canada Dry, porque el Chilcano de Pisco lleva Limón, con lo cual la afirmación del padre de Meléndez es completamente cierta, en cuanto al coctel predecesor o mejor dicho predecesores, tanto el Buon Giorno como el Gin con Gin.

A este respecto hay que mencionar orgullosamente que el Agua Tónica se hace con Quinina, que proviene del árbol de la Quina, parte de nuestro escudo Nacional, y que la misma la dio a conocer la esposa de un virrey en Europa en el siglo XVIII, por ser una cura contra el paludismo. Lo mismo que la Ginger Ale en un inicio proliferó por creerse que tenía efectos medicinales como lo describo o mencionó en la revista Dionisos N° 89 del año 2012.

Sin embargo, en el año 1939 con ocasión de conmemorarse el Centenario del Diario “El Comercio”, el cronista y periodista Eudocio “Ñato” Carrera Vergara, escribió la obra “La Lima de 1900”, en referencia a los últimos años del siglo XIX e inicios del siglo XX, Carrera había nacido en 1879, es decir que la Lima que describe es la Lima de su juventud y aurorales 17 años hasta los 24 o 25 años y al momento de publicar la obra en 1940 contaba con 61 años de edad, aun lucido y a plenitud, luego publicaría unos años después el “Dr. Copaiba”, donde menciona las crónicas que incorpora en la segunda edición de 1958, entre las que menciona que incorpora a la segunda Edición de “La Lima de 1900” no se encuentra la Crónica “Una Jarana de las Mentadas en el Cercado” y que a la letra dice textualmente en su primer párrafo y segundo párrafo lo siguiente:

“Antes de comenzar, permitidme, caro lector, que a manera de introito, os invite a beber un chilcanito, trago semitónico y democrático, a base de pisco y limón, q para componer el cuerpo después de una noche jaranera, toman los mozos tunantes, fallos por lo general, a los amaneceres, de monedas con que poder saborear las dulzuras espirituosas del gin and gin  de los ingleses, catedráticos en el ramo como es sabido. Y escanciadas las copas, adentro con este artículo, que maguer prosaico, ojala el amigo Violante quiera que me fluya a modo suyo y pueda exclamar como en su clásico soneto “ Por el primer terceto voy entrando y aun parece que entre con pie derecho”…(Vaya el resto en pinta para quien quiera)

Confio a la vez en que la Virgen de las Mercedes, que tanto venero por ser tocaya de mi abuela, ha de socorrerme igualmente a salir libre de culpa y pena, de la olla de grillos en que ando metido- nada más, si señor, que por querer de amigos y colegas que creen haber descubierto en mí, ahora que ya no soplo, madera de escritor festivo y costumbrista-, y pueda así, escribir esta crónica jaranera que se me pide, en forma que, después de leída, un tutti contenti sea uno de mis triunfos mayores.” (Sic)

Eudocio Carrera fue periodista desde muy joven y al año 1900 era ya periodista, al momento de publicar la obra también lo era, es más era un cronista mayor del diario “El Comercio”, por el título de la obra donde aparece la crónica uno podría especular que el chilcano ya se tomaba a inicios de siglo XX, a favor de esta hipótesis se encuentra que a esa época ya existía en Lima fábricas de bebidas gaseosas una de ellas conocidas como las Leonas de la familia Nosiglia, y en el mundo ya existía la Ginger Ale y se había desarrollado entre Londres y Canadá de ahí la Canadá Dry Ginger Ale (Dionisos n °89), sin embargo como señala Schiaffino no ha encontrado referencia alguna en cartas de bares y restaurantes de inicios de siglo sino hasta la década del 50 lo cual ratifica con la existencia  del recetario auspiciado por Pisco Vargas de 1957.

Los dos primeros párrafos a su vez son introductorios  a la crónica y el autor se encomienda a la Virgen de las Mercedes para poder desarrollar con éxito la crónica jaranera, porque la gente se divertía con jarana criolla a inicios del siglo XX cuando él tenía entre 20 y 21 años de edad y con mayor razón a mediados de ese siglo, cuando estaba ad portas de publicar la segunda edición de su libro. La referencia de palabras italianas y un apellido italiano como “caro, Violante, tutti contenti”, Carrera mismo es un apellido italiano, y el recetario presentado en la página de Facebook de Meléndez y siguiendo en el ejercicio de la especulación con lo que escuchó Meléndez de su padre y escribió Carrera en esa crónica sobre que “se reemplazó el gin con gin por el pisco  y su influencia viene del Buon Giorno que preferían los muchachos de origen italiano que ya no tenían para pagar la cuenta (como lo dice en la introducción de la crónica Eudocio Carrera)y por eso reemplazaron el gin que era más caro que el pisco, por el destilado nacional, pues habían bebido toda una noche” y que según el recetario publicado el “Buon Giorno” si tenía Pisco y Limón pero no Ginger Ale, es muy probable que el chilcano nació de la fusión de ambos cocteles de la época en que fue escrita y publicada esta crónica por primera vez en 1940 (1er gobierno de Prado hijo) y que el padre de Meléndez haya sido testigo y porque no pensar, el artífice de ello.

La existencia de la palabra “democrático” puede referir a las épocas de gobierno o a su popularidad –por eso suscribo lo que dice Meléndez hijo que el chilcano es de todos y no estoy de acuerdo con que se diga que es Premium- también podría especularse a que su origen se encuentra a una época que podrían ser también el segundo Gobierno de Don Nicolás de Piérola hacia fines del siglo XIX (1895-1899), la crónica de Carrera surge en la “Lima de 1900” y es la época que el describe en su libro, así como también en la del primer gobierno del Manuel Prado Ugarteche (1939- 1945), cuando se escribe y publica el libro por primera vez  y probablemente Carrera, en una travesura literaria (muy criolla por cierto) quiso unir épocas a través de esa crónica entre el momento que escribió esa crónica y la que vivió con intensidad en sus años mozos por eso confiesa en su segundo párrafo de manera indirecta que está en un embrollo y que sus amigos  -periodistas ellos- y los lectores de la misma estarán todos contentos y que lograr hacerlo será uno de sus mayores triunfos. Contra esta segunda hipótesis que el chilcano surgió a inicios de siglo está a favor  la existencia en diferentes documentos de esa época sobre la existencia del Pisco Sour pero no hay mención del chilcano, salvo una interpretación de la crónica aparecida en el libro de Carrera.

 

No hace mucho el historiador Moisés Cueva, me hizo mención que encontró una cita de un libro de Alfredo Rebaza Acosta que señala que en una ceremonia de inauguración de una planta de cemento en 1949, no se pudo hacer el brindis de honor porque no llegaron los insumos para el Pisco Sour ante lo cual el Presidente brindó con chilcanos.

Para culminar y sintetizar este extensísimo artículo suscribo la frase de Meléndez con que “El chilcano es de todos” señores, no es ético crecer en base al cuestionamiento que se hizo sobre el Pisco Sour durante años por el tema del dulce, sólo hay que exigir que sea bien preparado y ese es un talento que muy pocos tienen, es como mirar la paja en el ojo ajeno sin mirar la viga en el propio, y están libros de distintos autores que presentan al chilcano con azucares adicionales al que ya contiene la Ginger Ale. Que lo obtenido y logrado por los productores pisqueros en los últimos 15 años, ha sido el resultado de una generación extraordinaria de emprendedores, promotores, productores, periodistas, cronistas y empresarios pisqueros que han escrito libros en los últimos 42  años y sería mezquino no decirlo y algunos de sus nombres se encuentran líneas arriba, a los que habría que incluir también los de otros autores, catadores y bármanes pero eso sería parte de otro artículo que bien podría titularse “Forjadores del Pisco Contemporáneo”.

Mención aparate y felicitaciones merecen aquel Primer Festival del Chilcano del 2007, que se inspiró en el éxito del Día Nacional del Pisco Sour así como todas las ediciones de la Semana del Chilcano y a sus promotores y creadores,  me despido dedicando de todo corazón este articulo  a mi amigo Raúl -pisquero mayor- periodista respetadísimo y amo y señor de las criollas cucharitas en jaranas como las que supo retratar Don Eudocio “Ñato” Carrera Vergara de quien estoy seguro brindará con un chilcano acompañado Cholo Matías Grados, del señor Iglesias de la casa del Pisco en presencia del creador y preparado por el “Chino” Meléndez, y decía el buen Raúl…Maestro Chaluuu y respondíamos “salud Maestro”

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