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CERVANTES EN BOLAÑO

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…cuando nos referimos al Quijote lo que menos importa es el libro sino el título y unos cuantos molinos de viento. BOLAÑO (El gaucho insufrible)

En su última entrevista en vida, Mónica Maristain le preguntó a Roberto Bolaño cuales eran sus cinco libros favoritos. A lo que Roberto respondió a manera de embajada aviesa  entre otros títulos El Quijote en primer lugar. Y no es casual, ya en ENTRE PARÉNTESIS aparece una nota de Bolaño fechada en enero del 2003 (el año de su muerte)  en ella dice sobre aquel Cervantes que en vida fue menos apreciado y tenido por menos, es nuestro más alto novelista.

Sobre esto no hay casi discusión. También es el más alto novelista, según algunos el inventor de la novela, en tierras donde no se habla español y donde la obra de Cervantes se conoce, sobre todo, gracias a traducciones. (…) Sterne le debe mucho a Cervantes y en el siglo XIX, el siglo novelístico por excelencia, también Dickens. Y luego continua recordándonos que el Quijote por encima de buenas o malas traducciones supo llegar a todos, más allá de los límites nacionales, lo que la hace una obra maestra absoluta, y define “obra maestra absoluta” como  una literatura viva, una literatura patrimonio de todos los hombres.

En la obra de Bolaño no abundan las referencias directas a Cervantes pero las pocas son fundamentales y como Cervantes con su Don  Quijote son más de un tipo de autorretrato.

Así en 2666 Bolaño hace decir a Efraim Ivánov en una entrevista que Tengo sólo cincuentainueve años. Aún me queda tiempo antes de cumplir los sesenta. Y me gustaría recordar que El Quijote la escribió el español Cervantes más o menos a mí misma edad. Muy probablemente Bolaño se refería asimismo. Y continúa después escribiendo que Ivánov se consideraba el Cervantes de la literatura fantástica. Veía nubes con forma de guillotina, veía nubes con forma de tiro en la nuca, pero en realidad sólo se veía a sí mismo cabalgando junto a un Sancho misterioso y útil por las estepas de la gloria literaria.

Es arriesgado lanzar paralelismos, pero Bolaño y Cervantes comparten el hecho de haber luchado nobles causas de jóvenes. Bolaño volvió a Chile para apoyar la revolución de Allende. Cervantes en la gloriosa batalla de Lepanto ayudó a salvar a Occidente de la amenaza islámica. Bolaño estuvo detenido a poco de darse el golpe de estado de  Pinochet. Cervantes fue cautivo de los moros en Argel por cinco años. Sus vidas personales no fueron precisamente una envidia y finalmente sobresalen literariamente hacia el final de sus vidas. La única diferencia sustancial quizá radicara en que para suerte de Cervantes, al morir su señora no expolio con un chacal los manuscritos inacabados de alguna otra novelilla para publicarlos.

Bolaño como todo exiliado  era una persona extraterritorial que hábito en la patria del idioma, en esta lengua que en épocas de la España de Franco la llamaban la lengua del imperio. Sin ninguna pretensión imperialista Bolaño siempre se quejó de que en la  literatura latinoamericana, los escritores que se ríen son contados con los dedos, y en no pocas ocasiones su risa es amarga. La suya principalmente era amarga y olía a cigarro en cada carcajada agonizante.

No está lejos de toda interpretación considerar a Bolaño alguien que toma a Cervantes como referente a la crítica de lo establecido literariamente. De una crítica con humor cuya mejor arma es la parodia, y sus molinos de viento esos  lectores adictos a cierta literatura de género que ya comienza a oler mal. Cervantes hizo así con lo que era el género por excelencia entre los europeos de su época, la novela de caballería.

Este género, los romans es la cantera de donde sale la novela en plena edad media. Partieron desde el Lancelot o caballero de la carreta y el Perceval o cuento del Graal. Su paternidad se atribuye a Chretien de Troyes y gira en torno al ciclo artúrico y fue significativo para la prosa pero también perjudicial. Casi toda la novela antes de Cervantes era predominantemente de caballería, y como consecuencia de ese abuso del género este decayó en gracia y estilo. El último gran libro era el Amadis de Gaula, el gran bestseller del renacimiento, sin cuya existencia jamás hubiese aparecido El Quijote. Si Cervantes escribió el Quijote fue con un único propósito: terminar con los libros de caballerías.

Y en efecto lo logró pero su intención fue aún más lejos. Toda la obra es una parodia del ridículo al que había caído el género. Eso explica que se convirtiera rápidamente en un best seller y hasta se hicieran segundas partes falsas. En vida de Cervantes hubo hasta 16 ediciones del Quijote.  Con el Quijote, una parodia, la exaltación del humor,  nace algo tan serio como la novela moderna.  Falubert, Dickens, Tolstoi y Bolaño  arrancan de esta raíz primigenia.

Y es especialmente Bolaño quien mejor entendió el sentido del Quijote. Se trataba de hablar desde el humor de cosas tan serias como la trágica lucha humana, que impulsada por ideales generosos choca contra la realidad y fracasa en sus propósitos. Ese es el propósito de la obra de Bolaño. En Los Detectives Salvajes como en 2666 sus protagonistas comienzan creyendo, son estudiantes que creen en la poesía o académicos que están fascinados con encontrar a un novelista nazi prácticamente desconocido. Todos fracasan.

La gran mayoría de realvisceralistas termina asfixiado por la realidad, casados o divorciados, con hijos, trabajando de cajeras en un supermercado o como un reportero a punto de sumergirse en el horror de la negrura africana, o simplemente desistiendo ante el misterio de encontrarse en la misma ciudad que su escritor buscado y jamás hallado.

En profundidad las historias de Bolaño son historias de  grandes afanes ahogados. Algunos quieren cambiar el mundo, el orden, el stablishment representado por la lírica hegemónica de Octavio Paz, pero acaban con los años aplastados en un parque del DF llamado parque Hundido. La juventud es una estafa, dice Bolaño en Los Detectives Salvajes y acierta. Solo queda envejecer y contemplar el horror que envuelve y da sentido de vez en cuando  a una vida segura llena de rituales.

La obra de Bolaño se puede entender mejor en ese sentido cervantino. Toma el género policial y se burla de él desde el título de su más famosa novela. Como ha señalado el experto en Bolaño de la Universidad del Pacifico, Bernardo Pereyra, Los Detectives Salvajes es la mayor contradicción posible. Según explica Bernardo el ejercicio de investigar de un detective connota el empleo de la racionalidad, seguir una lógica, a través de indicios, deducciones. Pero  Salvaje, evoca todo lo contrario. El título es una cruel parodia.

Tal vez Detectives Salvajes, sin duda la novela en español más importante de los últimos 20 años solo sea una broma, una sacada de lengua a todo ese género policial que hastió la literatura global durante todo el siglo XX. Una mejor parodia que la didáctica trilogía de Nueva York de Paul Auster. No basta burlarse del género literario hegemónico, se trata más bien de insultarlos desde el título. Ese ejercicio soberbio de confianza en la inteligencia humana es lanzada por la ventana con la poderosa imagen de cierto testamento geométrico, un libro colgado en un cordel del patio (parte de amalfitano, 2666).

Esto lo dice todo con un humor amargo propio de alguien que tiene el hígado cagado, a quien poca gracia le habrá hecho ganar el  Herralde y el Gallegos cuando ya iniciaba la cuenta regresiva a su sepelio. Las mejores obras se escriben en vísperas de su propio entierro. También Cervantes escribió su magna obra   diez años antes de su muerte. Hay que estar sentenciado a muerte para escribir algo excelentemente bueno, y lo excepcionalmente bueno se escribe con valentía, cuando el que va  a morir no tiene razones para temer. Eso hace de Bolaño un autor de polendas, y no un Javier Marías o un Vila Matas.

En una novela policial cualquiera resuelve el crimen, todos los cabos se atan y tienen sentido. La vida real no es así. Por eso en Bolaño se podría decir que todos los cabos quedan más sueltos que al comienzo. 2666 es una obra con cerca de un centenar de feminicidios  que jamás se resuelven. No se sabe quién es el autor de esas muertes. Porque la intención de Bolaño no es resolver nada, su intención a diferencia del género policial serio es mostrarnos únicamente el horror ante la impotencia de solucionar algo. Algunas de las muertes en la Parte de los Crímenes tienen la firma de un asesino, pero en la descripción indiscriminada de las muertas se confunde con muertes de mujeres por causas comunes de celos  o por el narco, y etcétera. Bolaño niega como Cervantes el género en que escribe. Niega el policial para ridiculizar la razón y dejar todo como antes, en un misterio,  porque eso es la vida, un crimen sin resolver y un cadáver sin enterrar apenas acordonado por unos cuantos mirones que somos tu y yo.

Pero el sol de  las novelas policiales declina ya, otro emerge radiante y peor,  es el género fantástico que R. Martín ha prostituido. Porque una cosa es Tolkien  y otra HBO. Como en tiempos de Cervantes que tenía que soportar a tantos imitadores de Lancelot, Artús, Tristán y Amadis de Gaula, hoy abundan  por doquier y sobre todo en sus adaptaciones en la pantalla chica (ya comienza la sexta temporada de Juego de Tronos en HBO) los caballeros, los dragones, las damiselas en peligro muchas veces no tan castas, los magos y caballeros negros, los castillos, en fin el mismo culebrón de siempre pero esta vez encantado.

Martín bien podría ser el Corin Tellado del género de espada y brujería que anega los estantes de las librerías del mundo entero. Habrá que esperar que alguien asome un nuevo Don Quijote, unos más real e ideal que nos devuelva al camino de la buena literatura y del buen idioma. Un Don Quijote para el siglo XXI escrita por un puño riesgoso.

Muchas pueden ser las patrias, se me ocurre ahora, pero uno solo el pasaporte, y ese pasaporte evidentemente es el de la calidad de la escritura (…) ¿Entonces qué es una escritura de calidad? Pues lo que siempre ha sido: saber meter la cabeza en lo oscuro, saber saltar al vacío, saber que la literatura básicamente es un oficio peligroso. BOLAÑO.

 

 

 

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