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Algunas Consideraciones Personales y Forzosas sobre Hora Zero

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Juan Ramírez Ruiz, Jorge Pimentel y Enrique Verástegui.

“Larga muchacho tu voz joven  como larga la luz el sol
Que aunque tenga que estrellarse  contra un paredón
Que aunque tenga que estrellarse  se dividirá en dos…. “
León Gieco, Hombres de Hierro, 1971

I.

Escribir lo que fuese señalando con justicia y sin miramientos el pasado reciente de nuestra tradición poética nos obliga  a intentar ser doblemente valientes habida cuenta de la cobardía inherente a la mayoría de quienes ya sea por interés, desidia o por lograr algún beneficio mediocre no señalan en público lo que resueltamente se conversa entre dos o más personas cuando se reúnen a tratar el tema de la poesía peruana en caso tengan cierto grado de inteligencia e información.

Este texto trata sobre Hora Zero y es imposible escribir sobre ese movimiento sin precisar que las divisiones entre las supuestas “generaciones”  del sesenta y setenta son poco adecuadas para entender este período  dado que no cada diez años se dan oleadas de tanto talento colectivo. En nuestro país, las décadas del veinte y treinta corresponden a la primera ola. Luego, llega una prolongada resaca o reflujo, no diría la debacle porque hubo grandes muestras  de talento individual pero sin duda hubo un detrimento respecto del exceso y gloria que alcanzaron las vanguardias de las dos décadas que he mencionado , dos décadas en las que los personajes adscritos al Conversatorio Universitario, es decir, la Generación del Centenario se hicieron figuras de primer nivel no sólo en las artes sino, sobre todo, en todas las otras muestras que tiene el ejercicio del pensamiento tal es así que a los nombres de los grandes poetas de esa época podría ofrecérsele como contraparte en el campo intelectual a individuos de un orden tan notable como Porras Barrenechea, Mariátegui, Basadre, Luis Alberto Sánchez o el mismo Haya de la Torre para mayor escándalo de sus detractores. En este orden de cosas, en este corsi et recorsi del talento en el país, llegan los sesentas, y toda la serie de convulsiones que estremecieron al mundo no sólo por diez días sino por mucho tiempo más,  tiempo, etapa o periodo  que en nuestro país se cierra con la caída del régimen de Velasco quien pese a los mil defectos que padeció sin duda fue menos lesivo para el país que el régimen que le sucedió , es decir, el gobierno de Morales Bermúdez quien hasta estuvo vinculado al Plan Cóndor y demás joyas propias de esa época oscura , etc.

No cabe duda que, y pese  haberse vuelto ya un lugar común casi de toda opinión crítica no puede evadirse el siguiente dictum, lo transitado del ochenta  a la fecha no ofrece muestras suficientemente descollantes para hacer frente esta temporada alucinante en nuestra tradición poética.

Vista así las cosas, no es propósito de este escrito tratar individualmente a cada autor sino enfocarme en la relevancia colectiva que tuvo Hora Zero así como si fueron coherentes con sus planteamientos originales así como esclarecer si la segunda etapa actuó legítimamente o si debió al menos cambiarse de nombre tal cual exigía JRR, a quién sin duda, considero el único teórico del movimiento pese a las limitaciones que exhiben sus planteamientos lo cual lo lleva cerca de Pound no por lo grandioso de su obra, el de Hayley es casi incomparable, sino por la anécdota en la que Pound descubre la potencia de la inspiración a través de la síntesis suprema que hizo del poema En una Estación del Metro que como se sabe en su inicio fue un poema de varias páginas , a los seis meses se redujo, y al cabo de un tiempo más Pound tuvo la “visión” perfecta que le hizo teorizar los fundamentos del imaginismo. El punto aquí es que Pound pese a tener todo su genio a disposición creyó estar descubriendo algo absolutamente inusitado cuando en verdad sólo se puso en sintonía con las raíces más profundas de la poesía tal cual sucede con la teoría del Poema Integral que nada adelanta respecto del mismo Pound o ante cualquier otro poeta cuya propuesta haya sido omnicomprensiva. En síntesis, una poesía que pueda asumirlo todo es un precepto clásico, lamentablemente, dejado de lado en los últimos siglos sobre todo en Perú, pero no por ello se justifica la pretendida revolución poética que propalaban por todas partes y no sé si eso se deba una cierta ignorancia o a puro cálculo pero la malicia me inclina hacia la primera opción.

II.

En fin, este texto, es decir, estos fragmentos,  pretende obtener algo de claridad sobre uno de los escenarios más embebidos de sombras y mentiras que existen en nuestro país: la literatura y, particularmente, la poesía. Pese a sus fines, este documento, en su factura ha admitido no pocas paradojas, reiteraciones y enfatizaciones que pese a poder ser retiradas por escrupulosidad técnica se mantendrán por honestidad intelectual y por la necesidad de repar más de una vez en muchos de los temas propuestos.

Cuando aún no se estudia a la importante propuesta colectiva que representó Hora Zero en los cursos correspondientes a la literatura nacional, ni siquiera en las universidades públicas, sino de modo excepcional o, peor aún, fuera de las aulas, tratar estas propuestas, indistintamente de si las apreciaciones sobre ellas sean laudatorias o, quizás, agraviantes, es desde su sola concepción un gesto de progreso sobre la mediocridad habitual y silenciosa, la que afecta no sólo a la literatura y a la poesía sino a todo aspecto humano cultural y artístico, político e intelectual, dado en el país.

Además de Hora Zero -pero partiendo de su circunstancia- se deberá cuestionar, el hecho de que haya tantos excelentes poetas dejados a la deriva o en ultratumba por la «oficialidad» esnob: Ojeda, Chirinos Cúneo, Leoncio Bueno – aunque este recientemente ha sido enaltecido en Lima, a los NOVENTA Y SEIS AÑOS- Vicente Azar, etc y la significativa miseria de que muchos poetas de orden ínfimo asuman participaciones en festivales, recitales, antologías y demás muestras que no les corresponden gracias a los buenos efectos de una bien medida red de relacione públicas.

Sobre este punto, es pertinente recordar, por ejemplo,  a las Bienales trujillanas ochenteras, a tanto premio concedido prácticamente al aire, al Premio Poeta Joven, a los Premios en general, a las “Ferias” del Libro, etc., muestras todas de lo negativo, mediocre y sectario del escenario literario nacional.

Considerando que no existe un verdadero canon literario en Perú, ni siquiera una «crítica» seria- sólo esbozos, asaz bien intencionados, asaz canallas y convenidos – y asumiendo como una exigencia que las «marquesinas» de quienes se creen los grandes «poetas» del país deben ser cambiadas pronto para hacer justicia a la poesía y a la vida por mi parte diré que debe cesarse en ciertas formas perversas de empoderamiento tal cual es el hecho de ensalzar a poetas mediáticos como Eielson, Varela, Hernández o Cisneros sobre tantos otros poetas de similar calidad o aún superiores y ni qué decir del embrollo dado del setenta en adelante. Esas farsas deben cesar, sobre todo, porque se tiene en las generaciones anteriores a verdaderos maestros como Adán, Moro, Westphalen o Xavier Abril a los que nadie del sesenta en adelante ha podido superar en calidad. Como se sabe, del ochenta a la fecha, las cosas se han tornado mucho más grises, más vacías y más falsas- y hasta se ha llegado a problematizar, irrisoria y casi soslayadamente, si Kloaka ha sido más significativa o si sus integrantes son mejores que los de Hora Zero y hasta se han dado homenajes en sede de instituciones estatales que no han sido dispuestas para estos fines ni para estos individuos cuyas propuestas anti estatales, anti establishment y contra cualquier forma de reconocimiento de parte de la  oficialidad los hace sumamente convenidos al participar de tales ágapes  burocrático- culturales.

En este momento, cualquiera se hace pasar por poeta pero en el inicio de Hora Zero, algunos de sus integrantes se atrevieron a plantarle el rostro a la infame realidad artístico cultural de su tiempo con juicios que deben ser evaluados  con rigurosidad pero que independientemente de la apreciación de cada uno, sin duda, han sido los actos más valientes dados en este país luego de las acciones de los poetas revolucionarios y exiliados en las décadas anteriores al sesenta y, también, a aquellos escritores peruanos heroicos que abrazaron la causa republicana durante la Guerra Civil Española.

III.

Sólo un mezquino podría negar la importancia de Hora Zero o que algún otro grupo posterior haya superado lo planteado por el movimiento en su primera etapa pero sólo un fanático guardaría silencio sobre la legitimidad de todo lo que vino luego de 1977 ya sin Ramírez Ruiz y pese a que este período en términos de divulgación y de activismo ha sido bastante próspero o positivo para el grupo es un hecho que el movimiento sin JRR, al menos, por dignidad, debería haber variado de nombre. Afirmo en todo momento y ante cualquier audiencia que esa deplorable exclusión es uno de los «ROBOS» menos señalados en nuestra historia literaria y da una medida cabal del grado de valentía de la mayoría de escritores peruanos que no han establecido una posición al respecto.

Sin duda, es un mérito de Hora Zero el haber llevado la poesía fuera de los clásicos cenáculos literarios LIMEÑOS. Sin embargo, no se puede ser condescendiente, sería una ridiculez ser condescendiente con quienes fueron tan radicales en su crítica primera, la que considero hechura casi absoluta de Ramírez Ruíz puesto que Jorge Pimentel, uno de los poetas peruanos que más he valorado en el pasado, probablemente no haya escrito más de 4 o 5 líneas en Palabras Urgentes, texto en el que obviamente no tuvieron nada que ver otros horazerianos.

Considero que los actos y propósitos de este movimiento desde hace tiempo se  sintetizan en la necesidad de establecerse como una  oficialidad paralela porque  a estas alturas es imposible negar que lo sean,  y mis razones son las siguientes partiendo, desde luego, que esa es la impresión que se tiene del grupo desde hace mucho tiempo, y no desde la publicación de Los Broches Mayores del Sonido, intento de hegemonizar la poesía peruana del setenta la fecha desde la aparente marginalidad y cantilena de que los excluyen de todas las antologías dadas en el país luego de Estos 13 que pese a todo los pone en vitrina con otros poetas mucho menos autopropagandísticos pero tan o más interesantes que los horazerianos, evidentemente se deja de lado que Estos 13 es con toda seguridad la última gran antología poética dada en este país por la relevancia de lo allí expuesto tanto a nivel de poesía como de los comentarios de los autores consignados, etc. Cabe añadir que la “institucionalización” bohemia y quilquera del salón que les ha dedicado el Queirolo  es un elemento más de la mediocre “patería” limeña y que en todo caso  grandes dipsómanos como Martín Adán o Juan Ojeda no tienen un salón en ninguna parte y ambos son mucho más legendarios tanto a nivel de poesía como a nivel de bares en cada sitio donde hayan reparado en beber lo que bebiesen. Este autobombo que creen muy necesario es lo peor que puede hacer un poeta que se respete y desde hace décadas pese al ninguneo académico puesto que el aval de los jóvenes poetas- jóvenes poetas que a inicios de los noventa iban buscar a Verástegui hasta Cañete para beber de su “sabiduría”, los menos felices ya que de esa “sabiduría” sólo quedan ruinas y casi ningún alegato moral , o los jóvenes que leían deslumbrados Ave Soul y/o Un Par de Vueltas por la Realidad , sobre todo la parte final dedicada a teorizar los contenidos del Poema Integral ,  titulada “Hechos que no deben olvidarse” , la cual contiene , quizás algunas de las líneas más relevantes de JRR, , los más felices, sin duda- y el hecho de que no haya surgido directamente un grupo o un contingente que en rigor esté o haya estado en contra del movimiento salvo Kloaka, lo que no es mucho decir, a lo cual se suma el hecho de que tengan, como grupo supuestamente contracultural y anti establishemnt, una vigencia casi continua de más de 40 años. Si a todo esto le sumamos la reciente publicación de la antología compartida con los infrarrealistas, tenemos la proporción exacta de sus motivos, como colectivo, para verse bien posicionados en el escenario literario.

Como se ve luego de los hechos que he expuesto es imposible negar la necesidad de reconocimiento que tiene  HZ y, a todo lo cual añado la polémica que se dio en atención a la antología Esplendida Iracundia, texto que puede ser todo lo arbitrario que se les ocurra a sus autores toda vez que es responsabilidad de ellos ofrecer lo que consideraron valioso.

Sí acaso no es claro que son una oficialidad paralela debe entenderse que todo el escándalo suscitado respecto de esta antología se dio precisamente por asumir que por enésima vez los ignoraban y dado que se sienten oficialmente consagrados no podían permitir tal vejación y esto pese a que los tres fundadores no estaban precisamente mal posicionados en la encuesta realizada a fin de determinar a los autores que serían incluidos en la antología. Lo peor es que todo esto está mal dado que en todo caso deberían haber sido siempre un movimiento al margen de este sistema o, al menos, deberían tener la elegancia de no andar reclamando laureles en caso haya quienes les niegan importancia .

La literatura peruana es repugnante, circunstancia nefasta que debe cambiar de una vez por todas y pronto si se quiere procurar su resurgimiento, desde que se deja a unos pocos limeños establecer la endeble pantomima de canon  que existe en la actualidad pero también por todos los tipos de argollas existentes, el compadrazgo, los silencios y la falta de autocrítica.

En alguna ocasión reciente, el poeta Juan Cristóbal pregunto si Hora Zero ¿es o fue contracultura? Le respondí las siguientes líneas, las que dan una idea general de mi percepción sobre dicho movimiento: DESDE EL 77 HASTA LA FECHA HAN INTENTADO SER PARTE DEL SISTEMA Y, POR TANTO, NO PUEDEN SER CONTRACULTURA. JUAN RAMÍREZ RUIZ FUE EL ÚNICO CONSECUENTE Y COMO TAL FUE EXCLUIDO DEL MOVIMIENTO QUE FUNDÓ, PERPETRÁNDOSE ASÍ UNO DE LOS «ROBOS» MENOS SEÑALADOS EN NUESTRA HISTORIA LITERARIA. LA PERTINENCIA DE PALABRAS URGENTES 2 SIEMPRE QUE SE PROBLEMATICE LA REALIDAD DE HORA ZERO ES PLENAMENTE VIGENTE. Y no hay nada más que agregar al respecto salvo que alguien demuestre lo contrario.

IV.

El problema en la incoherencia de Hora Zero no es sólo la relación entre la poesía y la política a través de la pertenencia a una ideología, en este caso, el marxismo leninismo, cuya adhesión fue interpuesta desde Palabras Urgentes,  sino el esclarecimiento de la ÉTICA que motivó la acción de un movimiento que intentó transformar la realidad a nivel poético y político asumiendo una radicalidad total y un compromiso ético con la REVOLUCIÓN y el CAMBIO SOCIAL como nunca antes se vio en nuestra historia. Sobre este punto , debe atenderse no sólo a Palabras Urgentes sino también al importante documento propuesto por Juan Ramírez Ruíz al inicio de Un Par de Vueltas por la Realidad, El Punto sobre la I, sí, el que contiene , el esbozo de teoría tan famoso, Poesía Integral.

Sobre este detalle en particular, debo señalar que no faltará alguien que se pregunte ¿pero qué diablos tiene que ver eso con la poesía?”. La respuesta es que en un movimiento surgido con los fines e ideales que expuso Hora Zero el tema político y ético es gravitante y fundamental por ser parte orgánica de sus principales planteamientos. En todo caso, la única respuesta que satisfaría, en apariencia,  a la relación entre poesía,  política y ética sería NADA. Mas el problema  de fondo no es ese sino LA FALTA DE COHERENCIA Y HONESTIDAD DEL INDIVIDUO O DEL COLECTIVO ya que decir ser tal o cual cosa y no serlo es un acto propio de un FALSARIO y si Hora Zero tiene una importancia, o debería tenerla, es porque pretendió instaurar una ética nueva de la mano de una estética nueva y no sólo en el ámbito de la poesía peruana sino en su total realidad. De hecho, todo el rollo del poder transformador de la poesía y su violenta crítica a toda forma pasada se sustentan únicamente en eso, en una ética nueva, la cual se viabiliza a través de dos caminos paralelos, lo literario y lo político, extremos definidos claramente desde el primer párrafo de Palabras Urgentes y que se desarrolla en el curso de las primeras dos páginas que preceden al juicio que emplaza a todos los poetas anteriores a 1970 ya que aquellos no eran cuestionados únicamente por razones estéticas sino, sobre todo, políticas, al ser acusados de no haber comprendido la realidad peruana y de haber expuesto muestras poéticas que no ofrecían ninguna posibilidad de cambio, cambio que , en todo caso, en su primera etapa sí fue asumido por Hora Zero como parte de lo que representaba en ese momento, al menos en la teoría , es decir, en el manifiesto original y que en la segunda etapa fue asumido por asumir sin haber reparado en consecuencias como estas o, en todo caso, para empeorar lo mal que estaban, recuerden la denominación Hora Zero-FOCEP.

Por un raro acto de justicia poética, Hora Zero en la actualidad asume Palabras Urgentes y, convenientemente, desestima a Palabras Urgentes 2, ya que no lo considera en sus publicaciones ni siquiera como el testimonio de un disidente y ni siquiera el de un disidente cualquiera sino de quien diseño la propuesta original y de alguna manera, se hacen responsables de los excesos propuestos por JRR y que, para mayor paradoja, fueron señalados, crudamente, en Palabras Urgentes 2.

En fin, cualquier argumento que intente segmentar la realidad literaria de la política respecto del movimiento estará viciado desde su origen porque la cita de marxismo leninismo  y la adhesión de los firmantes a esta ideología están en el primer manifiesto pero como la inconsecuencia horazeriana es tan grande como su afán de notoriedad se ve lo que estamos comentando. Lo peor es que si fueran honestos y dijeran fracasamos y usufructuamos indebidamente el nombre Hora Zero serían admirables tanto como si hubieran cambiado ese nombre para la Segunda Etapa pero nunca lo van a hacer así como nunca admitirán su fracaso , quizás, por andar más pendientes de si a los integrantes del movimiento Kloaka los están estudiando en los Estados Unidos y no a ellos o si han sido incluidos más cloacales que horazerianos en las arbitrarias antologías que se publican en el país.

Se debe ser férreamente crítico en todo no sólo en política y se debe hablar en voz alta en este país de mudos convenidos. Definitivamente, por andar en cuchicheos e infundios es que el correlato de la debacle poética del Perú se identifica plenamente con la debacle política  que ha sufrido el país durante las últimas décadas.

Lo que podría salvar a un escritor peruano horazeriano o no de ser un simple farsante es no haber defendido nunca a un gobierno peruano, hasta la fecha todos han sido pésimos, ni haber guardado silencio ante y sobre el terrorismo, ni haber buscado los favores de nadie, ni haber sido un cobarde sino que, como contradicción a este deplorable marco de acciones , es haber sido permanentemente críticos de la política imperante en el país y nunca haberse llenado la boca asumiendo un lugar que a lo sumo sólo lo otorga el tiempo y no las antologías ni los recitales ni las polémicas ni las tesis dedicadas a explicar las obras de nadie.

Finalmente, casi todas las vanguardias han terminado asimiladas por el sistema. Que a Hora Zero el sistema no la haya asimilado o viceversa, pese a que no pocos críticos abogan por ellos, sin cuestionar todo lo que debe ser cuestionado y que, pese a la trascendencia innegable de algunos de sus integrantes a título individual, existan otros grupos que pretendan hacerles sombra o peor aún, que asumen estar a su nivel o sobre él, es un tema para investigaciones más complejas y extensas que la presente.

V.

Escribir un balance de la poesía peruana del último medio siglo en relación con la política sería imposible sin considerar a Hora Zero y sin considerar a las revistas, instrumentos de difusión fundamentales para establecer canales de discusión y/o polémica hasta antes de la aparición de internet, así como a las condiciones intelectuales de aquellos que asumen el ser poetas.

A sabiendas que escribir tratando de hallar la objetividad pura es una utopía, escribir tratando de hallar a la verdad es peor porque escribir así es escribir siempre desde el exilio de uno mismo, desde fuera, desde la contemplación absorta de nuestra propia piel desollada.

Y es peor si nos detenemos en los alrededores como sucede  en este caso. En este orden-desorden- de cosas  qué hallamos en el desconcierto que es la suma de cadáveres de la poesía peruana desde hace medio siglo sino imágenes desoladas y desiertos, largos encajes tendidos sobre la delicadeza del lenguaje intentado ser violentos quiebres de acero, denodados intentos de poetizar tal cual el habla como si esto fuese la develación de un lenguaje tan extraviado como la literatura de la Atlántida –“poetry is speech” es un descubrimiento polémico al cual se vuelve cada cierto número de décadas y a veces de siglos, Pound lo hizo y antes que él hubo otros y otros quizás desde antes del mismo Homero – , etc….

Por otro lado, los grandes animadores culturales de otros tiempos, sin duda mejores, no tienen ni siquiera la pálida sombra de un intento de reemplazo.

Una revista como Las Moradas, es decir, de esa calidad y trascendencia, es, ahora, inimaginable. Y  no sólo por no haber un solo poeta-editor a la altura de Westphalen sino que parece no haber relevo para los insignes colaboradores que redactaron los diversos textos que componían la célebre revista. Quedemos en espera de todos ellos y volvamos al tema que nos lleva, en este momento, frente al teclado.

Hasta qué punto ha involucionado nuestra poesía que hoy casi ningún poeta escribe ensayos, o tan siquiera artículos, y lo peor es que no sólo no escriben sobre poesía sino que desconocen todos los otros temas que deberían afectar el libre ejercicio de su pensamiento. En cambio, proliferan centenares de liricos adeptos tan sólo a la poetización. Sin capacidades o interés alguno para la vida excepto leer poemas en cuanta ocasión publica se les solicite  ¿Esto es un riesgo para la calidad de la poesía producida por ellos mismos? A primera vista, no pero coincidiendo con Hora Zero en que al país lo aqueja una” situación de tragedia” de un modo casi permanente desde hace tantas décadas como un casi redondo medio siglo, es atendible el hecho que el poeta, un poeta “peruano del Perú” asuma al menos un compromiso social no en relación a un colectivo particular sino que en tanto ciudadano, es decir, en cuanto a individuo, y, por tanto, resuelva y actúe con propiedad respecto de los medios con los que cuenta, el primero, la palabra.  Acaso haya grandes ejemplos de esta condición en nuestro pasado reciente pero yo no los conozco. En teoría, Hora Zero sería el colectivo llamado a ejemplificar este nivel de compromiso con la realidad del país y con un ejercicio político activo mas durante décadas lo único que se ha hallado es silencio y nada de contundencia. Algún manifiesto horazeriano que fuese más allá de lo estrictamente literario, nada, algún manifiesto “político” del movimiento siendo certeramente críticos o en contra de Velasco, nada, en contra de Morales Bermúdez , nada   en contra de Belaunde, nada, en contra de García, nada y en contra de Fujimori, nada. Una vez que regresó la “democracia” cabría esperar señalamientos precisos y “contundentes” sobre cada periodo gubernamental sucedido luego de Paniagua y nada. Al mismo Paniagua había tanto que señálesele- por ejemplo, no retornar a la Constitución de 1979, teniendo la gran, quizás, la única, oportunidad para que eso sucediese-  pero nada. En contra de Toledo nada, en contra de García nada, en contra de Humala, nada.  Alguno podrá argüir pero esto que tiene que ver con la poesía a los poetas no se les juzga por su consecuencia o por sus actividades políticas pero el caso con Hora Zero es diferente ya que empezaron queriendo convulsionar al país tanto poética como políticamente y en algún momento, el más bajo, sin embargo de esta circunstancia, llegaron a forjar una alianza ridícula con el FOCEP cuyo líder ha sido sindicado como el gran causante de la ruptura de la famosa Alianza Revolucionaria de Izquierda a fines de los años setenta. Dejemos la cosa allí para evaluar, al menos, si entre los documentos expedidos y propalados por los tres socios de la “conquista” horazeriana desde 1980 a la fecha existe manifiesto o testimonio alguno que acuse directamente como debe ser a los pésimos políticos que han asumido funciones dirigenciales, gubernamentales y/o representativas dentro del aparato público peruano. Y, nuevamente, el resultado es nada y esto debe ser señalado con toda gravedad puesto que un grupo tan pretenciosamente revolucionario no ha materializado posibilidad alguna siquiera de tener a nivel individual un ejercicio político ciudadano de rango decente. Octavio Paz, bestia negra de sus aliados mexicanos, los infrarealistas, es mucho más activo y trascedente en términos políticos que cualquier miembro de Hora Zero respecto de lo que debe ser un poeta. y ello indica al menos otra clase de paradigma, mucho más atendible sí se es poeta y mucho más sí sé es un poeta en formación es decir un poeta joven  dado que hora Zero quiso representar “ el poder de la joven poesía” – JRR en las páginas 108 y 109 de Un Par de Vueltas por la Realidad señala con este subtitulo una de sus páginas menos atendidas, diligentes lectores sean investigadores y repasen esas dos páginas, repasen todo contenido de ese libro y verán un camino en medio de la niebla que rodea al movimiento desde hace tanto. Sin embargo, cualquier forma elogiosa respecto de JRR encuentra pronto réplica sobre réplica ya sea  en  relación a su propia persona y/o a sus  actividades. JRR, es decir la voz primera del movimiento, quien lúcidamente señala los defectos de un país en circunstancias terribles no sólo propone una salida a la cual nunca se orientaron cabalmente, es decir, el marxismo leninismo, sino que a esa pose le devino luego lo único que podía suponerse , es decir, un  apoliticismo atroz y es que JRR, idénticamente al movimiento que fundó, dejó como teoría casi todo lo que escribió y allí donde se señalan las inconsecuencias y caídas de este cabe admirar que pese a ello haya tenido la nobleza de denunciar a la segunda etapa de Hora Zero en el famoso recital donde el mismo distribuyó el siempre pertinente Palabras Urgentes 2, documento mucho más centrado en la literatura que en la política a diferencia de Palabras Urgentes.

La conclusión es que no sólo nunca tuvieron consistencia teórica a nivel político si no que además, su propuesta “política” fue sólo antojadiza y frescamente posera. Y, finalmente, no puede esperarse legado alguno respecto de este movimiento en los términos propuestos en esta sección si advertimos con preocupación, como en efecto sucede en la actualidad,  que la mayoría de colectivos “poéticos” no tienen ni la más remota posibilidad, en este momento, de preocupar a quienes regentan el poder  ni mucho menos cuentan con la posibilidad de crear algún tipo de conciencia social, creo que ni siquiera dentro del ámbito de influencia que pudiesen tener sobre sus propios integrantes. Por lo expuesto, es brutal que la mayoría de poetas no puedan tomar acciones respecto de un adecuado ejercicio político ciudadano, en el cual no se incluye, por ejemplo, el apoyo a alguna eventual candidatura de “izquierda” y aquí podríamos señalar hasta que punto esta debacle horazeriana y de la poesía en general se une a la debacle de la izquierda en el país pero eso sería un tema digno de ser controvertido en una disertación estrictamente ceñida a ese punto y, por tanto, este no es el espacio adecuado. Sin embargo, basta agregar que la correspondencia entre el brillo poético y el intelectual de los diversos periodos de esplendor que nuestra tradición ha atravesado dejan constancia que así como se señala la ausencia de artistas verdaderamente relevantes en el ámbito de la poesía en las últimas décadas se señala o se ha de señalar, de igual, forma la ausencia de intelectuales que pudiesen estar en otro orden de registro , es decir , la debacle de la poesía peruana es correspondiente a la debacle intelectual de la misma. A lo anteriormente descrito, cabe agregar un correlato deprimente, la debacle política existente en el país que parece no detenerse en ningún momento.

El encabezamiento del mal ejemplo para las nuevas generaciones de poetas interesados en política – como debe ser, en tanto el ser ciudadano es exigencia cabal de un ser humano pleno – como se ha visto, de alguna manera o de otra, corresponderá a Hora Zero.

VI.

Es una desgracia querer imponer la importancia de uno mismo a los demás. Es peor cuando el agente prepotente se trata de un movimiento vanguardista distante en sus inicios de toda forma de hegemonía y de permanencia dentro del establishment. No es imaginable siquiera pensar en Westphalen, Vallejo o Adán en este plan a título personal mucho menos a título de un colectivo. ¿Por qué la gente no señala todo esto? Bien puede ser por desprecio o por desdén. No creo que por cobardía aunque en este Perú eso es de nunca acabar. Quizás, por utilidad o falso espíritu de camaradería.

Se lee en múltiples declaraciones y otros documentos que un mérito de HZ es haber descentralizado la poesía peruana, haberla hecho masiva y demás sandeces. Nadie ignora el origen de Valdelomar, Vallejo,  Oquendo de Amat, Churata u Ojeda. Esta mención quiere decir el que es bueno escribirá dónde sea, cómo sea y sin importar si en Lima prestan oído a sus cantos y, además, en medio de la incertidumbre brutal que es la literatura, un creador auténtico cuenta con la seguridad de que su obra  prevalecerá al paso del tiempo sin necesidad de recurrir a recitales, antologías ni polémicas.

Que antes de Hora Zero hubo 100 poetas y luego de su surgimiento hubo 10000, en caso se pudiese imputar a este movimiento el incremento de “poetas” en el país, es algo para nada positivo ya que esta sobre abundancia de poetas ha degenerado en la pésima calidad de decenas y decenas de farsantes que quieren o pretenden poetizar como si la cosa se debiese únicamente al esfuerzo o a las buenas intenciones.

Como en toda vanguardia los resultados son en todo distantes de lo propuesto así un grupo iconoclasta y revolucionario se tornó en menos de diez años en revisionista de sí mismo y no produjo ninguna poesía nueva. Creo que todo poeta sabe que NIHIL NOVI SUB VERBUM. Ninguna pose parricida puede fundamentarse de verdad y en estos términos prefiero una línea de Pessoa, a título de Ricardo Reis, “Debe haber en el poema más pequeño de un poeta algo en lo que se note que existió Homero. La novedad en sí misma nada significa, si no hay en ella una relación con lo que le precedió…” Rastrear las deudas de Hora Zero con otros autores será motivo de otros escritores más afectos a este tipo de investigaciones mas si me interesa señalar que no son de ninguna forma los poetas más altos de su tiempo ni a balazos y si no los consideran en las antologías no debería importarles en tanto su legado esté a salvo en la obra de los jóvenes poetas pero para bien o para mal no veo a muchos jóvenes asumiendo esas obras, error craso, visto desde otro lado, ya que las obra de JRR y EV sí constituyen un gran testimonio de riesgo y ambición literaria, en ese sentido, dignas de ser emuladas por los jóvenes creadores, etc.

El franco proceso de ruptura señalado en Palabras Urgentes no duró mucho  y luego de los ochenta fuera de “rajar” de cualquier crítica realizada al movimiento, HZ no ha repercutido para nada en la acción poética nacional.

No puede asumirse una continuidad en Hora Zero luego de la disidencia de JRR y su manifiesto Palabras Urgentes 2 porque toda la primera etapa de HZZ gira en torno a textos escritos directamente por él, en todo caso, si hubiera sido legítimo usar el nombre en la segunda etapa pero argumentando una franca ruptura con la primera porque un desajuste de tales dimensiones como Palabras Urgentes 2 no podía ser pasado de largo sino que debía será tendido con exhaustividad y a la fecha no se ha sabido de refutación alguna al mencionado texto de JRR por parte de la oficialidad horazeriana y ya han pasado más de 30 años desde esa circunstancia esperemos que fundamenten en próximas antologías la NULIDAD de las críticas formuladas por el fundador y teórico máximo de SU  movimiento.

 

Extras que deben complementar esta lectura:

-Palabras Urgentes.

-El punto sobre la I.

-Palabras Urgentes 2.

-Fragmento de Kenacort y Valium 10:

“Nosotros NO ESPERAMOS ALABANZAS NI RECONOCIMIENTOS. No esperamos PREMIOS NI ELOGIOS, y el tiempo no dirá lo que nosotros demostramos ser ahora, sino que nosotros nos demos perfectamente cuenta de este tiempo y todos nuestros conocimientos los volcamos en éste tiempo con pasión. Sabemos la dimensión de nuestros actos, sabemos nuestra dimensión de precursores de una época diferente, justa, luminosa, donde sea posible la realización plena del individuo.

…………………….

Y EL POETA Y EL ESCRITOR NUNCA DEBERÁN SER UNA INSTITUCIÓN, ni nada por el estilo PORQUE SI ES ASÍ SUFRIRÁ – con justicia – TODO NUESTRO ODIO, TODA NUESTRA CÓLERA, TODA NUESTRA REPUGNANCIA, TODA NUESTRA INDIGNACIÓN Y NUESTRO DESPRECIO.

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