Era noviembre del 2021, en plena pandemia, y muchas familias aún permanecían dentro de sus viviendas; algunos trabajando de manera remota, otros estudiando, o sencillamente pasando las horas viendo televisión, cuando de pronto esa monotonía se vio interrumpida por culpa de un zorrito que andaba merodeando por Comas.
Su historia, digna de contar, trata sobre un zorro que de muy pequeño fue confundido con un perro, pues el vendedor que le ofreció a su futura dueña, Maribel Sotelo, le aseguró que se trataba de un cachorrito; sin embargo, con el pasar de los meses su comportamiento se fue tornando más salvaje, así como sus rasgos físicos propios de lo que realmente era: un zorro andino. Una noche, producto de unos inusuales relámpagos, Run Run, se escapó de casa. Fue así como su historia se volvió mediática, yendo una cantidad inusitada de medios de comunicación para cubrir la noticia del zorrito.
Tiempo después, el 8 de noviembre, los especialistas del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) lograron capturarlo, aplicándole un dardo tranquilizante, siendo mantenido en cuarentena en el Parque de las Leyendas. Luego de ello le realizaron una diversidad de exámenes para determinar su estado de salud y posteriormente fue enviado a a Granja Porcón, ubicada en Cajamarca, sitio donde hasta ahora permanece en cautiverio.
No contentos con su encierro, el Instituto Peruano de Asesoría Legal del Medio Ambiente y Biodiversidad (Ipalema) demandó al Serfor argumentando una vulneración de los derechos del zorro ‘Run Run’ por mantenerlo en cautiverio en el Parque de las Leyendas tras ser capturado el 9 de noviembre de 2021, en Comas, donde fue criado como un animal silvestre.
La resolución emitida —el 28 de junio— por el Tercer Juzgado Especializado en lo Constitucional de Lima indica que en la demanda de Ipalema se mencionó que el cautiverio del zorro “Run Run” vulneró el principio constitucional de protección del bienestar animal, puesto que su permanencia en un zoológico podría haberle generado estrés y sufrimiento en su integridad física y emocional, teniendo en cuenta que el animal ya presentaba problemas de salud como “erliquiosis, distemper y anemia”.
Este fallo histórico, al pronunciarse a favor de un animal, ordena a Serfor reevaluar el estatus de run run y considerar su reinserción en su hábitat natural.
En su resolución, el Tercer Juzgado Especializado en lo Constitucional del Poder Judicial (PJ) también ordena al Serfor a crear, en un plazo no menor de 30 días, un protocolo para atender casos como el del zorrito ‘Run Run’.