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Yohann Turbet Delof “El plagio es un acto altamente condenable”

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Desde un poco más de año y medio Yohann Turbet Delof, es el nuevo director de la Alianza Francesa, llegó al Perú luego de trabajar como Gerente de Cultura de la Municipalidad de Versalles. A su llegada al país restructuró la Alianza Francesa, uno de los Centros culturales más importantes y con mayor actividad en el Perú.

Para él una política cultural no es la acumulación de eventos en un espacio, la política cultural va más allá de eso, es más profunda. Asimismo, conversamos sobre la polémica que despertó el plagio de Nicolás Tarnawiecki, curador del concurso Pasaporte para un artista.

Yohann Turbet, también habló sobre la feroz crítica de Luis Lama, la importancia de la ética, la “argolla” en el Perú, la ausencia del Estado peruano en el tema cultural, y además, dejó abierta la posibilidad de que el premio Pasaporte para un artista sea organizado por la Escuela Nacional de Bellas Artes.

Aquí la entrevista en exclusiva con Lima Gris.

 

El plagio del texto del curador Nicolás Tarnawiecki ha generado una discusión bastante fuerte. Creo que la Alianza Francesa le dio excesiva confianza.

La confianza es indispensable, no contratamos un curador para que sea un alumno o un portavoz de la Alianza. No contrato un curador para controlarlo; contrato un curador porque confío en él; es el principio base de la curaduría. Contratamos a Nicolás Tarnawiecki porque era un curador reconocido en el medio, estuvo trabajando para instituciones importantes, de ahí lo elegimos por su criterio académico, criterio de conocimiento profesional.

Lo que criticó mucha gente es que no se dio la postura oficial de la Alianza Francesa sobre el tema del plagio. Como se sabe solamente fue publicado el comunicado del curador, pero para muchos faltaba la voz oficial de la Alianza Francesa sobre aquel tema.

Claro, eso me sorprendió un poco porque hubo una clara sobreinterpretación de nuestro comunicado. ¿Qué dijo nuestro comunicado? Difundimos que hubo un plagio, lo hicimos públicamente en todas nuestras redes, eso ya es un acto fuerte. También difundimos la carta de explicación del curador Tarnawiecki. Difundir el comunicado del plagio no significa que aceptamos su versión, solo significa que lo tomamos en consideración. Ahora, si es una cuestión de condenar el plagio, obviamente lo condenamos; el plagio es un acto altamente condenable. Esto está en contra de los principios y valores de la Alianza Francesa, eso está clarísimo.

De repente las tres personas perjudicas esperaban la voz oficial de la Alianza Francesa, creo que hubiera sido importante una llamada, una disculpa formal ¿Se comunicaron con ellos?

Primero dos cosas. Las disculpas formales están en nuestro comunicado, pedimos dos veces las disculpas del caso, es decir las disculpas de la Alianza Francesa y de la embajada de Francia. De ahí el curador comunicó muy formal que la culpa era suya, y que no había ninguna responsabilidad de las instituciones que lo contrataban. Nosotros pedimos las disculpas porque nos parecía formal y lógico, de ahí el curador insiste sobre el hecho que la responsabilidad la tenía él. Mi posición la acaban de tener, obviamente condenamos el plagio, y lo rechazamos totalmente, mi posición es firme y clara.

Curador Nicolás Tarnawiecki. (Foto Facebook)

Imagino que no volverán a trabajar con Nicolás Tarnawiecki.

Eso es obvio, pero el debate va mucho más allá de una persona, creo que esa persona ya asumió las consecuencias, y no nos corresponde ahora insistir sobre eso, ya muchas instituciones han tomado esa misma decisión, para nosotros  es obvio que la decisión es exactamente la misma y es evidente y no me parece necesario profundizar en este tema. El curador ya está asumiendo las consecuencias.

Siempre que suceden este tipo de errores o traspiés aparecen personalidades del arte que opinan del tema. Luis Lama no solo criticó el plagio que cometió el curador Nicolás Tarnawiecki, también dijo que Pasaporte para un artista es un concurso mediocre.

Primero, que en Francia hay una expresión muy graciosa, se dice: “no hay que botar al bebé con el agua del baño”. No tiene ninguna legitimidad para botar toda a la vez. Después usa adjetivos de tipo malo y mediocre; pero que lo sustente, que lo desarrolle, yo estoy muy abierto a todas esas discusiones. Hubo debates muy interesantes en torno a la obra del ganador, en torno a lo que es un concurso, una curaduría, la memoria en el Perú. Pasaporte está aquí para generar debates, yo siempre llamaré a la escena artística limeña a generar esos debates, la Alianza Francesa está aquí para eso, está aquí para abrir esos campos de investigación, reflexión e innovación. Pero criticar algo diciendo que es malo o mediocre, bueno, solo tomamos nota. Y lamento que algunas personas no compartan nuestros esfuerzos, pero, qué más puedo decir, eso no son argumentos, es solo un punto de vista totalitario, que no permite abrir campos de reflexión. Mi opinión personal es que Pasaporte para un artista, es el único espacio en Lima que permite apoyar a jóvenes artistas, talentos y emergentes que apuntan a ser profesionales.

Actualmente en el Perú el curador muchas veces toma demasiado protagonismo, incluso mucho más que los propios artistas, esto genera fuertes fricciones de los egos en el mundo del arte ¿Qué piensas sobre esto?

El curador está para orientar a los artistas, apoyarlos y crear el marco conceptual que permita ver una exposición que tenga sentido. Antes estábamos en un error, por eso ahora hay un eje temático, antes era una curaduría meramente expositiva que para mí no tiene mucho sentido, solo era acumular objetos en una misma sala. Ahora tenemos un curador que asegura ese marco conceptual, asegura que el público vaya a ver una exposición que tenga sentido, es decir, que sea una exposición homogénea y no una sencilla acumulación de objetos. Ahora, a quién se premia, pues al artista, es él quien se va a París. El equilibrio está perfecto, ahora que algunos curadores tomen protagonismo por su ego es cierto, eso ocurre en varios países, pero Pasaporte es un concurso que se apoya sobre la competencia de un curador, que es una competencia indispensable para valorar a los jóvenes artistas, y dentro de todos ellos enviamos a un artista a París para que se profesionalice.

En los últimos premios de Pasaporte para un artista, las obras ganadoras han sido conceptuales, en el Perú el arte conceptual se critica mucho, recordemos la obra ganadora de Chambi en el concurso de fotografía del ICPNA ¿De alguna forma el premio Pasaporte para un artista actualmente apuesta más por el arte conceptual?

Depende de lo que entendamos por conceptual. ¿El arte conceptual es un arte que tiene sentido o es minimalista? primero tendríamos que definir eso. ¿El arte conceptual es un arte sin forma y con mensaje? Pero el arte siempre tuvo mensaje, siempre fue conceptual, en la última edición de  pasaporte premiamos una obra que perfectamente integra la forma con el contenido. Para mí  un arte conceptual es un arte que sí tiene sentido, no es una mera copia de un paisaje idealizado como en siglos XVI y XVII. En Pasaporte se premió una obra que tiene un alcance figurativo tan fuerte como un alcance intelectual y conceptual, así que no te voy a decir que no premiamos lo conceptual, porque obviamente nos gustan las obras con sentido. Nos gustan las obras que tienen un alcance intelectual fuerte y que permite entender mejor la complejidad de la realidad, y lo que se premia es cómo se ha plasmado ese mensaje. Pasaporte no es un premio de arte conceptual, es un premio de arte que premia la forma, el mensaje, el proceso del artista, y también su manera de integrarse en una exposición colectiva y a un espacio definido.

Foto: La Mula.

En las últimas tres ediciones ha existido cuestionamiento del público, por un lado gente de la Católica decían que está bien, pero a la gente de Bellas Artes no les parecía ¿Se toma en cuenta la opinión del público o solamente se toma en cuenta la opinión de los entendidos?

Primero, yo no escuché las mismas cosas. Escuché que el concurso sigue mejorando,  de las últimas ediciones no escuché críticas, solo escuché muy buenos comentarios, yo he visto las dos últimas ediciones y me han parecido exposiciones de un buen nivel. Lo segundo es que los comentarios o críticas que hemos escuchado ya las hemos tomado en cuenta. Como expliqué, desde hace unos años estamos contratando un curador, puedo entender las críticas cuando una exposición no tiene curaduría, pero siempre hemos contado con curadores reconocidos a pesar del debate actual que tenemos. Hay gente que dice que no es necesario tener un curador, pero yo seguiré defendiendo que sí se necesita un curador, hay que tener un eje temático a la vista. Lo tercero es que la siguiente edición será el aniversario 20 de Pasaporte para un artista, allí sí tendremos una reflexión muy profunda de todo lo que está ocurriendo en el escenario local, una reflexión sobre la figura del artista, una reflexión sobre lo que es realmente una obra de arte. No les puedo comentar más porque lanzaremos la convocatoria a inicios del 2017.

Una de las cosas que se critica mucho en el Perú es la “argolla”. Debido a la “argolla” mucha gente talentosa queda rezagada, y los artistas que no deberían destacar terminan sobresaliendo, debido a alguna afinidad o cercanía con algún amigo que trabaja en una institución cultural o para el gobierno.  Incluso por tener una amistad con críticos de arte ¿Qué piensa sobre la “argolla”?

Primero, que hubo subentendidos en las críticas que hemos leído, diciendo que hay malos curadores porque se contratan a los amigos.  Quiero expresar personalmente que el curador de Pasaporte para un artista, no tenía ninguna relación familiar no profesional con la Alianza Francesa o con sus trabajadores; es una elección que hicimos a base de una candidatura abierta, y elegimos en base a criterios profesionales. En cada una de mis decisiones es importante la transparencia ya que es clave y además forma parte de los principios franceses que son sujetos a discusión, o sea, el vínculo personal o amical en las decisiones profesionales en Francia está totalmente mal visto. Es totalmente criticado y a menudo está sancionado fuertemente. Ahora, sí es cierto que es un sistema que prevalece bastante en el Perú. Aquí en la Alianza Francesa rechazamos totalmente esos vínculos, porque nos parece desvinculado a lo que buscamos, el vínculo personal no tiene que ser un criterio de elección, todo mi equipo puede comprobar que muchas veces soy más estricto que lo necesario, espero que los criterios profesionales puedan evolucionar en Perú, la innovación,  la calidad profesional y la ética deben ser los únicos criterios para ser tomados en consideración. La “argolla” también forma parte de los frenos que impiden que la sociedad peruana siga creciendo. Una sociedad nunca debe ser manejada por un círculo reducido de personas líderes que pretendan tener el monopolio del saber y del control. El caso de Pasaporte para un artista, fue creado porque todavía tenemos monopolios, y monopolios mediáticos entre otros, y eso no lo podemos respaldar. Lamentablemente hay personas que abusan de este monopolio mediático mediante su poder de influencia. Yo espero sinceramente que la sociedad civil peruana puede existir en toda su diversidad de manera fuerte.

En el reciente aniversario de la Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú, se habló sobre la Alianza Francesa, se mencionó que hace unos años el premio del viaje a Francia lo organizaban con Bellas Artes, la pregunta es ¿Por qué  Pasaporte para un artista no se organiza un año con la PUCP, y el siguiente año con Bellas Artes?

La verdad que no conozco las razones de por qué se maneja así ahora, y obviamente con un gusto inmenso me reuniría con los representantes de la Escuela de Bellas Artes, para ver como colaboramos con los años que vienen, y con mucho gusto hubiera recibido ese comentario directamente.  Con gusto me reuniré con Bellas Artes, creo que ellos tienen un papel céntrico en nivel de creación artística, incluso leo con mucha atención cada año el libro que publican. También hemos contactado a muchos alumnos de Bellas Artes para que presenten sus obras en nuestras galerías.

Yohann Turbet Delof. Foto: Luis Felipe Alpaca.

Usted fue Gerente de Cultura de la Municipalidad de Versalles, teniendo esa experiencia, ¿qué fue lo primero que le llamó la atención del ambiente cultural en Lima?

Lo interesante es que es un escenario en construcción. La gran diferencia con Francia, es que no tiene todavía una política cultura pública de apoyo a los jóvenes artistas, por eso nosotros estamos compartiendo esa función con otros centros culturales privados y nacionales; compartimos la función de promocionar el arte local, apoyar los nuevos talentos, difundir la creación y arriesgarnos. Todo lo que hacemos junto con otros colegas de otros centros culturales es una apuesta hacia el futuro, una apuesta para dar a entender mejor la complejidad de la sociedad actual; esa es la función básica del arte y la cultura. En Perú falta un empuje político fuerte, lo cultural es la manera más sencilla y económica para diseñar un futuro para un país, de crear una unidad nacional. No es unidad nacional obligatoria, es poner en relieve todo lo que conforma la riqueza cultural del país y de sus ciudadanos. Es papel del Estado y de las instituciones públicas fomentar, apoyar y mostrar que los peruanos pueden estar orgullosos de lo que hacen, de lo que crean, de lo que fueron, y van a ser. Es el papel claro de la cultura, y hasta ahora las autoridades públicas no se han apropiado de este tema; no lo usan como herramienta de diseño o herramienta de construcción de un proyecto colectivo, comunitario o nacional. Por eso nosotros estamos jugando este papel con nuestros medios y herramientas. También en Francia como en otros países las polémicas culturales son claves; estamos hablando sobre arte y sexualidad, política, religión, y asuntos no consensuados, porque hay esquemas con percepciones muy diferentes entre los emisores o artistas y receptores, que son el público. Cuando hay problemas de percepción muy diferentes es cuando comienzan las polémicas. Lo que sí puedo comentar es que esas polémicas siempre son enriquecedoras; gracias al arte y la cultura se permite entender mejor la complejidad de un tema. Hubo en Perú esa polémica alrededor de la obra de teatro La Cautiva, por ejemplo, y eso generó debates interesantes sobre acciones del arte en Perú. Son polémicas que muestran el verdadero papel del arte y la cultura.

Francia invierte 20 mil millones de euros en cultura por año. En el Perú sin el apoyo del Estado en los últimos años ha sucedido un fenómeno cultural muy fuerte. El crecimiento cultural no se debe a una política por parte del Estado, sino, debido a gestores y pequeños grupos independientes. Un caso exitoso es el Festival de Teatro en las calles (FITECA) y el Festival de Internacional de Poesía de Lima organizado por Renato Sandoval ¿Cómo entiende este fenómeno en un país donde la inversión del Estado siempre está ausente?

Estamos de acuerdo que el Estado está ausente, y es una pena porque una política cultural debe incluir las fuerzas públicas, ya que tiene la capacidad de juntar a todos los ciudadanos para un proyecto común y colectivo, respetuoso de las diferencias y la diversidad. Me parece bueno y muy lógico que empresas, instituciones privadas, e incluso personas que ven la ausencia de la fuerza del Estado se comprometan a actuar. Instituciones como nosotros o empresarios filantrópicos existen bastante, porque esas personas comparten la misma visión que nosotros; que la cultura y la educación son los dos sectores claves para el desarrollo de una nación.  Francia invierte un monto elevado de dinero público en cultura porque las consecuencias favorables en la economía son de cinco veces lo que se invierte. El motor económico es fuerte, Francia hace una inversión económica, social y política a largo plazo. Perú es un país donde el Estado no se ha apropiado de esa tarea; aunque hubo un discurso presidencial que en el campo cultural fue fuerte. Podemos tener grandes expectativas, tenemos un presidente que sí tuvo un mensaje cultural y ambicioso. Viendo estas ausencias del apoyo público, menos mal existen otras personas que se comprometen; y con sus herramientas y recursos hacen lo que les parece lo más justo y necesario.

Para finalizar, desde su llegada como director de la Alianza Francesa, hubo un cambio en la programación de ésta. Ahora trabajan a base de temáticas.

Sí, quisimos crear una política cultural de verdad, una política cultural para mí no es una acumulación de eventos sin criterios de contenidos. Nosotros en la Alianza quisimos primero diseñar claramente nuestra política cultural, pronto la vamos a publicar en un libro que les enviaremos, obviamente con ejes temáticos fuertes, ejes comprometidos que son puentes entre los valores de Francia y los valores de Perú.  Compartimos muchos valores, como el  racial, la democracia,  los derechos humanos, la igualdad de género, la búsqueda de la memoria, la proyección del futuro y el desarrollo sostenible; son los valores en los cuales nos queremos basar, y también obviamente el apoyo a la creación joven, y así generar la innovación social. Es verdad que la Alianza Francesa ya no cree mucho en los dogmas que nos explican todos; nosotros creemos que la ciudad es compleja y hay que tratar de entenderlo en todos sus matices y complejidades. La Alianza Francesa es un espacio inmenso con más de 300 actividades en Lima y 700 al año en nuestras quince sedes; es un espacio enorme para debatir y entender mejor la sociedad actual. Creemos que es muy importante que el Perú se vaya profesionalizando a nivel de acción cultural y defina sus políticas culturales a nivel nacional y local. Un vez más, una política cultural no es una acumulación de eventos, el evento en sí es la parte más visible, pero tal vez es la parte “menos importante”, lo que es importante es la preparación, cómo apoyamos al artista, cómo creamos los puentes entre el artista y el público, eso se llama mediación cultural, cómo vinculamos de manera clara y entendible al público que algunas veces se siente desubicado frente al arte. Nosotros tenemos que darle esa comprensión de la cultura y del arte, y eso lo hacemos apoyando a los artistas, y dirigirnos al público que muchas veces no tiene acceso a la cultura. Todo el público tiene derecho a la cultura; y de ahí llega el evento,  porque el evento es el punto final, el punto visible; es el punto mediático ya que nos junta a todos en un mismo espacio y celebramos. Eso es una política cultural, un trabajo profundo, y lento, defendiendo valores y acciones que permiten apoyar siempre el arte y la interacción con el público; ese es un esfuerzo necesario en el Perú para que se profesionalicen las prácticas culturales.

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