WILLIAM SHAKESPEARE NO EXISTIÓ

FRANCIS BACON EL VERDADERO AUTOR DE LA OBRA DE SHAKESPEARE

Escribe Diego Alonso García

Mientras estaba estudiando nuevamente hubo un tema que me llamó mucho la atención “…el descubrimiento del verdadero Ser interior y el conocimiento de sí mismo…” (1) mientras más profundizaba en este tema, mas me iba viniendo a mi memoria el Monologo de Hamlet de William Shakespeare, así que desde mi pequeño entender profano, trate de deslumbrar la conexión existente entre William Shakespeare y la Augusta Orden, y mientras más iba profundizando en el tema, fui encontrando sorpresas muy interesantes que paso a explicar.

Lo primero que me llamó la atención fue la no existencia de Shakespeare, bueno no el Shakespeare que todos nosotros habíamos estudiado en el colegio, sino de Shakspeare y de Francis Bacon, en diversas oportunidades a lo largo de la historia se ha hablado de la posibilidad de que William Shakespeare no fuera el que escribiera sus obras, en el libro “The Secret Teaching of All Ages” de Manly Palmer Hall, se hace un interesante análisis acerca de William Shakspeare, un actor de Stratford, en este libro se deslumbra que según registros oficiales de la época no existió ninguna persona con el nombre de “William Shakespeare” pero si existió la persona con el nombre de “William Shakspeare” del cuál no existe ningún registro que halla poseído una biblioteca, ya que para que se pudiera crear la magnífica obra de Shakespeare se abría tenido que tener por lo menos una biblioteca para tener el conocimiento necesario para escribir sus obras. En el testamento del actor nunca apareció ningún libro, sus padres fueron iletrados, su hija Judith también fue iletrada, como es posible que tal persona pudiera tener conocimiento de Ingles, Francés, Español, entre otras pruebas que William Shakspeare, el actor, no pudo escribir dichas obras.

Es esta obra en donde se menciona la posibilidad de que el verdadero autor de tan prominentes obras fue Sir Francis Bacon, basándose entre muchos argumentos en los siguientes, que el contenido en las obras de Shakespeare eran políticamente hablando los puntos de vista de Francis Bacon, los enemigos de este último fueron siempre caricaturizados en las obras de Shakespeare, los mensajes religiosos, filosóficos y educativos de la obra de Shakespeare se reflejan en las obras de Bacon, una similitud en estilo y terminología es apreciada en la obra de ambos, así mismo la exactitud con la cual son descritos los lugares donde se sitúan las obras de Shakespeare es increíble, es imposible que el actor de Stratford el cual nunca salió de Inglaterra pudiera describir con tal precisión dichas locaciones que si fueron visitadas por Bacon; pero la obra de Manly la cual fue escrita en 1928 no fue la primera en la cual se deslumbra la posibilidad de que Bacon fuera el verdadero autor de dichas obras.

En el Blackwood’s Edinburgh Magazine (2) en su edición de Julio de 1818, es decir más de 100 antes de que Manly vertiera su opinión aparece un hermoso ensaño, una supuesta conversación entre Francis Bacon y Shakspeare, en donde ya en esa época se pone en evidencia el sentimiento y el pensar de algunos intelectuales de esa generación sobre la verdadera autoría de obras como Romeo y Julieta, Hamlet, entre otras, dando a entender en dicha supuesta conversación la gran diferencia cultural que existe entre Francis Bacon y William Shakspeare. En diferentes publicaciones de dicha revista, Edinburgh Magazine, se hace mención que la verdadera autoría de las obras que se atribuyen a William Shakespeare en verdad pertenece a Francis Bacon.

Pero esto no tendría nada de extraordinario ni de grandioso si nos ponemos a recordar la gran cantidad de autores que a lo largo de la historia han escrito bajo diversos pseudónimos, pero si nos vemos más allá y analizamos con detenimiento lo grandioso en todo esto se halla en la forma en particular en la cual fueron escritas estas obras, el grandioso Sir Francis Bacon para esta tarea utilizo un método de Esteganografía llamado el Código Bacon, bajo el cual oculto diversos mensajes.

Pero que es la Esteganografía, es una disciplina en la que se estudian y aplican técnicas que permiten el ocultamiento de mensajes dentro de otros, de manera que no se pueda percibir la existencia de estos mensajes, tenemos que poner en claro que la esteganografía es muy diferente a la criptografía, ya que la primera se oculta la información para que no se pueda advertir que se está enviando, en la segunda se codifica la información para que no pueda entenderse, en mi parecer la primera es mucho mejor ya que es casi impermisible la utilización de este método para el envió de información mientras que en el segundo al codificar la información se está dando a entender que es información secreta desde el momento en que la otra persona no la puede entender.

El Código Bacon fue utilizado por su inventor no solo en las obras de “Shakespeare” sino también en su más grande logro el cual fue la Biblia del Rey Jaime I, es en este gran trabajo que realizo Bacon en el cual se cree oculto diversos mensajes de los Rosacruces y de los Masones, para muchos Bacon es uno de los predecesores de los masones modernos, pero cuales fueron los mensajes ocultos por Bacon en la Biblia del Rey Jaime I, como es que el utilizo su método de codificación binario.

Lo importante del conocimiento de la esteganografía y de la utilización de esta por parte de Francis Bacon es que dentro de la masonería este arte, esta ciencia es utilizada para poder ocultar a aquellas mentes que no están preparadas los secretos que les son incomprensibles, y que solamente con estudio y dedicación se podrá penetrar dichas barredas, para de esa forma poder ser mejores para ellos mismos, para la sociedad. Según muchos autores la esteganografía ha sido un método muy utilizado por la Augusta Orden para poder ocultar sus secretos y verdades en diversos textos.

El código bacon consistía en el uso de un sistema de sustitución, se usa un alfabeto de 24 letras donde la I es igual a la J y donde la U es igual a la V, a pesar de esas limitaciones el código es uno de los más efectivos que fueron utilizados, para cada una de las 24 letras del alfabeto es atribuido un grupo de 5 caracteres compuestos por letras “a” y “b”, como solamente se utilizan dos letras para la formación de los grupos, se considera esta cifra como una cifra binaria, es decir que bacon fue el antecesor en el uso de los binarios, los binarios que nos permiten hoy en día hacer prácticamente todo, desde escribir una carta o escribir estas líneas, hasta poder viajar al espacio exterior, es decir el uso de nuestros computadores.

Posteriormente cambiamos las letras del mensaje el cual deseamos ocultar a lenguaje binario, y bajo dicho lenguaje binario de “a” y “b” se sustituyen las características de las letras del mensaje en el cual ocultaremos lo que se trata de decir. Normalmente cuando una persona que no conoce el código ve un escrito normal con algunos defectos de tipografía, lo cual evidencia que el método de codificación es lo suficientemente adaptable para que solamente pueda ser percibido por aquellos que conocen como es que se dará la codificación del mismo.

Pero volviendo al tema de la Biblia del Rey Jaime I, muchos dicen que dicha versión de la Biblia no cuenta con ninguna codificación, pero para poder saber cuál es la verdad la única forma de realizar dicho análisis del mensaje codificado en dicha biblia es analizándola en su primera edición, ya que es en esta que Francis Bacon puso en práctica su método de codificación.

En lo personal me encantaría poder realizar un estudio de dicha edición de la Biblia del Rey Jaime pero luego de haber dominado el Código Bacon, para de esa forma poder verificar la existencia de los mensajes.

Pero la importancia más grande de la esteganografía es la misma que cualquier otra clase de cifrado o codificación, en lo personal pienso que su verdadera importancia no está en el prohibir a los lectores conocer sus secretos, sino en el de hacer que las mentes de aquellos que en verdad deseen conocer la verdad, procesen dicha información cifrada, y en el momento en que la descifren poder seguir adelante en su aprendizaje personal, ya que no el objetivo no es impedir el conocimiento sino el hacer que el hombre dilucide, piense, se esfuerce en comprenderlos para poder avanzar.

(1) El Aprendiz y sus Misterios, Jorge Adoum, pag. 32

(2) Blackwood’s Edinburgh Magazine Vol. III de Abril a Septiembre de 1818, edición Julio 1818 pag. 270-274.