“Esta película es una caca de perro”. De esta forma, se refirió Jean Veil, abogado del expresidente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, a la última película de Abel Ferrara: Welcome to New York (WTNY), que viene desatando una fuerte polémica en el cine y la sociedad europea por mostrar cómo era la relación de Strauss-Kahn con su exesposa, la judía multimillonaria Anne Sinclair, heredera del coleccionista de arte Paul Rosenberg, y, sobre todo, porque retrata, hacia el interior, la conflictiva, sórdida y decadente vida de Strauss-Kahn, repudiable personaje que saltó a la fama en el juicio que se le hizo por agresión sexual e intento de violación en el año 2011.
Con un sólido trabajo corporal y gran maestría interpretativa, Gérard Depardieu, haciendo de Strauss-Kahn, soporta toda la película, donde un ogro insaciable, una bestia desatada necesita de sexo todo el día y con quien sea (mejor si son prostitutas rusas o si es la mucama negra que hace la limpieza), y se lanza el trago, la comida o el helado en la cabeza o hunde su grasiento rostro en el trasero o en las mamas de la primera mujer que se le cruce en el camino. Nadie se le escapa, incluso su propia hija se siente incómoda ante el trato aberrante de su padre; mientras que las orgías y bacanales se suceden día y noche, y duran semanas, meses o, incluso, años.
Gérard Depardieu o mejor dicho, “señor Devereaux”, se zurra en todo y en todos: su poder ilimitado, su arrogancia y su inmunidad diplomática le permiten viajar por el mundo y seguir siendo el cerdo insufrible que se abalanza sobre quien sea para satisfacer sus necesidades fisiológicas; pues el mundo es su “chacra” y las mujeres son, poco menos, que recipientes de líquido seminal o meros objetos para devorar al paso. Además, es “adicto al sexo” y se considera a sí mismo como un “mujeriego”. Así lo ha aceptado a la prensa y lo repite esquizofrénicamente. Y, cuando su esposa, Anne Sinclair, interpretada por Jacqueline Bisset, le exige que vuelva a ir al psiquiatra, el “señor Devereaux” se niega rotundamente, porque lo considera una “humillación”, y, por lo contrario, asume que su familia, su hija y todos los que lo rodean están en la obligación de aceptarlo tal como es.
Con imágenes que lindan con el porno softcore, felaciones, tríos, lesbianismo, “nalgadas”, etcétera, WTNY logra intimidar al espectador, a la vez que Depardieu luce una de sus mejores actuaciones (Abel Ferrara lo ha calificado de “genio”), para lo cual ha logrado hacerse de una descomunal barriga y controlar su respiración, haciéndola parecer más un gruñido asmático, el cual llega a su máximo nivel en los monólogos y en sus desbordes sicalípticos; antípoda del Cyrano de Bergerac (personaje que alguna vez representó) o del clásico amante francés, fino y delicado, que declama poemas a la luz de la Luna. No sucede lo mismo con Jacqueline Bisset, quien, a pesar de lo imponente de su personaje, se ve sobrepasada por este obeso y elefantiásico Depardieu.
En suma, WTNY es un retrato de cómo es la miserable vida de quienes dirigen el mundo, cómodamente, desde sus oficinas con asientos ergonómicos, mientras que el mundo rueda al abismo. Así, Ferrara ha logrado componer una de sus mejores películas, la misma que ha sido denegada para concurso en el Festival de Cannes (imaginamos que por razones políticas o por la cucufatería seudorreligiosa o falsamente antiporn) y ha desatado la ira del alicaído expresidente del FMI Dominique Strauss-Kahn, que ha amenazado con un juicio a todo nivel, aparte de que considera a la película como una “basura”, en mancuerna con su abogado, que la ha definido escatológicamente, y la déspota Anne Sinclair que ha manifestado “estar asqueada” y presta al vómito por semejante “bodrio” cinematográfico dizque “antisemita”. Y es que, a los que viven detrás del cerco, no les gusta que los expongan, y, menos, si sus vidas son absurdas, patéticas o con estribos a lo Ubú Rey. De todas formas, seguimos esperando de este excelente y valiente cineasta, Abel Ferrara, su, desde ya, apolíneo y/o dionisiaco Pasolini con el, no menos excelente, Willem Dafoe.
Dato: La película acaba de ser estrenada en Europa en mayo de 2014, pero la pueden encontrar en El Hueco y en Polvos Azules. Los diálogos son en inglés y en francés y, si bien la traducción solo abarca el inglés, prestando atención, se pueden entender perfectamente los textos en idioma galo.