Como dijera José Luis Ayala Olazával: “Los pueblos que valoran y honran a sus intelectuales como a sus más destacados ciudadanos en vida, se valoran y honran a sí mismo. Al mismo tiempo, que esa trascendental acción sirve para estimular a las nuevas generaciones, es el resultado de lo que es capaz una sociedad en permanente ejercicio de los valores éticos, morales, cívicos como patrióticos y realización de sus aspiraciones sociales”.
Es por esta razón que estimamos trascendente la figura emblemática del reconocido escritor Walter Jilapa Santander, nacido el 11 de junio de 1972 en Juliaca, con una dedicación de 30 años a la cultura puneña. Entonces afirmamos pues enfáticamente, que es uno de los exponentes del mundo mágico de las letras, no solo en el campo de la poesía sino también de la literatura peruana.
Este destacado poeta cursó sus estudios de Educación en la Especialidad de Lengua y Literatura, también tiene una maestría y doctorado en Educación. Es miembro activo de la Casa del Poeta Peruano. En el año 2013, recibió la “Medalla de Oro de la Cultura” en el Encuentro Internacional de Poesía en la ciudad de Bambamarca, departamento de Cajamarca.
Después de lo cual representó al Perú en el IV Encuentro Internacional de Escritores “Sin Fronteras” de Argentina, siendo declarado visitante ilustre, asimismo brilló con luz propia en el VI Encuentro Internacional de Escritores “Por la senda de la Palabra” de Ecuador, recibiendo la llave de la ciudad.
Vale decir, es un hombre generoso adornado por la sencillez y por su amor a la poesía, la docencia, el ajedrez, la política, la odontología y, sobre todo, por cultivar, con sutileza y sinceridad, la difícil amistad en estos tiempos aciagos.
Debo señalar en estas líneas el esfuerzo e interés mostrado por Walter Jilapa Santander, que se ha convertido en un orfebre de la palabra, además está preocupado por la cultura puneña. Tiene en su haber “Versos de guerra y paz”, “Oro”, “El lenguaje del viento”, Doctor en el Perú” y “Fogata humana”. Está por publicar “Tokoro, poesía esencial de Juliaca”.
Poemas suyos han sido publicados en diarios, revistas nacionales e internacionales y al mismo tiempo, en diversas antologías poéticas, tales como: “30 voces contemporáneas en la poesía puneña”, “Necesitarse”, “Arquitectos del alba”, “Pitágoras de ruiseñores” y “Los amantes vienen al puerto”.
Es interesante su poemario “Fogata humana”. Walter Jilapa Santander dice: Hoy me encontré con mi infancia/ pasos tambaleantes atrapando el equilibrio de Newton/ Hurtando palabras al idioma de Cervantes/ Oraciones a la filosofía de Sócrates/ desafiando la hidrogravedad de Arquímedes con aquel barquito de papel/ Escalando las vocales de la vida/ Cuentos interminables cerraban mis párpados junto a estrellas de púrpura/ El lápiz de carbón la matemática mis fieles aliados/ Sumaba alegría a muchedumbre a flor de labios/ Restaba tristeza en ausencia de mi padre/ Multiplicaba el pan nuestro de cada día/ Dividía optimismo a carrera derrotada/ Hoy me queda el espejo de memoria/ El mayor deseo de reencarnarme niño.
Por eso con mucha razón Walter Jilapa Santander sacará a luz la antología “Tokoro, poesía esencial de Juliaca”, que es un trabajo de recuperación de algunas voces supuestamente postergadas de la literatura juliaqueña, pertenecientes a diferentes generaciones; sin embargo en su gran mayoría a la Generación de Fin de Siglo.
Cabe pues entonces resaltar y exaltar que esta antología poética se instaura en un panorama estético de la poesía juliaqueña, familiarizado con todos los aportes de las más recientes teorías literarias, como en un campo propicio a la rigurosa investigación, en el que aparecen obras fundamentales de nuestra tradición literaria, que marcan una orientación para presentar a la poesía que se ha escrito en Juliaca.
Por ello mismo nos llama la atención que entre los autores reseñados figuren nombres tan importantes, como son: Luis de Rodrigo, José Parada Manrique, Alberto Valcárcel Acuña, Jesús Cáceres Velásquez, Vicente Benavente Calla, Roberto Belarmino Mamani Mendoza, Gaby Arce Muñoz, Héctor Cano Cáceres, Percy Zaga Bustinza, Gloria Mendoza Borda, Luis Zambrano Rojas, Hernán Jiménez Camacho, Alberto Chambi Pérez, Norma Melgar López, Samuel Álvarez Enríquez, Fidel Mendoza Paredes, Gabriel Apaza Mamani, Walter Zea Mamani, Darwin Bedoya Bautista, Rudy Frisancho Gallegos, León Isaac Quispe Huaranca, entre otros.
Si bien es cierto, la antología “Tokoro, poesía esencial de Juliaca”, no sólo se justifica, sino que se hace necesario, el mismo que podría generar debates a partir de alcances y planteamientos ideo-estéticos; pero es indiscutible su valía para dilucidar una visión totalizadora de las letras juliaqueñas, ello debido a que Walter Jilapa Santander siempre se ha mantenido impermeable y honesto a la vez.
Lo que está fuera de discusión, es el buen gusto con que se ha realizado la selección de los poetas y de sus poemas. Se ha escogido con criterios muy personales, pero no ambiguos. ¿Faltan otros? por supuesto que faltan muchos, como lo reconoce el propio Walter Jilapa Santander, cuya antología poética también es una invitación a revisar el proscenio poético juliaqueño.
Por todas estas razones Walter Jilapa Santander es un escritor que cincela las palabras desde la otra orilla, desde la otra condición humana y visión del mundo, desde las sociedades ancestrales que no tienen necesidad de asimilarse a la globalización ni a cánones de la cultura oficial.