Ya tenemos nuevo Defensor del Pueblo y el fujimorismo está feliz. Es Walter Gutiérrez y lo primero que ha ocasionado es la ruptura de la bancada oficialista, además, del alejamiento del cada vez más fraccionado Frente Amplio del gobierno de PPK. La Derecha Bruta y Achorada ha obtenido su primera victoria. Parece que en los próximos cinco años no habrá Derechos Humanos en Perú.
Walter Gutiérrez, quien fuera presidente del Colegio de Abogados de Lima, también presidente del Pacto Electoral de Lima, sin mucho brillo por cierto en ambos casos, ha sido también hombre de empresa con publicaciones de divulgación jurídica, es el nuevo Defensor del Pueblo tras su elección esta semana en el Congreso, que ha terminado con un terremoto político, y ha partido en dos a la bancada oficialista.
Walter Gutiérrez actualmente está denunciado por estafa, el semanario Hildebrandt publicó la denuncia y La República nos dice que el Defensor del Pueblo no quiere hablar sobre el tema. Gutiérrez es un hombre se podría decir un tanto mediocre, sin opiniones propias firmes. El defensor del Pueblo mereciera algo más sólido y coherente, para comenzar que lo lidere un hombre con un discurso honesto de defensa de los peruanos frente a esos continuos atropellos del poder institucional y la inversión indiscriminada.
La Defensoría del pueblo no debe ser un cargo que coleccionar en esta carrera frenética de engordar el currículo, debe ser un apostolado. Santistevan de Noriega lo fue a carta cabal en años difíciles para la democracia, era católico y creía en los derechos del hombre, lo cual lo contraponía a un gobierno como el de Fujimori que esterilizaba mujeres en el campo (fruto de las políticas de Planificación Familiar impuestas por Washington, durante el gobierno de Clinton a los países pobres a cambio de créditos que luego fueron malversados) y detenía a todo opositor a su régimen.
El señor Gutierrez con todo lo legitima que puede ser su aspiración, me pregunto ¿qué méritos democráticos y de defensa de los derechos del hombre tiene en su haber? ¿Dónde estuvo en los noventas? ¿Qué opinión tiene sobre los conflictos socio medio ambiéntales en las provincias? ¿En fin, qué entiende por democracia? No olvidemos que las circunstancias en que nos hallamos de conflictos estallando por doquier requieren alguien con credenciales suficientes para asumir el cargo. A mí de por si me da mala espina que la gente que votó por su elección en el Congreso fue en especial la bancada fujimorista, que unánimemente se inclinó por él. Ahí donde el fujimorismo se inclina…
Como bien señala Rosa María Palacios en su blog, el señor Gutiérrez frente a su rival, Samuel Abad quedaba muy lejos en cuanto credenciales y experiencia. O sea, para graficar la diferencia entre ambos es como si enfrentaras a R2D2 (artuditu para los amigos) a Darth Vader, o sea, así de abismal es la diferencia, y el Congreso con el aval de la mitad de la bancada de PPK ha preferido inclinarse inexplicablemente por Gutiérrez. La meritocracia y la capacidad quedaron de lado una vez más en el Congreso. Un mal primer paso para este Congreso y para la gente de PPK.
Estas fueron las primeras declaraciones a RPP del nuevo Defensor del Pueblo luego de ser elegido:
“Si bien es cierto que la defensa de los derechos ha funcionado en las anteriores gestiones, las competencias de la Defensoría vinculadas a la eficiencia del Estado no están suficientemente desarrolladas. Este es un tema importante porque la ciudadanía quiere un Estado eficiente y quiere un servicio público llámese salud, educación, transporte que sea eficiente y que cumpla determinados estándares”. (las negritas son de Rosa María Palacios)
O sea, traduciéndolo a cristiano significa que para Walter Gutiérrez, la defensa de los derechos fundamentales “ha funcionado” en los anteriores gobiernos. Como si Conga y Bagua jamás hubiesen ocurrido y que a partir de ahora se dedicara la Defensoría a reforzar su aspecto burocrático haciendo menos por la gente. Parece que el destino final de la Defensoría será ser otro ente estatal decorativo, un agujero donde irá a caer sin sentido el dinero público a merced del poder.
El sueño de Fujimori hecho realidad. El programa de Gutiérrez esta tan alejado de los Derechos Humanos como la física cuántica de la teología. Ojo al piojo, los temas de salud, educación y transporte en los que ofrece Gutiérrez para enfocar la defensoría son atributos del Ejecutivo. Entonces una de dos, o usurpa funciones o se acopla a las políticas gubernamentales.
Sin embargo, ha habido ya un costo para PPK con esta elección envenenada, la mitad de su bancada se negó a votar por Gutiérrez. Hay una escisión interna en la minúscula bancada oficialista de Peruanos Por el Kambio. Esto es demasiado costoso para PPK si desea gobernar, a menos que ya haya decidido entregarse a las intenciones del fujimorismo. Claro que con Gutiérrez habrá una postura muy pro inversión que fácilmente ignore las protestas de las provincias.
Esta peligrosa parcialización en los conflictos podría encausar una escalada en los conflictos sociales y ambientales en el interior del país, lo cual derivaría en una postura represiva de parte del ejecutivo (que yo quiero pensar no pasara con PPK) o en su debacle final y elecciones anticipadas en donde el fujimorismo podría hacerse más fuerte y asaltar la presidencia. Creer que tener una defensoría tranqui, que sea un peón del ejecutivo, es un mal negocio, porque no garantiza ninguna paz política ni menos en un respiro de estabilidad para las inversiones.
Los congresistas oficialistas que decidieron no apoyar la elección de Gutiérrez son: Alberto de Belaúnde, Gino Costa, Guido Lombardi, Roberto Viera y Vicente Zeballos. A pesar del pedido del presidente de que votaron en bloque supieron esos congresistas anteponer la nación a intereses políticos de gobernabilidad. Parece que una vez más la CONFIEP y los chicos del CADE que hacen presión en el congreso, están miopes si es que no llegaron a estar más ciegos que Borges.
Con esta elección del Defensor del Pueblo solo ha ganado el fujimorismo. Mal negocio para un hombre de comercio como PPK.