Opinión

Volumen de Geraldo

Lee la columna de Julio Barco

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La literatura como ensayo de la propia voz, del propio quehacer creativo, como una pizarra para dibujar los movimientos internos que preludian la forma literaria. Pensar la literatura como propuesta estética nos lleva a libros como El oficio de vivir de Pavese, con su registro diario del quehacer previo a la escritura, o La tentación del fracaso, de Julio R. Ribeyro, donde se muestran los peregrinajes de un escritor.

     En esos afluentes se mueve Bajar el volumen (Sauvage Atelier, 2024) de Gonzalo Geraldo. Estructuralmente, viaja en la anáfora de “¿Cómo comienza una vida? ¿Cómo se escribe una vida?”, sintetizando su itinerario: dibujar la mente que hilvana la creatividad poética. Gastón Bachelard dijo que la poesía es el acercamiento a la infancia, el regreso necesario a ese cosmos. Así, el yo textual salta los límites de la realidad del adulto y se afirma como “niño anciano”

     Bajar el volumen sigue la propuesta de Baudelaire, que se alegraba de alcanzar en la soledad su yo verdadero y aseveró que la genialidad es recuperar la infancia. Ese “ser” que solo puede mirarse en la representación de ideas, es decir, la palabra, manifiesta que: “La primera ficción de este dietario, /su contrato con la experiencia, su contrato/con los acontecimientos” (p. 7) Esos contactos serán los que revelen los límites infinitos de su identidad como escritura.

     Los prolongados epígrafes o citas (Brecht, Barthes, Lihn, Macedonio Fernández, Piglia, Fontenelle, Roberto Bolaño, etc) son asideros que permiten colorear los estados anímicos y crear su mirada como consecuencia frontal del diálogo metaliterario. Pienso en un antecedente: Diario de la muerte de Barthes, un texto que se teje como un dietario, de pinceladas fragmentarias, tras la muerte de la madre del autor. Entre ambos libros, la búsqueda de un lenguaje frente al vacío y la realidad es la propuesta central. Esa costura a la intemperie, ese balbucear lo posible, el yo real, el literario.

          ¿Qué es la escritura de un diario? En principio, es un género abierto, también puede funcionar como un campo de autoobservación. Eso hace Bajar el volumen: observar de cerca el desasosiego de crear literatura.

(Columna publiada en Diario UNO)

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