Estas imágenes tal vez no te complacerán. Es parte del cálculo. No están para eso. La acción simbólica será más relevante (y revulsiva y subversiva) que la acción pornográfica o criminal. Acciones todas, sin duda, pese a su aire desenfadado y de supremo capricho, realizadas con propósitos didácticos. ¿No es curioso? Cuál será, entonces, el objetivo al que apunta esta pistola-película… ¿Necesitas que te lo expliquen?
Como nadie tendría que ignorar -o que fingir que ignora- cada nuevo día que empieza en casi cualquier punto del planeta Tierra significa, para las mujeres, entre otras varias posibilidades: ser violadas. Pero no solo por hombres sino por todo un sistema. Y hay una escena absolutamente explícita en Viólame que no nos ahorra la presentación de algo horrible… Casi puedes escuchar a la película diciéndote: ¿Te excita?
Viólame responde de modo literalmente explosivo y visceral. La ficción permitirá que sean ellas, por fin, las que respondan, y que, hipérbole o no hipérbole, en respuesta: disparen. Con pena. Con placer. Con ironía, sin esperanza y sin piedad. Se nos muestra un mundo donde manda la violencia, un mundo sin solución… un mundo condenado. Ellas también. Escuchas gritos con forma de balas en medio de la sordera del infierno cotidiano.
La furia de estos personajes no es para nada gratuita. Es puntual, específica, y como vemos, generalizada (y hasta indiscriminada). La ruda y espontánea franqueza nihilista que impregna Viólame, su inmolación antiheroica y kamikaze puede chocar y descolocar. La relación de amistad entre estas Thelma y Louise en modo hardcore viene a ser lo más normal… Como hay escenas de placer sin efectos secundarios mortales.
Lo evidentemente casero o amateur de la imagen, lo sucio y lo precario, el entorno a más no poder cotidiano y banal, con unos personajes que ya nada tienen que perder porque parece que ya lo perdieron todo, trabajan a favor. Se trata de un puñado de imágenes producidas desde la misma carencia que retratan y relatan. Es la crónica del fin de la gestación y de la digamos eyaculación espasmódica de la violencia… en la cara misma de un machismo criminal.
La magnitud aterradora del malestar social comunicado por los seres más aplastados por el sistema. Una perturbación en el ‘orden’ de la representación conservadora y tradicional de las figuras femeninas en el cine. Un canto pop, porno y antiporno, granulado y rugoso, atronadora protesta ante lo insoportable… Decían que para hacer una película solo necesitas una chica y una pistola. Y qué tal si ahora la chica, y la pistola, te apuntan a ti.
Puedes ver la película aquí.