Escribe Tino Santander Joo
La vileza moral del gobierno de Pedro Castillo y la traición del parlamento de la república, son repudiados por más del 90% de los peruanos. Todos los días vemos un aparente enfrentamiento que encubre su despreciable servilismo a los grupos de poder económico. Ambos “poderes” son cómplices del esclavismo financiero que imponen los cuatro bancos (BCP, BBVA, Interbank, Scotiabank). El poder judicial, no es un poder del Estado, sino un órgano politizado que sirve a los intereses del monopolio financiero. La fiscalía “impoluta” tiene pactos comerciales con los bancos para obtener créditos a bajos intereses como lo ha denunciado la prensa independiente.
El gobierno de Castillo, observó la ley de fortalecimiento de las cajas municipales para evitar la competencia con los cuatro bancos con los mismos argumentos del oligopolio bancario. Pedro Castillo, con la complicidad del congreso quiere “democratizar” la derrama magisterial a través del decreto supremo 09-2022 interviniendo inconstitucionalmente en la elección del directorio del banco de los maestros. En el fondo buscan el caos administrativo para que la derrama sea capturada por el BCP, con la bendición de los neosenderistas de la FENATE, el sindicato castillista.
La SBS, interviene a todas las cooperativas, financieras, y cajas municipales con problemas administrativos y de corrupción, sin embargo, al BCP, investigado por la fiscalía por el delito de lavado de activos y financiamiento ilegal del fujimorismo no lo intervienen; al contrario, al banco de Dioniso Romero Paoletti, lo encubren dolosamente. Millones de Mypes, exigen al gobierno rescate financiero para no quebrar, demandan un amplio plan de compras del Estado a las pequeñas empresas que dan trabajo a mas de 8 millones de familias. Todos los gremios de las Mypes, proponen la industrialización del país, el rescate del algodón y otras materias primas que históricamente han producido riqueza, sin embargo, ni el gobierno, ni el parlamento escuchan al país.
Pedro Castillo, ha traicionado, no tiene palabra, y se ha convertido en un títere de los grupos de poder económico; el Perú quería vengarse de los bancos, de las compañías de teléfono y de electricidad por su prepotencia y corrupción; pensábamos que los diez millones de peruanos sin agua ni desagüe, tendrían una oportunidad de tener ese servicio básico; la segunda reforma agraria es una estafa; ni educación, ni salud. Nada hemos conseguido, solo mentiras, promesas, slogans sin contenidos, insultos, peleas, y sobre todo hemos visto su miseria moral, su falta de compromiso con el Perú.
Nada han hecho para solucionar los conflictos mineros. El gobierno y el parlamento han abandonado a la inversión minera, a las comunidades, y a los pueblos a su suerte, como si estuviéramos en el viejo oeste donde prima la ley del mas fuerte. La derecha -la verdadera-; la que gobierna está feliz con esta aparente ingobernabilidad. Sus empleados del parlamento, del gobierno, de Confiep, de Asbanc, y la de sus medios de comunicación que silencian sus fechorías son parte del espectáculo que distrae a los peruanos. Ellos, siguen ganando, los bancos según informe del diario Gestión, tienen utilidades aproximadamente de nueve mil millones de soles; siguen financiando la “lucha contra el comunismo de Pedro Castillo”
Los viles y traidores, no se van a ir, porque los grupos de poder económico no quieren. Son útiles a sus intereses. A los peruanos nos quedan dos caminos: 1) la insurgencia democrática para acabar con nuestro espíritu tribal y convertirnos en un verdadero Estado de derecho que garantice la libertad plena; 2) fusilar a los viles y traidores como plantea Antauro Humala y agravar la psicosis nacional.