El Cusco ha sido incansable fuente de inspiración. Un manante de siglos que dio y da de beber a sedientos escritores, investigadores, científicos, artistas y poetas trotamundos de los más lejanos continentes. Del Cusco han escrito autores de la cultura universal como Antonio Raimondi (1826 – 1890), Clements Markham (1830 -1916), Miguel Ángel Asturias (1899 -1974), Luis Baudin (1902 – 1964), Pablo Neruda (1904 -1973), Ernesto Cardenal (1925 -2020) y Eduardo Galeano (1942 – 2015) por sólo citar algunos de aquellos nombres que confesaron su admiración por el Cusco y la andinidad en una obra que tuvo eco durante todo el siglo XX. (Léase para amplificar esta idea “Cusco… Testimonio”, publicado por la Municipalidad del Cusco en 1986).
El siglo XXI asoma con una nueva generación de autores y pensadores que empiezan a edificar un corpus creativo, algunos de rictus nostálgico y otros de tono post-moderno como “Torino y otros cuentos”. El libro si bien reclama de título el nombre de una ciudad italiana, empieza con un epígrafe del Inca Garcilaso de la Vega para luego de un breve introito, abrir el libro en el aeropuerto de Cusco con el cuento llamado “Torino”. El personaje, un guía de turismo limeño que también puede ser tranquilamente un brichero recargado o un andean lover post-pandemian que se niega a perder la oportunidad de ensayar lo aprendido en tierra inca. Los escenarios discurren entre el Cusco y Lima pero eso no quita que el narrador pueda llevarnos a otros escenarios que muchas veces son los más difíciles de lograr, como los planos psicológicos o la conversación interna.
“La apuesta” es otro singular cuento que a la par de un recordado partido de fútbol entre Perú y Brasil nos lleva a la rivalidad entre un yerno libertario y el suegro, un militar fujimontesinista que quiere pasarse de vivo pero no contaba con el final, que se los dejo ahí para que puedan degustar el libro. “Basilia”, “Emergencia en el aeropuerto”, “Liberación” y “Cumpleaños en la oficina” son los otros títulos que integran este libro de lenguaje coloquial y en tenor testimonial muy acorde a la literatura de los 90s donde nacen y se retratan gran parte de los cuentos. Es el primer libro de narrativa que publica Ricardo Ráez pero sabemos por confesión propia que escribe “biografías, investigaciones históricas, artículos periodísticos, recetarios, entrevistas, reseñas, tesis, ensayos, avisos publicitarios, cartas de restaurantes, blogs, guías de turismo, cuentos infantiles, poemas ridículos, posts de Facebook, tuits, huevadas y todo lo que sueñe su merced”. Con esta breve introducción el lector podrá presumir que al leer los cuentos no se aburrirá sino por el contrario entrará en complicidad con el narrador que te hace reír, llorar y en algunos cuentos como “Liberación”, estremecer.
Hace un par de semanas presentamos Torino y otros cuentos en el Auditorio Centenario del Instituto Khipu junto a Auqui Paucar, un destacado narrador cusqueño de la nueva generación quien aseveró: “Quizá no podía ser de otra forma, tanto él como yo somos subproductos culturales de los noventa, y lo que esa década significó para nuestro país. Podemos hablar del decenio de la dictadura de Fujimori, del paso del Perú de una economía semi feudal a un modelo capitalista. En este contexto se han desarrollado las historias de Torino, que nos presenta una galería de anti héroes, de perdedores que logran la gloria instantánea para luego volver a sus estados vacíos, estos personajes podríamos fácilmente llamarlos los anti emprendedores”.
Efectivamente, el sexo, las drogas, la violencia, el cinismo y demás flores del jardín aparecen y desaparecen en el libro entre rasgos y gestos de bondad o de heroísmo destinado al olvido. Estoy seguro de que a Ricardo lo absolverán sus propios demonios.