En el mundo literario y en
especial en el mundo de la poesía, lo visible es el producto final del proceso
creativo: el poema. Sin embargo, para asomarse a la poesía se debe leer,
estudiar y comprometerse con su tiempo y el mundo, sus anhelos y frustraciones.
Tal es el caso de César Abraham Vallejo Mendoza, quien naciera en Santiago de
Chuco, el 16 de marzo de 1892 y muriera en París -como profetizara su célebre
“Piedra negra sobre piedra blanca” un 15 de abril de 1938. Es un poeta al cual
todos conocemos, pero del cual sabemos muy poco. “Reflexiones al pie de Kremlin
/ Rusia en 1931”, reeditado y reimpreso en julio de este año por Editorial
Libélula bajo el cuidado editorial de Jhon Ochoa del colectivo Escuelas Libres
del Perú, nos permite conocer el plano ideológico de una de las voces más
originales de la poesía hispanoamericana. Al pie de Vallejo, y el pensamiento
marxista que abrazó caben reflexiones sobre sus propias palabras y su comunista
puro.
“Todo aquel intelectual revolucionario, es aquel que escribe y milita simultáneamente”, afirma Vallejo y esto me lleva a plantear que “Las reflexiones al pie del Kremlin” no deben ubicarse como crónicas sino como ensayos. Recordemos que el ensayo es el género literario del pensamiento, como apunta Willard Díaz en su libro “El Ensayo: propósito y estructura” (Apóstrofe Ed. AQP, 2010). Vallejo analiza, interpreta, cuestiona y expone sus apreciaciones directas en la Rusia Soviética.
Blande la pluma didácticamente desde Rusia pero observando al mundo más allá de la urbe socialista, el trabajo, la industria de Estado, el racionamiento socialista y capitalista y sobrepasando la economía y la literatura nos encontramos con su apreciación del “albañil, el amor, el deporte, el alcohol, el teatro y la democracia”. Aristas sensibles y en las cuales sólo un poeta podría recaer, pues no olvidemos que el mismo Vallejo en su nota introductoria afirma su acérrimo objetivo de brindar un testimonio analítico de las postrimerías de la revolución de octubre. Los medios burgueses de España, Francia, Inglaterra, Estados Unidos y la misma propaganda soviética no eran suficientes para él y tres veces se dirige a Moscú.
Cuando Vallejo visita Rusia por tercera vez en 1931, para el Congreso Internacional de Escritores Solidarios con la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), no sólo se encuentra la efervescencia de la revolución de octubre sino también ha dejado en Madrid la primera publicación de “El Tungsteno” (1931). Escribe el célebre Paco Yunque por esos años y los matices de su literatura comprometida serán también el corpus de su trabajo literario que más adelante desembocarán en “España aparta de mi este Cádiz” (1937) y “Poemas Humanos” (1938) publicados póstumamente y cifrados por la oficialidad como su propuesta creativa desde el realismo socialista.
Pese a ello, debemos decir que las profundas raíces andinas de César vallejo lo convierten en el primer “socialista mágico” como acuñaría años más tarde José María Arguedas reflejando su postura política. Vallejo como otros grandes intelectuales de su época, no fue contaminado por el dogmatismo de la internacional comunista. En la línea de Mariátegui sostenía que “el socialismo en el Perú no sería calco ni copia sino creación heroica”.
La presentación del libro proscrito “Reflexiones al pie del Kremlin”, el cual ve la luz después de 60 años, estuvo a cargo de los amautas Luis Castro y César Vivanco. Acompañamos con nuestros comentarios el editor y quien escribe estas líneas para al final todos coincidir en la vigencia de la obra política del poeta más leído, estudiado y traducido. El núcleo central de la teoría marxista que inspiró a César Vallejo está vigente. El materialismo histórico sigue siendo un notable aporte así la academia lo haya ignorado y archivado. La plusvalía entre otros conceptos y leyes de la economía son otro aporte que se puede analizar en otro momento.
Vallejo no era el hombre taciturno, era un luchador y es tarea de nosotros volver a leerlo y no sólo en su poesía, abrazar su prosa es abrazar al Vallejo blindado de ideales, de certezas y de luz. La noche del miércoles en la Sala Killa, los jóvenes de Escuelas Libres del Perú nos dieron una gran lección al publicar este emblemático libro y al mismo tiempo, rendir homenaje al documentalista César Vivanco por su incansable trabajo, integridad y además fiel compromiso con los movimientos sociales de los últimos 40 años en el Perú. Jóvenes de la Facultad de Filosofía de la Universidad Mayor de San Marcos, han sentado un bello precedente que afortunadamente ya tiene eco en el Cusco.