Escribe Pavel Ugarte Céspedes
Se
entiende la cultura en distintas connotaciones. La vida de los pueblos, su
relación con el cosmos y la naturaleza, expresan algunas de ellas. Otras la
conforman la identidad, el conocimiento, la memoria, el arte, la tecnología,
las prácticas tan cercanas a nuestra ciudad como tomar chicha o picchar hoja de
coca. Las lenguas son también el retrato de aquello que llamamos cultura y
siempre está en constante renovación gracias al talento, inteligencia y
creatividad colectiva. Si nos encontramos en el Cusco del siglo XXI, la palabra
toma otra relevancia rasando entre lo racional y sentimental. La cultura para el Cusco es
historia, presente y también su mayor posibilidad; por ello tan oportuno el
Foro Regional de Políticas Culturales realizado ayer en el Centro de
Convenciones de la Plazoleta Regocijo.
Organizado
por la Mesa de Trabajo Cusco de la APOC (compuesta por Art Restauro, la
Asociación de Egresados de la Universidad Nacional Diego Quispe Tito,
CULTURizARTE, Ruwashayku y Reducto), tuvo la presencia de importantes invitados
nacionales representantes de la Alianza Peruana de Organizaciones Culturales. Este
valioso grupo humano, recientemente se hizo merecedor de un estímulo económico
entregado por la UNESCO, gracias al trabajo que viene desempeñando en los
últimos años. Este Foro, de acuerdo a la “Convención sobre la protección y la
promoción de la diversidad de las expresiones culturales”, suscrita por nuestro
país el año 2005, propone la necesidad de vincular el trabajo del sector
estatal con la ciudadanía. Para profundizar en esta idea se invitó a Enrique
López-Hurtado, representante de la UNESCO en Lima, quien amplió horizontes
sobre la Convención del 2005 y el rol de la sociedad civil en la gobernanza
cultural y el desarrollo sostenible.
En
el Perú, Mauricio Delfín y Diego de la Cruz Salas, como parte de la Secretaría
Técnica de la APOC, han venido coordinando los esfuerzos de más de 72
organizaciones de todo el país que desde distintas experiencias, áreas y
propuestas vienen constituyendo agendas de trabajo en los diferentes niveles de
gobierno. En marzo de este año, con el Gobierno Municipal de Lambayeque se ha
inscrito un importante precedente junto a la Mesa Técnica de su ciudad,
sentando bases más sólidas para que las autoridades entiendan que el escritor,
artista o el gestor cultural también son actores políticos decisivos junto a
otros profesionales.
Cipriano
Félix Huamancayo, Eduardo Espinoza Carrasco, Luis Hidalgo Hernández, Fernando
Panana Rodríguez, Fiorella Salazar Berlanga, Wendy Castro Deza, Oscar
Salvatierra Bello, Elizabeth Facio Astocondor, Silvia Diestra Pastor, Yovana
Estrella Villafranco son los representantes de diferentes organizaciones y colectivos
del país quienes intercambiaron experiencias con el público asistente, la Mesa
Técnica de la APOC Cusco y los representantes del Gobierno Municipal, Alfredo
Herrera Flores y Luz Irene Romero. El gran ausente, fue el Gobierno Regional
quien con su máximo representante, Jean Paul Benavente, el año pasado firmó
“Los 7 compromisos para transformar las políticas culturales a nivel local y
regional”, de ello no hemos visto nada durante este año y es una pena que esta
institución tan importante, junto a la Dirección Desconcentrada de Cultura
Cusco, se encuentren cada vez más alejadas de las propuestas ciudadanas que
rinden fruto y merecen replicarse.
Es
inconcebible, que una ciudad con tantos títulos y reconocimientos a su figura
histórica no contemple un Plan Regional de Cultura consensuado entre los
distintos estamentos competentes del sector estatal como la sociedad civil
organizada. Es intolerable, la inexistencia de administraciones exclusivas para
el sector Cultura en el gobierno regional, municipal y demás gobiernos
provinciales y distritales. Las políticas culturales son herramientas de
transformación y permiten reconstituir el tejido social en países como el
nuestro. A la corrupción, a la delincuencia y la impunidad no se le ganará en
el Poder Judicial o el Poder Legislativo de un congreso que no representa
nadie. Son esfuerzos como los de Melodie Vallenas, Diana Huanca, Graciela
Murillo, Jorge Portugal, Nicolás Cotrina, Willian Mamani, Marco Moscoso y Vladimir
Acuña los que hacen la diferencia, nos toca apoyar decididamente, la
conformación de una Ordenanza Municipal que declare de necesidad pública el
establecimiento de mesas permanentes de trabajo que edifiquen una política
cultural con miras a preservar el Patrimonio Cultural e Inmaterial de esta
ciudad donde tantas páginas nuevas se han escrito.