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Viernes Literario: Enero de lluvia y poesía

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“Ese es tu destino. Deja a cada cual su libertad
que está al principio o al final del
vuelo, como una rama o un puerto…”
Vicente Huidobro

La noche de ayer, en el auditorio del Convento de Santo Domingo Qorikancha, se inauguró la vigésima tercera edición del Enero en la Palabra, el festival de poesía más importante del Sur Andino. Este encuentro literario, se originó en Cusco hacia mediados de los años 90s y fue organizado por vez primera por dos grupos de jóvenes agrupados en “Roca X” y “Rastros / Grupo Cultural”. Alrededor de la casa del artista Edwin Chávez se juntaban y allí se leían sus primeros textos compartiendo lecturas gracias a la complicidad he incentivo del poeta y antropólogo Juan Mescco Sinchi. En plena década de los noventa en la dictadura fujimorista reunirse por la libertad de la palabra era desafiante, aun así, el primer recital se llevó a cabo el sábado 27 de enero de 1996, en el recién inaugurado -aquel entonces- auditorio de la Casa Garcilaso, y desde entonces, año tras año, y con el objetivo de celebrar la poesía tomando la palabra, esos recitales se tornaron en un festival que edificó un espíritu independiente y creativo sobrepasando el espacio cusqueño.

A lo largo de la primera década del siglo XXI, poetas de Apurímac, Arequipa, Puno, Tacna, Moquegua y Lima se sumaron al Enero junto a visitantes de Argentina, Bolivia, Chile y México. El Sur Andino, -geográficamente- sobrepasa territorios nacionales, pero históricamente, es un corredor que atravesaron diversos pueblos para garantizarse la subsistencia en la ruda geografía de los Andes al amparo de nevados tutelares. Al presente, es Enero quien derriba fronteras e integra diversas regiones del continente con un propósito en común: La poesía como edificación de un ser humano diverso, armónico y atemporal.

Desde el principio, Enero representó el intercambio de distintas generaciones y de distintas tendencias, recreando un espacio literario erigido sobre el Ayllu y el Ayni en el contexto andino y contemporáneo. En sus primeras versiones, implicó la participación de distintos poetas, escritores, artistas, periodistas, gestores e instituciones. Es aquí donde Edwin Chávez merece un especial reconocimiento, pues fue él quien desde antes del Enero brindó su casa y apoyo para el intercambio y la solidaridad creativa. Su casa fue el escenario de una aventura poética que hoy llega a su vigésima tercera edición y al presente, se ve nutrido por el mismo esfuerzo colectivo utilizando el sistema tradicional de “Cargos” -vigente en nuestras fiestas tradicionales-, con el fin de incorporar compromisos en el quehacer literario.

Armando Aguayo, Carmen Silva, Raúl Pacheco, Gonzalo Valderrama, Miguel Ángel Fuentes, Luis Vargas, Juan Mescco, Walter Aparicio, Braddy Romero, Frida Ibañez, José Diego Marmanillo y Gisell Meza, fueron el primer aliento, los doce poetas del primer Enero en la Palabra. Con los años, su esfuerzo encontraría resonancia y se les sumarían una extensa relación de participantes, así como organizadores que van dejando su grano de arena. Cada Enero, se asume la responsabilidad de organizar un encuentro que convoque no solo a escritores y artistas, sino también a la comunidad en su conjunto.  Ejercemos la reciprocidad desde la poesía.

Iñakapalla Chávez, Jorge Vargas Prado, Jonatan Alzamora, Willni Dávalos, Ángela Ramos, Martín Zúñiga, Marco Antonio Moscoso, Lena Orduña, Rocío Fernández, Italo Pasano, Efraín Altamirano, Braulio Mirano, Aleyda Cárdenas, Soledad Aráoz y quien escribe estas líneas son quienes hemos organizado las recientes versiones del festival estos últimos 10 años. El Enero en la Palabra 2019, por conceso del colectivo Enero (del cual forman parte todos los fundadores y los ex organizadores) estuvo coordinado por Alba Rivas Medina y Lenyan Veka, siendo ellas quienes asumen el “Cargo” recibiendo también el apoyo de todos los que anualmente se dan cita en el último fin de semana de enero. La literatura al ser radiografía de nuestra sociedad, es también vehículo de cultura y permite apreciar la diversidad latente en nuestras letras. El poema por escribir es el hombre y a ello se suma la necesidad de fomentar la lectura para constituir un entorno humano, justo y reflexivo donde todos accedamos al pan y la belleza. Hoy viernes y mañana sábado no dejen de asistir al encuentro seminal de la lluvia y las palabras. Todos convocados.

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