Cultura

Viernes Literario: Daniel Estrada en la gestión cultural y la política editorial del Cusco

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Uno de los aspectos importantes que debemos destacar al hacer memoria de Daniel Estrada, es su trabajo en el ámbito cultural y la producción editorial de nuestra ciudad. Su gestión edil estuvo estrechamente ligada a los filamentos más sensibles del arte y la cultura en las últimas décadas del siglo XX. Por ello, considero oportuno que al recordar al qosqoruna, se fomente también la preocupación por el sector cultural y editorial ambos desatendido en los últimos años.

Los libros, son a través del tiempo, los testigos más fieles de una época, una emoción, un sentimiento. Más aún si queremos asomarnos a la cultura, encontramos la fuente en la historia, el arte, el teatro, la música, el cine y la literatura. Si hablamos de gestión cultural debemos decir que Daniel Estrada promovió la sensibilidad del Cusco con un rescate único que lo ha perpetuado en el ideario colectivo como el alcalde más querido y recordado. Si queremos que su experiencia sirva para algo objetivo, debemos hacer una referencia muy puntual al presente. El Cusco, no cuenta con políticas culturales establecidas gracias a un plan o proyecto que sobrepase las periódicas gestiones municipales o regionales. Desafortunadamente, no se ha entendido que la cultura es un eje trasversal de desarrollo y más aún en una ciudad con patrimonio cultural, histórico, natural y humano.

No existen proyectos de largo aliento ni políticas públicas porque tampoco encontramos órganos de gestión. En el caso de la misma Municipalidad del Cusco o el Gobierno Regional, no existe una gerencia de cultura que se dedique exclusivamente al tema. La educación, el turismo y el deporte, son también ejes importantes que requieren cada uno de un trabajo pormenorizado además de visible y no se puede seguir la inercia del aparato público que languidece de propuestas que ayuden a incrementar las posibilidades de que los ciudadanos accedan de manera gratuita al arte, la educación comunitaria y la vida cultural de su ciudad.

De la misma manera, requieren ser atendidos los artistas, gestores, músicos, actores, pintores, escritores, nuestros mal llamados artesanos entre otros exponentes que brindarían con una adecuada gestión, la mejor invitación a conocer esta capital del mundo andino y contemporáneo. Los artistas y gestores requieren de convocatorias permanentes, festivales, exposiciones, presentaciones y producciones que no sean el entusiasmo del funcionario de turno sino una política cultural seria y establecida permanentemente como necesidad pública.

Para que una política pública cumpla el cometido de beneficiar a la colectividad, debe orientar el consenso  producto del diálogo y el intercambio con mayor razón si hablamos de la cultura como el espejo que permite observar el espíritu de nuestro pueblo como también la posibilidad económica si re-valoramos nuestro vasto patrimonio.  

La reciente pandemia que estamos viviendo ha evidenciado la orfandad del sector cultural pero también la fortaleza de la autogestión, la solidaridad y la creatividad. Este es un capital único con el cual cuenta el Cusco y creo que es necesario no venderlo, ni malversarlo, por el contrario, darle el valor que merece a la cultura viva. Esto permite afirmar la identidad de nuestra gente y al mismo tiempo convocar la afluencia turística que hoy más que nunca requerirá de todos para que se restablezca pero con mayor responsabilidad y respeto a la monumentalidad del Cusco. Estas proyecciones requieren de una voluntad seria y sincera del sector político.

En momentos de grandes crisis también afloran las necesidades y las propuestas del colectivo que creo pueden fortalecer cualquier gestión pública que ahora necesita de tecnología, innovación y nuevas prácticas para fomentar la meritocracia. En cuanto al tema editorial, no existe antecedente o experiencia posterior que haya gestado lo que hiciera Daniel Estrada. Los libros sencillamente suman decenas de títulos en vertientes como Desarrollo Urbano, enciclopedias, narrativa, poesía, arquitectura, historia, arqueología, antropología, música y arte. El amor por los libros del qosqoruna aflora en sus dos gestiones municipales pero también a lo largo de su vida.

Los autores, cusqueños y cusqueñistas, el escenario, el Cusco milenario de información. En la Biblioteca Municipal del Cusco, vi de cerca publicaciones que seguramente donaba de sus visitas a otros países o también de su biblioteca familiar. Estos factores, por más sencillos que parezcan, estoy seguro fueron los que motivaron la férrea voluntad política de desarrollar un fondo editorial de la municipalidad del Cusco. Este anhelo tampoco se ha institucionalizado y a diferencia del ámbito cultural aquí sí contamos con un plan municipal del Cusco pero que requiere activarse y actualizarse.

El fondo editorial del Cusco, es un anhelo que todos debemos asumir porque es ahí donde perdurará el espíritu de nuestro pueblo que gracias al libro (ahora en sus distintas presentaciones) también llega a futuras generaciones. Daniel Estrada ha dejado la vaya bien alta pero por lo mismo grandes posibilidades para alcanzar el sueño qosqoruna de una ciudad próspera, moderna y desarrollada pero con profundas raíces. Su humanismo andino, es tal vez su legado más importante para las futuras generaciones.

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