Esto es la democracia para el fujimorismo: hacerse con el poder en perjuicio y a costa de los vulnerables. Personas de la tercera edad fueron llevadas a sus locales de votación como si la pandemia del coronavirus no existiera. Algunos en silla de ruedas —incluso conectados a balones de oxígeno— otros apoyándose con dificultad en su bastón, todos persuadidos para votar por “la democracia”. Utilizados por el mismo partido político que desnaturalizó los fondos del FONAVI y que ahora intenta hacerlos bailar a ritmo del chin – chin.
El fujimorismo no ha tenido reparos en instrumentalizar a los electores. Desde días antes de las elecciones se lanzó una campaña con música de Jimmy Santi, que buscaba movilizar a gran cantidad de abuelitos a sus locales de votación. Aunque exentos de votar por ley, se logró impulsar entre las familias un discurso que caló en muchos hogares: todos unidos contra el cuco del comunismo. Bajo ese pretexto, numerosos adultos mayores han sido persuadidos para asistir a sus centros de votación, con todas las dificultades que su movilización acarrea.
Pero si bien es cierto, algunos han sido persuadidos por sus familiares; otros adultos mayores han sido movilizados desde sus asilos, para votar por el partido naranja. Así lo expuso el portal piurano Cutivalú: “Tenemos que votar por la Keiko sino nos botan del asilo, indicó uno de los ancianos. Más de 60 adultos mayores del Asilo de ancianos de Piura, son trasladados para sufragar. Según se indica, por decisión propia eligieron ejercer su derecho a votar”
La prensa concentrada ha hecho eco de esta parafernalia y trata de posicionar esta dinámica electoral como un acto heroico y patriota en defensa de la libertad y la democracia. Pero lo que se busca es equiparar el gran nivel de ausentismo de la primera vuelta y sumar votos para Keiko Fujimori, que no tiene gran apoyo ciudadano. Es por ello que se intentan estos recursos desesperados y perjudiciales para los adultos mayores, quienes son movilizados para beneficiar esta candidatura.
