La mayor parte del año su día inicia a las 6 de la mañana para alistarse para ir el colegio. Se prepara su desayuno y va corriendo porque las clases inician a las 8 de la mañana en punto, acabando a las 2 de la tarde. Una hora después un merecido y nutritivo almuerzo que le preparó su mamá Isabel le espera; no hay tiempo para el descanso y continúa con las tareas que le dejaron en clases. Minutos antes de las cinco nuevamente sale de su casa con dirección a su academia de Taekwondo. Clases exhaustivas de 6 a 8 de la noche junto a sus compañeros y su profesor. Su cuerpo ya se ha adecuado a ese ritmo de vida, ella sigue adelante y no mira para atrás. Ya cerca de las 9:30 p.m. regresa a casa para terminar los pendientes que dejó. Como ella mismo lo cuenta, no hay tiempo para fiestas ni distracciones. Al promediar casi la medianoche, finalmente a dormir.
Valeria Requena Vidal tiene 14 años, se encuentra a punto de ingresar a cuarto de secundaria, y su día a día no le imposibilita estudiar por el día y entrenar en la noche su deporte que tanto le apasiona y que le viene dando muchos frutos a nivel nacional y ahora internacional. Sus padres, más allá de sentirse agobiados por ese trajín que ya a más de uno hubiera hecho tirar la toalla unas semanas después, la motivan a que siga luchando por su sueño el cual es llegar a participar en unas olimpiadas. Ellos me cuentan el secreto de todo: La DISCIPLINA.
Pero el camino no es para nada sencillo, sobre todo si se es un deportista en el Perú. Su lucha no solo se limita a un ring o cuadrilátero de pelea, sino que parte por el poco o casi nulo apoyo que le debería de brindar el Estado. Ya en una ocasión un reconocido entrenador argentino resaltó esa paradoja de la canción ‘Contigo Perú’, considerado como nuestro segundo himno, donde se menciona como uno de los pilares la unidad en el deporte.
Los atletas peruanos se las tienen que ingeniar para mantener a flote su carrera deportiva, y redoblar aún más sus sacrificios si es que no se nació en ‘cuna de oro’; convirtiendo el camino en una inmensa montaña por atravesar. Difícil, pero no imposible.
Entre realizar actividades para costear sus uniformes, accesorios, pasajes, estadía en el extranjero, y pagar por el derecho a participar en los torneos, esa la otra lucha que muchas veces no se ve, esa que solo sale a relucir una vez que se ha llegado a alcanzar la fama.
La familia de Valeria lo sabe perfectamente y tienen que recurrir a buenos ciudadanos amantes o aficionados del deporte, y en particular del Taekwondo, para que ella pueda ingresar a la selección de Taekwondo del Perú. El dinero que ganan los padres de Valeria no alcanza para solventar todos los gastos que implica que ella pueda viajar a los torneos internacionales de Brasil, México y Argentina, competencias necesarias para obtener los puntos que le permitan su ingreso a la selección.
Lo lamentable, cuenta Valeria, es que las empresas solo se interesan en el fútbol y dejan en el olvido deportes como el vóley, el básquet, el ping pon, el Karate, la natación, o el mismo Taekwondo; habiendo atletas sobresalientes que solo requieren de apoyo de las entidades privadas.
“He invitado a mis amigas para que entrenen junto a mí, pero no aceptan porque lo ven como un deporte solo para hombres”, nos dice Valeria, revelando ese pensamiento de que las mujeres no pueden o no se animan a hacer determinados deportes que requieren contacto físico, algo que, por suerte, poco a poco se viene erradicando.
Ella, a primera vista, puede parecer una chica frágil y hasta tímida, pero en los torneos y en su academia se transforma en una guerrera capaz de tumbar al suelo a sujetos de hasta 100 kilogramos. Meterse con ella es una visita asegurada al hospital.
Sin embargo, toda esa fuerza obtenida con el pasar los años, todas esas horas de entrenamiento, los sacrificios que vienen realizando sus padres, las estrictas dietas que tiene que cumplir para obtener el peso requerido, no servirían de mucho si se tiene pensado en grande, y ella lo que busca es representar al Perú en unos Juegos Olímpicos, pero para ello como primer peldaño es recaudar por lo menos 3 mil dólares que le permitan participar en los torneos internacionales; el primero de ellos en Brasil que va del 22 al 27 de marzo.
¿Quiéres apoyar a Valeria? puedes Yapear al número 976351623 o realizar un depósito a la cuenta BCP 1918923577039 (código interbancario 00219100892357703956), todos a nombre de la mamá de Valeria, Isabel Vidal.
Los únicos sueños que se hacen realidad son los que se persiguen.