Vacunagate: Fernando Carbone oculta información en el informe
Tampoco han explicado en su “informe final” dónde están las dosis que faltan; esas dosis se perdieron como por arte de magia y nadie da cuenta de ello y con respecto a la lista de los 470 implicados, se resisten a revelarla públicamente y en su defecto, anunciaron que la van a derivar al Ministerio Público, es decir, a Zoraida Ávalos.
Ayer la comisión investigadora del ministerio de Salud, a cargo del exministro Fernando Carbone, se prestó para montar un show de cámaras y salieron a dar una conferencia de prensa para anunciar su informe final.
En el informe que presentaron Fernando Carbone y Óscar Ugarte, anunciaron que las 3,200 vacunas de emergencia, no fueron parte de las 12 mil vacunas Sinopharm para los ensayos clínicos y añadieron que, de las 3,200 dosis, 1,200 fueron a la Embajada de China y 904 fueron repartidas entre funcionarios del Minsa y de la Cancillería y 325 fueron para voluntarios con placebo. Asimismo, 803 para la universidad Cayetano Heredia y 58 dosis para la universidad San Marcos.
Es decir, Fernando Carbone dijo lo que ya todos conocíamos; entonces ¿Qué investigación hicieron en 10 días? Además, añadieron que, del total de 3,200 dosis la Comisión Investigadora “descubrió” que 470 personas, entre ellos altos funcionarios del Estado y personal de salud se vacunaron de forma secreta y no como miembros del ensayo.
Y ¿por qué no brindaron la lista de 470 implicados? Carbone solo se dignó a decir que —recomienda que se evalúe el retiro de la confianza a los funcionarios que aún se encuentran en el cargo— por su parte, el ministro Óscar Ugarte como para coadyuvar a las palabras de Carbone, mencionó que efectuarán la separación en sus cargos a los funcionarios que se beneficiaron de la vacuna y que aún no hayan renunciado al aparato estatal, ¿Cuándo efectuarán eso? ¿Acaso, mostrarán públicamente la lista de despidos de esos funcionarios?
El Ministerio de Salud, una vez más se ríe de todos los peruanos y nos considera estúpidos, porque a través de Carbone solamente revelaron unos cuantos nombres y responsabilizaron a los médicos: Carlos Castillo Solórzano, asesor de inmunización del Minsa; Jorge Arturo Jarama Alván, director de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Relaciones Exteriores; así como a los médicos Germán Málaga Rodríguez, Hugo García Lescano y Javier Bustos Palomino, de la universidad Cayetano Heredia, y a Eduardo Ticona Chávez, de la universidad San Marcos, de haber propiciado la vacunación ilegal e ilícita de la vacuna candidata china Sinopharm. Por cierto, una información que ya se sabía. ¿Y por qué no dieron más nombres de implicados?
Todo fue un embuste, porque el propio Fernando Carbone hace diez días aseguró que entregaría un informe con toda la verdad: “En 9 días más cumpliremos el compromiso de entregar el informe con toda la verdad que hayamos encontrado”, sostuvo.
En el ministerio de Salud son tan caraduras que ya publicaron el informe del caso Vacunagate, pero han omitido consignar el listado completo de las 470 personas implicadas y, además, no quieren explicar qué posición tiene la Embajada de China.
El gobierno de Francisco Sagasti, finalmente se resiste a comunicar a los peruanos quiénes se beneficiaron con las vacunas y se basan en el cuento, de que eso podría entorpecer el resto de envíos de vacunas de parte del laboratorio chino. Cabe recordar, las opiniones que hace diez días manifestó el canciller Allan Wagner; él sostuvo, que el vínculo con la nación asiática es “indispensable” porque es un importante proveedor de las vacunas contra el Covid-19, en momentos en que el país sufre de una segunda ola de la pandemia con hospitales saturados y un déficit de insumos médicos y que espera que el escándalo de las vacunaciones a escondidas de cientos de funcionarios y personalidades no afecte las próximas entregas de fármacos de Sinopharm y que la relación con China se mantenga en “un clima de confianza”.
Eso nos demuestra que en el actual gobierno hay todo un tinglado para tapar este escándalo Vacunagate, que probablemente tenga magnitudes inimaginables, porque quizá podría involucrar a personalidades “claves” y por eso no conviene destaparlo.
Todo esto obedece a un continuismo político y “agendado” que es más de lo mismo. El régimen de Martín Vizcarra continúa en este régimen transitorio; es decir, Vizcarra se ha reencarnado en Sagasti, a pesar que los troles Vizcamorados se enfurezcan, ya no pueden tapar el Sol con un dedo, porque en estos momentos, igual que en 2020, tampoco hay camas UCI y mucho menos oxígeno. Eso significa que la ecuación es: Vizcarra = Sagasti.
Volviendo al tema de la Comisión Vacunagate de Fernando Carbone, solo queda añadir que ha sido un saludo a la bandera, porque tampoco han explicado en su “informe final” dónde están las dosis que faltan; es decir, esas dosis se perdieron como por arte de magia y nadie da cuenta de ello.
Y con respecto a la lista de los 470 implicados, en lugar de demostrar transparencia, ellos se resisten y no quieren revelarla públicamente y en su defecto, han anunciado que la van a derivar al Ministerio Público a Zoraida Ávalos; así como lo leen… a Zoraida Ávalos, que es la ficha blindadora de este tinglado gubernamental.
Asimismo, también entregarán la lista a la PCM de Violeta Bermúdez y, por si fuera poco, a la Cancillería, que fue la institución que inició el tráfico de vacunas. Carbone aseveró que dichas instituciones completarán la investigación y ejecutarán lo que corresponda a este proceso. ¡Una verdadera burla!
No es justo, que luego de aquel despropósito orquestado por el ministerio de Salud, no pase nada. La prensa que hoy se ha convertido en un muerto viviente solo se dedica al prompter y se mantiene adormecida porque no cuestiona nada. La Defensoría del Pueblo tampoco tiene vela en este entierro y mucho menos la Procuraduría General del Estado. Por su parte, veremos qué postura toma el Congreso, aunque tampoco se espera mucho.
Finalmente, la opinión pública debería saber que esta comisión sectorial para investigar el caso de la vacunas, nació muerta, porque el ministro Óscar Ugarte no debió nombrar a Fernando Carbone para que investigue este caso, sencillamente porque no se puede ser juez y parte, porque Carbone ha pertenecido al staff de Pilar Mazzetti como Asesor de la Alta Dirección del Ministerio de Salud y por tanto ha sido un funcionario que durante la pandemia estuvo codo a codo con la investigada ministra, y además Carbone ha reconocido que es muy amigo de Mazzetti y que estudió con ella y con la otra investigada e íntima de Mazzetti, Nancy Olivares en la universidad San Marcos durante diez años juntos: “Con Pilar Mazzetti y con Nancy Olivares estudiamos 10 años juntos y por 35 años hemos caminado juntos como miembros de una promoción de la universidad de San Marcos y durante esos 35 años muchas veces hemos trabajado juntos; ese es el vínculo… son vínculos amicales que hacen esto todavía más doloroso”.
Hoy podemos vislumbrar que se ha configurado un presunto conflicto de intereses en la investigación de Fernando Carbone y lo mismo sucede con Óscar Ugarte, que también fue miembro y subordinado de Pilar Mazzetti en el desactivado Comando de Operaciones Covid-19 de la era Vizcarra en 2020.
Y como decía Humberto Martínez Morosini: ¡Aquí no pasa nada!