Los wantanes y chijaukays salen a cuenta de todos los peruanos. Al parecer la debilidad culinaria de la titular del ministerio de Vivienda, Hania Pérez de Cuéllar, es la comida china, quien estaría haciendo de manera indebida el uso de la caja chica de su portafolio, el cual tiene como objetivo “atender solo gastos urgentes no programados”, según la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM).
Un informe del programa dominical Punto Final menciona que la ministra Pérez de Cuéllar utiliza estos recursos de manera inadecuada en reiteradas oportunidades para comprar comida en chifas, restaurantes criollos, postres y suplementos alimenticios.
Dicho dominical da cuenta de que los altos mando de la cartera de Vivienda suelen consumir gastronomía peruano-china en un reconocido restaurante ubicado enSan Isidro. En específico, los funcionarios piden para llevar el ‘banquete mandarín’, originando un gasto a la caja chica de S/1.288,80 en 7 almuerzos entre enero y abril del 2023.
Las justificaciones que suelen adjuntar junto a la boleta del consumo son reuniones de trabajo del despacho ministerial, como la vez que se juntaron para preparar la primera exposición de la ministra Hania ante el Congreso en medio del voto de confianza al gabinete Otárola, el pasado 9 de enero.
Mientras que el 14 de marzo, indicaron que la compra de comida chifa estuvo ligada a la emergencia del ciclón Yaku. En otra ocasión, el 9 de abril, argumentaron que la compra de dos ‘banquetes mandarín’ fue en medio de una reunión de trabajo con funcionarios del Ministerio de Vivienda para solucionar el problema de las lluvias en Piura.
En cuanto a la compra desmedida de suplementos alimenticios con dinero de la caja chica del Ministerio de Vivienda, Punto Final narra que, el 10 de abril, el despacho de Pérez de Cuellar mandó a comprar 10 botellas del suplemento alimenticio Ensure, 5 sabor a vainilla, 5 sabor a café. Esto significó un gasto de S/108 y se especificó que la compra se realizaba para consumo del despacho presidencial.
Además de estas compras “urgentes”, a lo largo del año, el despacho ministerial de Vivienda utilizó dichos fondos en una barra de comida criolla, así como en varios bocadillos de una cafetería.
“En mi opinión, aquí hay una infracción al uso de recurso público que integran los conceptos de caja chica. No se pueden integrar en ello conceptos de uso personal. Definitivamente no”, dijo para el citado medio la abogada en derecho administrativo, Cecilia Cruz.
“Gastar de manera reiterada, en el periodo de un mes, repetitivamente, en conceptos de alimentos, que sobrepasan los 400 soles, parece que no es un gasto eficiente, que no está de cara a la austeridad que exigen las normas de gasto de presupuesto público”, agregó.
Los descargos del Ministerio de Vivienda
Por su parte, el Ministerio de Vivienda señaló que los gastos de caja chica generados cumplen las normas internas y que se dieron en el marco de reuniones para atender situaciones de fuerza mayor.