Una luz en las tinieblas: Universitario ‘eclipsó’ a Alianza Lima y se coronó campeón nacional en Matute

Apagaron las luces para no mostrar el rostro de la derrota. La gran fobia de Alianza Lima era que su compadre vuelva a dar la vuelta olímpica una vez más en su estadio, teniendo de espectadores a más de 35 mil almas blanquiazules que observaran, con la rabia entre los dientes, la marcha triunfal del equipo merengue. La opción para cerrar el partido definitorio se les dio; o bien podían jugar el último encuentro en el Monumental de Ate o, como así finalmente sucedió, con su hinchada en el estadio de Matute.

Optaron por la segunda opción impulsados tal vez por esa fobia, y quizás ya tenían previsto el trágico desenlace: apagar las luces de su estadio para que de esa manera la oscuridad sea el cómplice perfecto de su vergüenza.

Tanto en el partido de ida como de vuelta el equipo dirigido por un viejo zorro como Jorge Fossati fue superior a los ‘íntimos’ y solo un gol de Gabriel Costa en el primer partido desvirtuó un poco el predominio del equipo de Odriozola. Ese gol agónico e inesperado permitió que la llave siga abierta y que todo se defina en el estadio de Alianza Lima. Sin embargo, anoche fue un recital similar a lo ocurrido el último sábado.

‘El equipo del pueblo’ nunca se encontró en el gramado, presentando una alineación pocas veces vista, tanto así que los propios jugadores blanquiazules se mostraban desconcertados; fue así que llegó el gol tempranero del ‘Oreja’ Flores. Uno a cero cuesta arriba a los dos minutos de iniciado el encuentro y el estadio de Matute fue todo silencio. Los minutos pasaban y las caras de preocupación de los hinchas aliancistas se podían apreciar en la aún presente iluminación. Los gestos lo decían todo, se querían esconder para que nadie los vea, pero el partido aún tenía minutos para disputar.

Ya en el segundo tiempo, al minuto 80’, el segundo gol crema llegó por gracia de Calcaterra, sacando de su botín derecho un disparo colocado; el portero Campos solo atinó a ser un privilegiado espectador de ese disparo de media distancia. Como si se trataran de luces de bengala arrojadas por un barco a punto de hundirse en la oscuridad del océano, los hinchas empezaron a lanzar al campo de juego artefactos lumínicos. Eso era solamente el preámbulo a lo que se venía.

Pitazo final, las cámaras de televisión enfocaban a los vencedores quienes se unían en un fuerte abrazo, cuando de pronto la oscuridad se hizo en el coloso deportivo. Algún irresponsable prefirió que nadie vea la celebración estudiantil en su propia casa y cortó el fluido eléctrico. Caos y descontrol imperó por un momento dentro del estadio, alterando completamente la ceremonia de premiación, sin embargo eso no fue obstáculo para los ‘cremas’; su algarabía iluminó el estadio que a esos momentos parecía un cementerio abandonado.

Más allá de un hecho anecdótico que seguramente será recordado durante muchos años, hasta el momento no hay un pronunciamiento oficial de la Federación Peruana de Futbol (FPF) o los directivos de la Liga 1 para determinar cuáles serán las sanciones contra el estadio de Alianza Lima, pues se puso en riesgo la integridad de todos los hinchas que se hicieron presentes anoche.