Opinión

Un taller con Alfonso Torres Valdivia

Lee la columna de Rodolfo Ybarra

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Alfonso Torres Valdivia es un narrador de perfil bajo, no le gustan los flashes ni estar perdiendo el tiempo en reuniones ditirámbicas o indigestas. Va de frente al grano a picotear la carne. Por eso ha publicado más de una docena de novelas y un centenar de cuentos y ha ganado casi todos los premios y segundos puestos de por aquí y por allá: Premio de novela BCR, premio Horacio Novela Corta, premio Caretas, premio diario El Comercio, Copé, etc.

Y aunque ha estudiado en la San Marcos y en La Cantuta y se ha jubilado de docente en el Colegio Nacional 7055 de Villa María del Triunfo, el conocimiento le viene de la calle, de los barrios, del tú a tú. Una vez nos contó que, para escribir una novela de narcos, tuvo que buscar a un capo quien, como prueba de su alevosía y ventaja, en plena entrevista, le destapó el cráneo a un comensal que lo había mirado con mala cara. Y es que “la letra con sangre entra”, remarcó el susodicho.

“Foncho” es un trabajador incansable de la palabra. Quizás sus mejores novelas sean “Limpiamundo”, parte de un cuarteto sobre la ciudad de Lima y que trata o, mejor dicho, abarca los años ochenta, tiempos de confusión, petardos y el éxodo de más de dos millones de peruanos para buscar un mejor futuro. Otra buena novela de este escriba es “La rumba del Varig” donde con magistral técnica y lenguaje de fileteador del terminal pesquero, Torres Valdivia nos cuenta qué pasó con el accidente de aviación ocurrido en Lima, año 1962, y que nos tuvo en los titulares de la prensa internacional que no se tragaba la versión que todo fue por “fallas-técnicas-o-fallas-humanas”; y así el autor desliza la idea de un “atentado terrorista” ejecutado por anticastristas para acabar con la delegación cubana que fleteaba esa nave.

Este infatigable escriba ha publicado también junto al talentoso Rodolfo Milla: “El boxeador de la muerte” (2000) y una última novela titulada “Kloaka” donde con humor e ironía cuenta los avatares de este memorable grupo poético de los ochenta, recientemente refundado por José Antonio Mazzotti, Mary Soto, Domingo de Ramos y Edián Novoa, entre otros.

Finalmente, hay que resaltar que Torres Valdivia es un experto en “escritura creativa” y se anuncia que en breve estará dando un taller literario. ¡A estar atentos!

(Columna publicada en Diario UNO)

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