Luego de la denuncia de los vecinos de Jesús María que alertaron sobre el robo de las 4 puertas de bronce del Monumento a los Defensores de la Frontera ubicado en el Campo de Marte, varios medios se resistieron a publicar la noticia; sin embargo, luego de nuestro primer informe y de su viralización en las redes, la repercusión fue inevitable.
Hasta hoy han trascurrido tres semanas desde que se lanzó la noticia y ya existen varias versiones sobre la fecha del robo. La información que se maneja ha sido corroborada a través de registros fotográficos de los vecinos que denunciaron el hecho el pasado 8 de junio y de personal municipal que ha preferido mantener su identidad en reserva para evitar las represalias, e indican que el hurto se habría producido en dos momentos diferentes; es decir, hace más de 3 meses, entre el 15 y el 30 de marzo quedando claro que, para el 01 de abril las puertas de bronce y las placas del interior del monumento ya no estaban en su ubicación original.
Nuestras fuentes señalan que este habría sido un “trabajo interno”, porque resulta casi imposible que las cuatro cámaras ubicadas alrededor del monumento no hayan podido capturar ninguna imagen del robo del que hasta hoy no se sabe absolutamente nada. Sobre todo, si tomamos en cuenta que los centros de vacunaciones provisionales del Minsa continúan en las inmediaciones del monumento con resguardo incluido, y tampoco saben nada.
Por su parte, el alcalde de Jesús María, Jorge Quintana sigue sin responder oficialmente a los vecinos que le han exigido de manera escrita, información oficial sobre este grave atentado contra el patrimonio; a pesar de tener la obligación moral y legal para hacerlo.
Otro dato que resulta indignante, es la “valorización” que le han dado los funcionarios de la comuna de Jesús María a cada una de las puertas robadas. Ellos, según su propia información, han valorizado a S/5 mil soles, el precio de cada pieza de bronce que mide 2.10 de alto y que pesa 1200 kilos.
¿Cómo es posible que pretendan valorizar “al peso” un patrimonio de la historia, ligada a la sangre de los caídos del 41? cuando es evidente que este patrimonio es absolutamente invaluable.
No por algo, en la Municipalidad de Jesús María en un comunicado que emitieron sin fecha y que no aparece en ninguna de sus redes, o en su portal institucional, señalaron que son “puertas de fierro”.
Felizmente, gracias a la presión mediática originada desde la semana pasada, el Ministerio de Cultura lanzó la Alerta Virtual de Bienes Culturales Sustraídos N° 337-2021-DRE/DGDP/VMPCIC/MC para advertir por la desaparición de las puertas de bronce del monumento principal en el Campo de Marte.
Según nuestras fuentes, para el pasado lunes 27 de junio estaba programada la realización de una constatación con un equipo multidisciplinario conformado por personal del MINCUL, la PNP, Fiscalía y la MML, pero se tuvo que postergar porque la Municipalidad de Jesús María no pudo designar al funcionario responsable, lo que demuestra la falta de interés que tienen de esclarecer los hechos, o encontrar a los verdaderos responsables de este inexplicable e inédito robo que atenta contra el patrimonio.
Finalmente, es exigible que las autoridades mencionadas hagan un seguimiento y monitoreo más exhaustivo a este caso, para agilizar las investigaciones hasta dar con los responsables.
Mientras tanto, los vecinos de Jesús María y de Lima Metropolitana, continúan esperando un pronunciamiento oficial del alcalde Jorge Quintana para que explique cómo es posible que las puertas de bronce hayan sido robadas, a pesar de contar con cuatro cámaras alrededor del monumento.
Y de ser uno de los distritos más vigilados de la capital, sin ningún escrúpulo “arrancaron” parte de la historia de Jesús María y del Perú… y aquí no pasa nada.