Opinión

Un Nobel en Iquitos

Lee la columna de Percy Vílchez Vela

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Por: Percy Vílchez Vela

En el viaje a París encontré en cierta calle algo sumamente maravilloso. Era el poema “El barco ebrio” de Arthur Rimbaud. El mismo ocupaba toda una cuadra con dibujos y es una de las mejores cosas que queda de esa Europa ahora amenazada por una nueva guerra. Y uno se pregunta por qué en las paredes, los murales, los cercos de calamina o madera de Iquitos, o de cualquier urbe amazónica, no se escriben algunos poemas de los vates amazónicos. O de la presencia de algún autor de prestigio bien ganado, como Ventura García Calderón, Víctor Morey Peña, Ciro Alegría Bazán, y Ernesto Cardenal Martínez, entre otros.

En nuestra ciudad, donde hasta ahora predominan los avisos comerciales, los anuncios de parrandas, las celebraciones de bodas y casorios vanos, acaba de aparecer un circuito que de todas maneras enriquece la visión de Iquitos. Es la ruta que siguió el futuro Nobel en la ciudad, mientras escribía la urticante y corrosiva sátira contra los militares que ayer nomás quemaron algunos libros de “La ciudad y los perros” y hoy alaban al famoso escritor que fue cadete en el Leoncio Prado.

Es indigno que en la fronda peruana no se lea en las aulas cualquiera de las obras selváticas del referido novelista. “El Hablador”, por ejemplo, que es un homenaje a los hombres y mujeres que hacen de la palabra oral una opción de vida. Es por ello, que “Los caminos de Mario Vargas Llosa en Iquitos y la Amazonia”, es un acierto indudable del ciudadano Jorge Linares Peña.

Para nosotros, el autor de tantos libros valiosos es un maestro indiscutible de la literatura continental. Es el peruano que más brilló y brilla en el ámbito internacional de las letras. Es a la vez, un ejemplo que pocos podrían seguir ahora, en un mundo asediado por negociantes de la cultura, escribas de escaso talento, impresentables abimaelistas y otros bandoleros de la escribanía. ¿Quién ahora mismo puede levantarse a escribir, lejos de oficios ridículos, profesiones vanas?

La ciudad de Iquitos, la urbe más novelesca del mundo, según el escritor francés Jean Echenoz, no puede ser vista ahora como sentina de borracheras u orgias carnales, lugar de tiktokers sin contenido, sino como un lugar donde se pueden enriquecer los conocimientos con esta ruta turística cultural.

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