El mensaje a la Nación del oscuro gobierno de Dina Boluarte por 28 de julio, tuvo 79 páginas de cháchara, promesas repetidas, ficción política, multiverso, lugares comunes, cero autocríticas y una ausencia casi total del tema cultural. Su mensaje de cinco horas también resultó ser un somnífero con pésima lectura. Pero ¿Qué podemos esperar de una presidenta tan básica como Dina Boluarte Zegarra? La realidad es que, dentro de nuestra región, la mandataria es la menos preparada y a su alto nivel de ignorancia se suma un desconocimiento total del tema cultural.
“Este gobierno está comprometido con el fomento y la promoción del libro y la Lectura”, nos dice una presidenta que tiene graves problemas de lectura y que mantiene como ministra de Cultura a la cuestiona abogada Leslie Urteaga Peña, quien también desconoce la problemática cultural del país. Esa misma ministra hasta hoy, no ha podido inaugurar el Museo Nacional del Perú, una obra “emblemática” que se cae a pedazos y que arrastra serios cuestionamientos de Contraloría por su improvisada construcción.
Nuestro país tiene una gran riqueza cultural pero este gobierno que es el continuismo de Pedro Castillo, tampoco ha logrado despertar su interés por la herencia de nuestros antepasados. Tenemos una de las Maravillas del Mundo como Machu Picchu, riqueza arqueológica de los incas que se hunde 15 centímetros por año; una fortaleza como Kuélap que colapsa por la estupidez de los funcionarios de turno, quienes se reparten los cargos entre amigos mediocres y con la gente que se revuelcan entre sus sábanas, pero esto parece tampoco importar.
Dina nos habla del Archivo General de la Nación (AGN), pero no sabe para qué sirve, porque una persona que no lee, desconoce nuestra historia y las necesidades de nuestro país. La realidad es que tenemos un AGN que los ladrones de alto vuelo vienen saqueando durante años. Una Biblioteca Nacional del Perú que se ha convertido en el Rincón del Vago y de trepadores. A esto hay que agregar, que el MINCUL con sus viceministerios continúa siendo un holograma ubicado en la avenida Javier Prado, donde sus funcionarios públicos creen ser propietarios de sus cargos.
Un país con gran riqueza cultural y con 10 millones de pobres, no merece ser gobernado por una presidenta que prefiere la riqueza material de joyas y Rolex.
(Columna publicada en Diario UNO)
