Cultura

Un elefante blanco en Javier Prado

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No solo el servicio de salud ha colapsado en pleno estado de emergencia, también colapsó el Ministerio de Cultura por causa de la incapacidad de sus funcionarios. Aquí la responsabilidad no solo lo tiene la ministra Sonia Guillén, también son responsables los viceministros y diversos directores que llevan años en esa institución y que se han acostumbrado a cobrar un jugoso sueldo sin trabajar. En casi 10 años de existencia de esa cartera, han ocupado el cargo 13 ministros, y la nula capacidad de todos ellos ha convertido al Ministerio de Cultura en un elefante blanco.

Cuando al Premier Vicente Zeballos le preguntan en RPP ¿Qué pasa con el Ministerio de Cultura? la pregunta es necesaria porque durante los más de 60 días del estado de emergencia el Ministerio de Cultura no ha legislado ninguna norma para el sector cultural. La respuesta del Premier Zeballos es contundente: “Hemos aprobado 58 Decretos Legislativos y no hay ningún decreto relacionado del sector cultura”. Además, agrega: “Entiendo que por las deficiencias que han tenido en la formulación, hay tres proyectos que no han pasado por las comisiones técnicas que supervisan la calidad de las normas.  El Ministerio de Cultura tiene cero Decretos Legislativos. No vamos a negar la verdad”.

En otras palabras, el Ministerio de Cultura realizó una labor deficiente. Parece que en las oficinas de Javier Prado estos dos meses se los pasaron de vacaciones y encima recibiendo sesiones de motivación virtual para mejorar el clima laboral.  ¡Qué tal ostra! y todo pagado con el dinero de todos los peruanos. Pero la gestión de la ministra Sonia Guillén tiene otra perla negra que fue denunciada en la revista Lima Gris, y de esto nos enteramos porque llegó a nuestras manos un informe de la Contraloría General de la República N° 020-2020-OCI/5765-SOO, donde se señala que: El Ministerio de Cultura ha remitido al Ministerio del Trabajo y al Ministerio de Desarrollo e Inclusión social, listados de personas que solicitan subsidios monetarios por ser artistas y/o gestores culturales, los cuales carecen de filtros o mecanismos que permitan comprobar su veracidad”. Es decir, tampoco hicieron su chamba.

Lo grave es que los únicos perjudicados aquí son los artistas y gestores culturales que se hallan en situación de vulnerabilidad y que han sido directamente afectados por funcionarios indolentes e irresponsables que no cumplieron su trabajo.

Durante casi 10 años, el Ministerio de Cultura ha demostrado que solo es útil cuando se utiliza como velatorio. En este estado de emergencia, sus instalaciones debieron usarse como Centro de Atención y Aislamiento para pacientes COVID- 19, o en todo caso, se hubiera convertido en crematorio, pues solo así se justificaría su presupuesto del 2020 de 605 millones de soles, y sólo así la gente sabría que sirve para algo.

Además, como señala el especialista en Patrimonio Cultural, Fabricio Valencia: “El Ministerio de Cultura no tiene una labor preventiva de protección al Patrimonio”. Esto se refleja en que, en estos más de 60 días de estado de emergencia, han sido afectados más de 50 sitios arqueológicos. Casi un sitio arqueológico por día.

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