Arte Urbano

UN DÍA DE MARATÓN (ADIDAS 2010)

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Ha pasado casi un año desde que en el Perú se compitió en el primer maratón oficial, organizado por Adidas. Aquella vez el ganador de los 42 fue el Keniata Anthony Mbithi con 02.24:33 horas. Y en la edición del domingo 02 de mayo, por cierto la segunda en nuestro país, el triunfo también fue de  un Keniata; superando incluso la marca del año pasado. Su nombre, Festus Kioko y acumuló un tiempo de 02.23: 29.


En damas, la que se llevó el triunfo con un tiempo de 02.51:10, fue la huancaína Lady Morales.
En suma, este evento parece haberse convertido en un clásico de la fiesta deportiva pedestre, y qué mayor prueba, que la de albergar a 11 mil corredores, en las tres categorías (10K, 21K, 42K), sin duda un acontecimiento cada vez más importante para los aficionados al running; deporte que a propósito, se está convirtiendo en una “filosofía” para muchos mortales limeños, pues hoy corre cada vez más gente, en comparación de años anteriores; empezando con dar una vuelta al parque de la esquina, hasta quizá terminar entrenando en una pista atlética como la del IPD o la del Gálvez Chipoco, para poder estar listos para alguna competición oficial. Pues al parecer, el tiempo no pasa en vano; porque ahora cada vez más gente toma conciencia de llevar una vida saludable para poder prolongarla, y no es novedad señalar que para poder lograrlo, se necesita ejercicio físico más una nutrición sana y adecuada.
Con esta magnífica iniciativa deportiva, Adidas hoy lleva la delantera; porque en el caso de la firma Nike, nos desconcertó el año pasado al no llevar a cabo su carrera 10K, (aún no perdemos la esperanza que la organice este año, parece que se dará en octubre) y qué decir de la carrera Reebok, realizada algunos años atrás, y que lastimosamente fue “flor de un día” pues nunca más corrimos una segunda edición.

Personalmente me siento gratificado por haber corrido el maratón una vez más, aunque debo confesar que esta vez sudé la gota gorda, pues para ser honesto, este año tampoco me entrené para la prueba, pues mi soberbia me hizo creer que mi cuerpo tiene insertado una infalible memoria física, por el hecho de haber acumulado 5 maratones en los últimos años, pero la verdad es que ésta vez “vi a Judas” en persona, pues me acalambré, caminé, y terminé muy fatigado, y así, conviví con un generalizado dolor durante toda la prueba; aunque como dice Haruki Murakami (maratonista y notable escritor japonés): “El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional”. Por eso llegué a la meta gracias a la fuerza, no física, sino más bien a mi fuerza moral, que es la que uno nunca debe perder…
A continuación un fragmento del post que escribí el año pasado sobre el maratón, y esperando que sea una especie de tónico reconstituyente para sus mentes:
En lo personal, pese al largo tiempo que hice en la competencia, me siento un ganador; pues con este último, ya suman cinco maratones en mi haber; y como todo maratón, implica por lo general plantearse un reto. En esta última edición mi gran reto personal consistió en participar ¡claro que sí! Pero sin haber seguido antes ningún programa de entrenamiento. ¡Sí! Así como lo leen NO ENTRENÉ ABSOLUTAMENTE NADA para tal prueba de fondo, salvo mis rutinas de footing semanales. Entiendo que muchos opinarán que fue una gran insensatez de mi parte, y no les resto razón. Incluso mi familia, muy aprensivamente se preocupaba diciéndome que era una locura lo que iba a hacer. ¡Pero mucho ojo!, no quiero ser irresponsable en invitar a que hagan lo mismo, pues quien nunca corrió un maratón, y se anime a hacerlo, debe seguir un riguroso plan  de entrenamiento de por lo menos un año, incluidos dietas y cambios en el  ritmo de vida; y les aseguro que al acabarla recibirán los réditos. Pero aquí, hay algo. Es un detalle que parece insignificante, pero en realidad es muy importante. Sucede que me causa mucha curiosidad y a la vez incomodidad, cuando desde hace ya muchos años, cada vez que termino una prueba pedestre (5, 8, 10, 21k e incluso el maratón) y me encuentro con algún conocido, colega o pariente, solo atinan a preguntarme ¿En qué puesto llegaste? Y por un acto de inercia, simplemente respondo: llegué en el puesto 85, 115, 852, etc. Y es ahí donde me observan con una mirada de absoluta desaprobación, como quien dice: “¿Entonces para que corres, si no vas a llegar primero?”

Y,  ante ésta percepción colectiva del sentido de la competencia, heredada del occidente, que señala que siempre hay que apuntar a ser los primeros en toda disciplina, me doy una pausa y pienso: que quizá tenemos un poco distorsionados los conceptos o principios que regulan nuestra vida cotidiana. Hay que ser conscientes y consecuentes ante algunas realidades, por ejemplo existen atletas de elite, que compiten para batir una marca y así obtener un nuevo record, son atletas que participan en los torneos mundiales, olimpiadas, etc.; para ellos mi más sentido reconocimiento y admiración permanente, pero también deberíamos preguntarnos ¿Si no podemos llegar a ser como ellos? ¿Deberíamos de privarnos del hecho de llevar una mejor calidad de vida, dedicándonos a distintas disciplinas deportivas? Mi respuesta, es un rotundo ¡NO!

Ganador no es el que llega primero, ganador es el que realmente siente y vive la satisfacción de haber logrado algo que él mismo se trazó.
Por eso, no me queda más que decirles: ¡anímense, emprendan algo que los haga transformarse para bien. Consideren empezar a correr, todas las mañanas cerca de su casa, en su barrio, y luego podrán ser capaces de entrenar para la próxima edición, y al cruzar la meta, disfrutarán su logro como ningún otro, y se convertirán en verdaderos ganadores; en miembros de una élite que ya no abunda en el planeta. (Menos del 0.1% de la población mundial ha terminado un maratón).

                                                                                                                                                                                                                                  Luis Chávez A.

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