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Trump: La soberanía del Innombrable

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ESCRIBE GABRIEL ZAMALLOA

“Podría matar una persona en Main Street y no perdería ningún voto.”- Donald Trump.

“Estos lo que tienes cuando una fuerza imparable se encuentra con un objetivo inmovible.”- El Guasón, El Cabellero Oscuro.

“Cuando toda la cochinada de su sexo y violencia su acumule hasta sus cinturas, las putas y los políticos me miran y gritaran ´sálvenos!´, yo solo los mirare y diré: ´no´.” – Rorsach, Watchmen

Vivimos en una sociedad  de símbolos vacíos. Han perdido su conexión los conceptos que manejaban. Se podría culpar el marketing, pero el marketing es solo el síntoma del problema. La culpa también podría caer en el consumismo. Es por afán de vender cosas innecesarias que se crea el afán comprar cosas innecesarias y con eso viene el afán del abuso de símbolos preexistentes. Lo cual se vuelve como un chiste malo después de rato. Al principio da risa pero después de que te lo cuentan veinte veces ya te reis por inercia.

Lo peor de este paradigma es que está empujando las sociedades hacia la estatización en sociedades más “sofisticadas” y hacia el exceso de trasgresión en naciones más “primitivas”. Ya que al perder el vínculo simbólico con conceptos arcaicos, las sociedades “civilizadas” mantienen el statu quo estatizado y como el statu quo es el Capitalismo Consumista se crea una situación donde las naciones “primitivas” pierden el derecho a sus recursos y en si se vuelven más competitivas, por lo tanto: más transgresivas y violentas.

Los dos a pesar de ir en sentidos contrarios tienen el mismo efecto: se pierde la noción de lo justo y de lo necesario para que tal sociedad o cultura siga existiendo, derivando en un exceso de violencia así externa, como interna, casi como un suicidio colectivo. Bajo este contexto, no sorprende que Trump haya ganada las elecciones presidenciales estadunidenses del año 2016.

Ya fue reiterado varias veces el pueblo americano está harto del status quo y en si instituciones antiguas como reserva federal y el complejo industrial militar están en un proceso desmitificación. El pueblo gringo ya no se cree sus antiguos ritos y creencias de que son los héroes bondadosos de la Tierra. Por esto no han elegido un presidente que quiere hacerle bien a todos, sino hicieron todo lo contrario, buscaron un candidato racista, machista y estúpido. Ignoraran el temor de las minorías estadounidense y países extranjeros, dejando de lado su deseo de hacer el bien por algo mayor: el deseo de sobrevivir. (Si te preguntas porque lo arraigo a Trump a la sobrevivencia solo pregúntate:    ¿Qué pasa con un estado-nación que invade insaciablemente otras naciones y da libre pasa a los inmigrantes? ¿Creo que paso lo mismo con Roma no? Y para aclarar yo hubiera preferido que gane Sanders, pero es lo que eligió el pueblo norteamericano.)

La imagen de Trump es lo que aparece en el crepúsculo de la visita del Guasón, aquel que transgrede para romper con el statu quo estatizado creando una anarquía disociativa, donde el mismo mundo se vuelve en su contra. Esta imagen aparece por uno de los símbolos más peligrosos en el mundo de DC: Batman, aquel que esta tan obsesionado con la justicia que termina desequilibrando el orden natural de las cosa: el constante cambio. La tragedia del Gauson es que termina haciendo lo mismo: transgrede hasta el punto que desvaloriza los símbolos que son céntralas para el funcionamiento óptimo de la sociedad, enloqueciendo a sus habitantes, haciéndolos excesivamente agresivos hacia su persona.

La  pregunta clave ahí es si esta desvalorización es necesaria y la respuesta dudosa siempre será si y no, mientras respuesta clara es: depende del contexto. Aquí viene el problema del mismo Batman mal interpreta el rol del héroe, su trabajo más bien no es proteger los símbolos ya establecidos, sino reconceptualizar los símbolos ya desconstruidos para desplazar el mismo status quo, el problema viene que el héroe no sabe articular la moraleja del villano  -lo que él mismo reconceptualiza-  por lo tanto se queda por eso el egoísmo del héroe: el deseo mantener todo como esta no porque piensa que está bien, sino porque siente cómodo.

Otros son los mecanismo sociales que permiten que la moraleja se imágenes, las imágenes del anti-héroe y el anti-villano, en caso de la ciudad de Gotham: Talía al Ghul y Poisen Ivy, respectivamente. El primero tiene el trabajo de filtrar y comunicar reconceptualizaciones del héroe, en otras palabras masticar la sobrecarga de información, de hechos buenos malos, de acciones heroicas y viles, todo para una simple razón para que la sociedad las puedan entender qué diablos debe hacer para seguir existiendo. Ahí está la importancia del mismo egoísmo, ya que el héroe entiende las desconstrucciones del villano pero no sabe cómo ponerlos en tal manera para que los demás entiendan, por eso se queda con la moraleja porque sabe que si es empieza compartirla se convertirá en aquel que él lucha en contra: el villano.

Por eso Batman es el peor de los ladrones porque se adhiere a una imagen que no le pertenece y lo peor es que malinterpreta tanto que a peligra la sociedad a caer en la no existencia. Y lo peor es que de quien se lo roba porque es una persona que él piensa que ama: Catwomen. La que reconoce la injusticia, pero la que también reconoce la imposibilidad de cambiar las cosas por eso roba del 1% y se lo queda, ya que a la vez de justa es egoísta. No tanto por que le gusta ser así, pero más bien está atrapada paradoja: seguir siendo egoísta y por lo tanto heroica o empezar a comunicar su desdén y convertirse en un villano. Por en la ciudad Gótica no está claro para quien trabaja para sí mismo  ¿Y dónde figura Batman en todo esto? Nada ni siquiera debería figurar en el esquema, por eso evito ponerle un nombre, pero para evitar futuras confusiones lo pondré el innombrable.

Ahí mismo viene el problema de las sociedades modernas: el innombrable se roba la moraleja del villano y el nombre del héroe, quedándoselo para sí mismo, cuando la moraleja pertenece a todos aquellos que la pueden usar y le nombre pertenece a aquel que lo sabe usar. Lo peor es como se lo roba: da la sociedad la esperanza de un mundo mejor cuando simplemente está buscando reinvertir en el mundo ya establecido. Así el género de súper héroes termina siendo una especie de Western invertido, donde en el
Western aparece un héroe para poner orden al chaos en el género de súper héroes aparece un villano para poner chaos al orden con la intención de evitar la estatización excesiva de los símbolos.

La importancia de la transgresión es clave porque al estatizarse símbolos: los mismos símbolos se vuelven vacíos, llevando la sociedad hacia la paralización. La dificultad de este paradigma es que al paralizarse la sociedad se requiere de la intervención foránea para movilizarse de nuevo.

Aquí está la importancia de Dos Caras, aquel ni transgrede ni estatiza sino cambia su esencia y estructura constantemente para movilizar la sociedad antes que se paralicé. Por la misma arbitrariedad implicada en su rostro -mitad desfigurado, mitad integro- puede construirse desconstruirse al servicio de la sociedad.  Por eso enloquece, porque cuando la misma sociedad esta malformada él también se desfigurada. Y acá es cuando pierde el control, la misma sociedad se lo pide por que piden alguien que los salve, pero a la vez piden que las cosas no se repitan una y otra vez. Y ahí está la gracia de Dos Caras, no está para salvar sino para evitar la eterna redundancia, la estación imparable, la paralización. Batman trabaja para eso, para que las cosas se paralicen y lo peor es que piensa que es heroico, no dando se cuenta que al paralizarse la sociedad todo se paraliza hasta mismo conocimiento y la habilidad para apreciarla, devaluando el mismo aprendizaje y convirtiendo a la población en unos ignorantes.

Y al final llegamos a la última imagen, la más importante una vez que viene la calma, la que defiende a los que puede y manda a la sartén a los que no puede: la del anti villano, la de Poisen Ivy, aquel que usa la coerción no a través de la fuerza, sino a través la seducción. Así protege al héroe de su egoísmo, al villano de sus transgresiones y el anti-héroe de sus ponencias. Lo lamentable es que hay uno que no puede salvar y ese es la imagen de Dos Caras. No solo porque se necesita alguien a quien culpar, sino porque al ser una imagen pública no tiene donde esconderse. Es aquel que tomo la posición para cambiar las cosas y hacerlo se vuelve en un villano, no tanto por que hizo algo malo, sino porque al estatizarse tanto la sociedad, mantener el statu quo se vuelve algo que está bien visto.  Así Dos Caras se sacrifica para los demás, se vuelve el chivo expiatorio para que la sociedad pueda seguir existiendo.

Volviendo a la imagen de Trump, él se adhiere a las Dos Caras, a la fuerza movilizadora aquel que hace lo que es necesario para que las cosas no se paralicen. ¿Y que va hacer? Cerrar las fronteras para que el país no se llene de inmigrantes habilitando dando la oportunidad de más trabajos y dejar de invadir países ajenos evitando el desdén del resto del mundo –lo cual posiblemente nos salve de la tercera guerra mundial-. Es casi como Gordon al final de El Caballero Oscuro: “no es el héroe que queremos, sino el héroe que necesitamos”, yo lo hubiera dejado más ambiguo, diciendo: no es él aquel que queremos, sino él aquel que necesitamos. Esto lo que digo sobre Trump,  la verdad es que hubiera preferido necesitar otra cosa, pero todo bien ya se a quien le vamos echar la culpa cuando venga la calma

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