Una ciudad tomada por la impunidad y el descontrol. Esta vez, un grupo de venezolanos golpearon salvajemente a Bernardo Arturo Navarrete Chico (51) con la tapa de un desagüe hasta arrebatarle la vida. Lo más increíble de ese fatal desenlace es que los agresores continuaron libando licor en una fiesta, al mismo estilo de los psicópatas.
Según indican los vecinos, los extranjeros se encontraban celebrando una fiesta en una vivienda de la calle Tumbes, en el distrito de Víctor Larco, Trujillo, cuando la víctima salió corriendo del local y el grupo de extranjeros lo perseguía, unas cuadras más allá lo alcanzaron y le propiciaron una golpiza con un objeto contundente.
Los vecinos de inmediato llamaron a los efectivos policiales la Sección de Investigación de Homicidios de Trujillo, para que acudan hasta el lugar de los hechos, donde hallaron el cuerpo sin vida del hombre de 51 años.
La policía irrumpió la vivienda dónde se realizaba la fiesta e intervino al grupo de venezolanos Antonio José Aponte Ruiz (27), Oswaldo Javier Sevilla Díaz (29), Daniel Eduardo Parra Perozo (22), Miguel Eduardo Parra Perozo (25), Yeilis Cristina Urbina Castillo (20), Liemyli Solimar Ruiz (44) y el adolescente G. A. L. R. (17) quienes no portaban sus cedulas de identidad, por lo que fueron trasladados hasta la comisaría de San Andrés para seguir con las investigaciones.
Uno de los vecinos, que prefirió no revelar su identidad, sostuvo que el mismo grupo de venezolanos siempre organizan fiestas y que a dos vecinos suyos le habrían arrebatado dos motos lineales, y que en varias oportunidades llamaron a los efectivos policiales para que los intervenga. “Hemos llamando en varias oportunidades a la Policía para que los intervenga, siempre hacen fiestas y no respetan a los vecinos, además han arrebatado dos motos lineales”.
Por su parte el amigo de la víctima Julio Hernández, pidió justicia para el agredido: “Pido justicia para mi amigo, recién me entero lo que le pasó y espero que a este grupo de extranjeros no los dejen en libertad”.
Sin lugar a dudas, una de las tareas del reciente presidente electo Pedro Castillo es la de poner mayor énfasis en las personas que están ingresando a nuestro país, ya que en la actualidad la frontera norte del Perú representa una vía de rápido acceso (y vía de escape) para los delincuentes provenientes del extranjero.
