Opinión

Travesía de Extrabares: Pisco Casa Cultura

Lee la columna de Rodolfo Ybarra

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Muchos grupos literarios y artísticos han crecido alrededor de un bar, una cafetería, una cantina o un restaurante. Verlaine, Rimbaud, Mallarme y Baudelaire se reunían en Paris. Berman cuenta cómo eran esos bares en su libro Todo lo sólido se desvanece en el aire. Aquí en Lima, Valdelomar, Vallejo, Mariátegui y sus amigos se juntaban en el Palais Concert (hoy convertido en una tienda por departamentos). Y en los 70-80s eran famosos el Palermo, el Wony, el ChinoChino. En los 90s, Las Rejas, el Queirolo y don Lucho y claro que estaban los bares de Barranco como La Noche, El Más Allá, etc. Hoy existe un bar en VES que mantiene está tradición y está dando batalla, su nombre: Pisco Casa Cultura (PCC).

Jose Zagazeta es el impulsor de este interesante proyecto que está convocando a poetas, artistas plásticos, músicos, cantautores y gran cantidad de público. Él mismo nos cuenta que quiso dedicarse a la pintura, pero los diversos avatares de la vida lo llevaron a convertirse en empresario, pero uno con alma de artista, muy interesado en la problemática de su localidad, tanto así que ha financiado libros de poesía y viene implementando la Primera Biblioteca de Arte, así como ponencias, conversatorios y recitales “Jueves Será” (verso de Vallejo) que esta semana convoca a poetas como Denis Castañeda, Karen Spano y el mismo Walter Espinoza, escritor y gestor cultural, quien se ha sumado a esta noble causa.

Lo curioso es la camaradería con todos los artistas que recalan en PCC, cuyo espacio no tiene nada que envidiar a los locales del establishment con paredes decoradas con obras de arte, antigüedades y demás detalles que hacen la estadía todo un placer y a la altura de un sibarita. Cabe resaltar que hay músicos ranqueados que bajan a los vernissages y encima se han dado el lujo de premiar a los mejores cajoneros de VES.

Finalmente, cuenta la historia que el poeta Jorge Pimentel escribió íntegramente su libro Primera Muchacha en el Cordano donde también bajaba Martín Adán y donde tuvo un encuentro con el poeta Allen Ginsberg quien le dedicó un poema en el libro Reality Sandwiches. Ojalá que este Pisco Casa Cultura implique también el nacimiento de nuevos grupos literarios y nuevos libros.

(Columna publicada en Diario UNO)

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