Trabajadores de Sucamec sin pagos y con un pie en la calle

En los últimos años las entidades del Estado se han caracterizado por incrementar su burocracia y sus presupuestos para acoger a los asesores de sus gerencias y superintendencias. En ese sentido, la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (SUCAMEC) ha desprotegido a sus trabajadores en la modalidad de locadores, porque desde hace dos meses no cobran sus haberes, a diferencia de los que están en la modalidad CAS.

Los locadores de servicios en Sucamec normalmente desempeñan labores administrativas y de sistemas. Ellos trabajan desde las 8.00 am hasta las 5.00 pm; es decir, tramitan procedimientos administrativos que son funciones cotidianas en la institución. Estos trabajadores cuentan con correos institucionales y reportan sus avances diarios; es así que, por orden de la Gerencia General, redactan cuadros de Excel con los expedientes avanzados, para medir su productividad laboral.

A pesar que, bajo el Principio de la Primacía de la Realidad, un locador, en esencia es un trabajador, la legislación laboral vigente ha convertido el trabajo informal en formal. No obstante, los locadores en Sucamec al final del mes trabajado lo que esperan es cobrar su sueldo (aunque no se pueda denominar así, ya que se desnaturaliza el vínculo laboral con la institución).

A ellos habitualmente les depositan sus haberes, que en promedio bordean los S/2500 soles, todos los días 25 de cada mes; sin embargo, hasta el momento no les han abonado en sus cuentas de haberes desde el 25 de julio, vale decir, ni agosto, ni septiembre y hasta ayer continuaban trabajando de modo normal, pero desde hoy, viernes 01 de octubre al principio no los dejaron ingresar a sus labores; pero en vista que en la puerta de acceso se aglomeraron, entonces, los dejaron ingresar, pero en estos momentos permanecen dentro de la entidad sin poder ingresar a los sistemas informáticos para poder realizar sus labores habituales.

Los locadores, en Sucamec evaluaban, imprimían copias, asistían todos los días a la entidad y motivaban las resoluciones que estimaban o desestimaban licencias de armas de fuego; sin embargo, desde hace dos meses ya no les emitían las respectivas ordenes de servicios y, por tanto, ya no había pago y tampoco podían expedir sus recibos por honorarios; mientras que en el día a día, ellos seguían cumpliendo con sus jornadas laborales.

Así se vulnera los derechos de personas que prácticamente son el motor de Sucamec; mientras que los salarios mínimos de los asesores o coordinadores generales (habría que ver si se encuentran contemplados en el Reglamento de Organización y Funciones o en el Cuadro para Asignación de Personal) bordean los S/8,000 soles.

Por lo visto, en Sucamec, no se premia la capacidad de gestión o la competitividad, más bien se premia a los allegados del superintendente y de sus gerentes.  

En esa línea, reproducimos textualmente lo que manifestó la anterior Jefe de la Oficina General de Administración (OGA), Nelly Patricia Zavaleta Vértiz que tuvo que renunciar a la Sucamec por las injusticias que veía dentro de la institución y por las imposiciones que recibía de la Gerente General María del Pilar Noriega López y de la gestión del superintendente Juan Álvarez:

“La decisión tomada responde a discrepancias con la Gerente General en su accionar con las contrataciones de locadores y la falta de respeto hacia mi persona y otros funcionarios, a través de imposiciones de contrataciones y sutiles amenazas de denuncias que tendría la Sra.  Maria del Pilar Noriega López en mi contra.

No acepto, ni jamás he aceptado imposiciones de ningún tipo porque me considero una profesional de accionar correcto y siempre transparente.

Lamento mucho que su gestión se vea empañada por tratos arbitrarios y autoritarios carentes de todo sentido humano hacia el recurso más importante de la SUCAMEC, que es todo su personal (CAS y locadores)”.

La renuncia irrevocable de la ex Jefa de la OGA revela y da cuenta de cómo se habría manejado a los “contratados-allegados” de la Gerente General y sus onerosos salarios, por más de S/5000 soles.

¿Cómo es posible que esto no se haya investigado por el Órgano de Control Institucional? ¿Para qué designó el Contralor Shack al señor Patiño Zeballos, sino es para investigar? Al parecer, han perdido la noción de lo que implica servir al Estado con sus administrados y mientras, algunos “privilegiados” cobran sus más de S/5,000 soles, los locadores siguen aguardando a recibir sus remuneraciones por los dos meses impagos y encima ya están con un pie en “la calle”, porque lo más probable, es que el próximo lunes ya no los dejen ingresar a trabajar.