He leído la sinopsis de la novela “Del barro nació la luz” que fue presentada por ASDRUBAL al Premio “Ricardo Palma” de Fomento de la Cultura en 1957, obteniendo el tercer lugar. El autor no fue otro que el poeta, maestro, ensayista huancaíno Antenor Samaniego Samaniego. La trama transcurre entre Lima y una provincia serrana y el estilo nos remite al colombiano Vargas Vila o quizá al italiano Gabriel Danunzio, pero fuera de estas cercanías, existe una consideración mucho más trascendente: La mirada que tuvo sobre la reforma agraria, pues lejos de la expropiación que se llevó a cabo con este sistema años posteriores, Samaniego planteaba de manera innovadora, una sociedad entre campesinos y hacendados, como una verdadera solución al problema del agro.
Creemos que esta manera de concebir el tema de la reforma se debe a sus propias vivencias, pues nacido en el bucólico distrito de Sicaya, provincia de Huancayo, en el departamento de Junín (30 de agosto de 1919), supo vivir las andanzas primero como niño, luego adolescente rural, ayudando en la siembra y cosecha de maíz, papas. A ello se uniría su ideario político que lo acerca al Apra, doctrina por la que sufrió persecución.
Antenor Samaniego Samaniego fue desde siempre un amante de la palabra, por ello de niño contaba o inventaba relatos cercanos a su entorno campestre y más tarde, supo convertir en versos esos maravillosos atardeceres en el campo o aquellas noches en que se abismaba con los plenilunios de la luna.
Sus ansias por descubrir los secretos del verbo, esa pasión por buscar un lenguaje para contar sus cosas, lo trajo a Lima y en Lima, enamorado de la que sería la compañera de su vida, la arequipeña Ruth Ramos Delgado, asistió primero como alumno libre y posteriormente ya “en serio” a clases en la Universidad Mayor de San Marcos, recibiéndose como Licenciado en Humanidades y con un doctorado en Educación.
Cuarenta años de docencia repartidos en colegios como el José María Eguren, Bartolomé Herrera, Leoncio Prado, Concordia Universal (cuyo himno él compuso), le dieron como premio alumnos de la talla de Mario Vargas Llosa, César Hildebrant, Luis Tipacti Melgarejo, Maynor Freyre, Luis Repetto, el cantante nuevaolero César Altamirano, entre otros.
Biblioteca particular
Diversa y selecta, así se puede definir la obra del “Hijo predilecto de Sicaya”, pues reúne un variado número de títulos: Del barro nació la luz, Lobos y no corderos (novelas); Abel Martín, Oligarcas de Poncho y Fuete, entre otros (cuentos); Rosa Precaria, Imágenes florales, Autumnario, Bahía del dolor, Poemas de Otoño, España en mi corazón (poesía); La Mercenaria, La Máscara, El hechizo (teatro); César Vallejo: su obra, Mario Florián, poeta indigenista (ensayos); además de sus reconocidos textos escolares.
La prolífica labor del poeta fallecido el 5 de enero de 1983, le mereció premios en todas las áreas de su creatividad.
Sus hijas, Silvia y Doris, decidieron perpetuar la trascendental obra de este maestro y catedrático principal de la especialidad de Literatura de la universidad Federico Villareal, entre otras, fundando una Asociación Cultural sin fines de lucro y realizar concursos promoviendo la búsqueda de nuevos valores.
Lima Gris, conversó con la reconocida periodista y coordinadora de la asociación, Isabel Velasco Asenjo, para conocer mayores detalles sobre el nuevo evento que ha programado.
El caso de Antenor Samaniego, de origen rural y más tarde convertido en maestro y escritor prolífico, es uno de los grandes ejemplos de superación que existen en el Perú. Sin embargo, ¿crees que se está haciendo algo en los colegios para descubrir estos talentos?
Lo de Samaniego fue la recompensa a su esfuerzo, a una pasión desarrollada desde su adolescencia, cuando en la letra de los huaynos descubre la poesía. Para él no fue fácil comenzar. Sus hijas, Doris y Silvia, refieren que de pequeño robaba los sacos de papel donde venía el azúcar que vendía su madre en su tienda de abarrotes. Con eso hacía sus libretas para escribir sus versos. Con estudios y dedicación logró realizar sus sueños. Se dedicó a la docencia (más de 40 años) y publicación de sus textos escolares (Castellano y Literatura, primaria / secundaria), así como obras de distinto género.
El Ministerio de Educación, anualmente, realiza los Juegos Florales, así como un Concurso de Narrativa y Ensayo “José María Arguedas”. Pienso que eso aporta y ayuda a que los estudiantes descubran su talento. El problema es que luego no pueden desarrollarlo.
Los concursos que promueve la Asociación Nacional Antenor Samaniego, ¿apuntan a ese propósito? Pero una vez realizado el evento, ¿se sigue apoyando a los ganadores? ¿Se publican los trabajos presentados?
Nuestra Asociación (ASONANSAS), fundada en el 2014, tiene ese propósito. Poner en evidencia el talento de los jóvenes y también adultos que buscan una oportunidad para mostrar su obra. Una vez realizado el concurso, difundimos y publicamos los trabajos de los concursantes, elaboramos una antología. Tratamos en lo posible de no perder el contacto y hacerlos participar en actividades a las cuales somos invitados.
¿Desde cuándo y por qué nació la iniciativa de estos concursos?
Este es el octavo concurso de poesía que hacemos. Iniciamos en el 2015, con una actividad orientada solo a alumnos de 15 años para arriba, de Lima y El Callo. Debido a la respuesta que obtuvimos, el siguiente año fue a nivel nacional, con dos categorías, jóvenes y adultos. Además del concurso de poesía, hicimos dos de cuento. Hoy el concurso es a nivel internacional y con la participación también de poetas extranjeros. Nació con la intención de continuar con la obra de Antenor Samaniego, siempre preocupado en facilitarle el camino a otros jóvenes que, como él, no contaban con los medios para darse a conocer. Es en su memoria que los realizamos.
Los diversos títulos de los concursos, ¿corresponden a temáticas diversas?
Así es, cuidamos siempre el rescate de valores, formar consciencia en torno a la responsabilidad que tenemos con la naturaleza, con nuestras costumbres, terruño, sentimientos patrios, amor al prójimo. La poesía para nosotros es un medio de reflexión, de exponer lo mejor del ser humano. Este año, la propuesta es analizar qué hemos aprendido de la pandemia, el por qué no cambiamos, ¿es qué no tenemos la capacidad de mejorar como sociedad, buscar la armonía, vivir en paz e igualdad? El plazo de entrega de los trabajos es hasta el 31 de julio de este año.
Dada la relevancia de los trabajos de este escritor y maestro, ¿no se pensó en crear una fundación que aparte de realizar los concursos, promoviera la edición de sus obras y permitiera su acceso vía virtual o de manera física?
Nos gustaría mucho poder difundir sus obras de manera impresa. Lo hacemos solo de forma virtual a través de nuestra página web (www.antenorsamaniego.net