Todo mal con Alejandro Soto: Software Turnitin descubre que su tesis de doctorado registra un 67% de supuesto plagio

Denuncias, investigaciones, un ejército de trolls, ‘aportes voluntarios’, y ahora acusado de plagio, esos serían a grandes rasgos los ‘méritos’ del congresista Alejandro Soto para obtener la Mesa Directiva del Congreso de la República. Una prueba más que la famosa meritocracia en el Perú se encuentra solamente en los diccionarios pero no en la realidad.

Una investigación realizada por Infobae Perú acaba de descubrir que la tesis de doctorado del congresista Soto se encontraría en un 67% llena de copias textuales de otros autores. La tesis, titulada “La responsabilidad civil de las autoridades elegidas por voto popular desaforadas por causales de vacancia”, fue sometida al software académico antiplagios Turnitin, el cual arrojó que en dicho texto hay más del 60% de similitudes con otras obras académicas.

No solo plagio, sino que el ahora presidente del Congreso no se habría tomado la molestia en corregir los errores ortográficos o de sintaxis, constatándose que mucho interés no tendría en la elaboración de obras de minuciosidad académica. El citado medio periodístico confirmó que el 38% del documento total corresponde a plagios de artículos académicos correspondientes a los abogados Carlos Urquizo Maggia y Julio César Castiglioni Ghiglino, principalmente.

En la página ocho, el legislador cusqueño, acusado de tener un ‘ejército de trolls’ que se encargaría de limpiar su alicaída imagen en las redes sociales, no tiene reparos en recurrir al ‘copia y pega’ para terminar su tesis, omitiendo párrafos sin que le interese en nada la coherencia en el texto.

“Además de estar plagada de una serie de errores autográficos, que ninguna investigación seria puede tener, en efecto hubo ahí un tema de plagio, de un trabajo de investigación que yo realicé muchos años atrás sobre responsabilidad civil extracontractual. Qué pena que no cumpla con criterios básicos. Como letrado que es él, conoce bien que el plagio es un delito que afecta a la persona que hace una investigación, no solo a nivel moral, sino patrimonial”, declaró Carlos Urquizo para Infobae Perú.

“Me sorprende mucho que este señor haya copiado y no haya puesto la referencia del autor, en este caso, mi nombre. Lamento mucho que existan personas que tengan este tipo de actitud, esta conducta debe ser reprochable y sancionable porque el Código Penal tipifica, con toda claridad y a todas luces, que esto es un delito con pena entre cuatro y ocho años, además de 180 días multa”, explicó y adelantó que, si el Ministerio Público no investiga de oficio, interpondrá una acción penal contra el titular del Poder Legislativo.

Otro de los perjudicados, el abogado Julio César Castiglioni, se mostró indignado porque el parlamentario hace uso y abuso del indebido plagio, y mucho menos sin siquiera citar a los autores.

Es así que Soto copió en su totalidad el artículo de Castiglioni titulado “Análisis de las causales de vacancia, suspensión y revocatoria de los cargos de alcalde y regidores”, el cual fue publicado en la revista electrónica del Centro de Estudios de Derecho Municipal de la Universidad de San Martín de Porres (USMP).

“¿Cómo es posible que un abogado, el presidente del Congreso, incurra en estas prácticas? Es un plagio burdo, yo estaría dispuesto a esclarecer públicamente y debatir con él sobre los alcances de la investigación que copia textualmente y, que yo sé, es mía. No hay mayor duda de que no existe ápice de su opinión, de un análisis propio”, declaró completamente absorto el letrado.

La respuesta del «enfático» Soto

El presidente de la Mesa Directiva no tuvo valor en responder al medio que investigó su tesis, sin embargo, sí contestó desde su cuenta de X (antes Twitter) las graves acusaciones que, una vez más, lo estarían pintando de cuerpo entero.

“Sobre la información emitida en relación a mi tesis para obtener el grado de doctor, debo aclarar que mi trabajo de investigación fue oportunamente revisado por las autoridades de la universidad en 2017, año en que la institución aún no contaba con el programa Turnitin, y aprobé todos los filtros académicos exigidos, por lo que se me otorgó una nota sobresaliente”, mencionó el pintoresco parlamentario que ya tendría los días contados en el Palacio Legislativo.