Bloqueo de carreteras, toma de aeropuertos, saqueo de la propiedad privada, quema de sedes del Ministerio Público, ataques a distintas comisarías, actos vandálicos en instalaciones de canales de televisión; pareciera que hemos retrocedido más de 30 años cuando el país se encontraba a la merced de grupos terroristas, cuya consigna era someter a la población bajo el miedo para que se cumplan sus exigencias, una de ellas la liberación de un “secuestrado” Pedro Castillo.
Ayer, mientras más de la mitad del país ardía en llamas, dentro del Parlamento los congresistas no hacían otra cosa más que insultarse, olvidando lo que pasaba en el interior del país. La prioridad para ellos ni es el bienestar de la gente, sino quedar bien parados unos frente a otros. Este Congreso no va más, pero la pregunta que todos se hacen es ¿hasta cuándo?
Se va a cumplir una semana de revueltas en casi todo el país, en donde ya van siete personas fallecidas —seis en Apurímac y uno en Arequipa—, y hasta el momento van casi más de un centenar de policías heridos que se resguardan como sea en sus comisarías, suplicando vía telefónica a sus colegas que les envíen refuerzos porque los manifestantes, entre ellos varios infiltrados que azuzan a la violencia, vienen asediando sus dependencias policiales.
En tanto, tardía fue la reacción del Ejecutivo que hasta ayer aún permanecían debatiendo en la capital, perdiendo valioso tiempo. Posteriormente, el premier Pedro Angulo anunció que los ministros recién se encuentran viajando a las regiones más convulsionadas para tender puentes de diálogo con los representantes de las marchas. Asimismo, la presidenta por sucesión Dina Boluarte viene preparando una reunión urgente con la CGTP.
Siete muertos y contando
Mientras en el Parlamento los congresistas no dejan de agarrarse a puño limpio y acusarse de “corruptos” y “terroristas”, y la presidenta Boluarte deshojaba ‘margaritas’, el último domingo el adolescente de iniciales D.A.Q. de tan solo 15 años se convirtió en la primera víctima de este fratricidio social. En cuestión de horas se conoció que Romario Quispe Garfias (18) también había perdido la vida en las protestas.
Otra jurisdicción donde las protestas cobraron intensidad fue Chincheros (Apurímac). Aquí falleció un segundo adolescente de 16 años, de iniciales R. P. M. Ll. También, Jonathan Lloclla Loayza (26 años), Wilfredo Lisarme y Jonathan Enciso Arias Choquepuquio, ambos de 18 años de edad. En esta localidad, la población respondió atacando e incendiando una instalación de la Policía.
En la región Arequipa fue asesinado Miguel Arcana, de 28 años, con un impacto de bala en la zona lumbar.