Cultura

Tierra, amor y muerte: entrevista a Víctor Hugo Becerra

Una entrevista de Rodolfo Ybarra

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Víctor Hugo Becerra es un novelista de fuste, cutervino de nacimiento, nos narra las problemáticas de su pueblo, el problema de la tierra (Mariátegui dixit), los amores de los hacendados y el amor inmarcesible que nace en las entrañas del pueblo. En esa lucha y diferencia dialéctica surge la esperanza acompañada de la lucha popular y los cambios históricos casi como un apocalipsis. De esta forma Tierra, amor y muerte nos devuelve al imago mundo de José María Arguedas, Manuel Scorza, Enrique López Albújar o Ciro Alegría.   

Hace unos meses, pudimos acompañar a Becerra en su presentación en Cajamarca por lo que descubrimos in situ que este libro no es solo un texto literario, aquí cantan los cajachos, bailan y tocan su Cajita Cutervina celebrando el triunfo de la vida que es el triunfo de la tierra y del agua sobre los señores feudales y sus protervos herederos en tiempos en que los pensamientos neoludistas y los ecowarriors tratan de levantar la voz con sus mensajes de alerta. Aquí la entrevista:

1.- ¿Por qué escribir un libro que hable del problema de la tierra en estos momentos?

 Se tiene que escribir porque el problema del campesino y la tierra no se ha finalizado. En el siglo XX se plantearon las grandes denuncias por los grandes escritores, pero todavía no se había resuelto. Creo que con Tierra, amor y muerte el problema del indio se cierra.

2.-Cajamarca ha tenido otra problemática diferente al sur andino. En la última presentación en San Borja dijiste que en Cajamarca casi no se habla quechua y que los pobladores en el campo son mayormente blancos. Esta cuestión del lenguaje y el fenotipo darían una connotación distinta a la problemática del sur, me refiero a Ayacucho, Puno, Junín, etc. ¿Puedes explicarnos, por favor, esta realidad y cómo influye esto en la novelística regional y en la nacional?

El fenotipo, color de la piel, lenguaje, no tiene nada que ver con el problema de la tierra, creo que es un problema tanto del sur y norte incluso de todos los hombres del campo de Latinoamérica. Con respecto del lenguaje, el quechua es un idioma tierno es muy distinto que el español que es un idioma más frio o personalista. Son diferentes tipos de hombres, diferentes pensamientos, pero cada quien actúa a su manera ante la adversidad. 

3.-Marcos Tirabanti, el personaje semifeudal de tu libro, es el clásico tirano y opresor de los pueblos, ¿existió este personaje en Cajamarca?

Marcos Tirabanti es un personaje ficticio, pero está basado en la vida de un terrateniente que fue propietario de muchísimas haciendas en la provincia de Cutervo.

4.-Tierra, amor y muerte se enmarcaría en lo que decía Mariátegui en sus 7 ensayos: el capítulo II, “el problema del indio; y, el capítulo III, ¿el problema de la tierra?

Sí. Con Tierra, amor y muerte se cierra el problema del indio porque el Perú de los 7 ensayos ya no existe. Considero que se debe hacer otros ensayos de la nueva realidad, de un país pluricultural, agrario he industrializado, el Perú de ahora.

5.-Sabemos que existen muchas diferencias en las provincias de Cajamarca, por ejemplo, entre Chota y Cutervo. ¿Estas diferencias existirían también en el campo literario?

La rivalidad entre Chota y Cutervo se dio a principios del siglo XX cuando muchos distritos del departamento de Cajamarca deseaban ascender al rango de provincia. Eran años de fervor provincialista azuzados por caudillos que reavivan los rencores en épocas electorales y en ferias comerciales. Desde los inicios de estos enfrentamientos los mediadores fueron los intelectuales de ambos pueblos. Hoy más que nunca existe gran confraternidad entre escritores de ambas provincias.

6.-¡Cómo escribe un autor autodidacta?

Una pregunta muy difícil, no sé cómo escribe un escritor profesional con muchos títulos. Yo solo conozco una manera. Primero hago apuntes de los que quiero escribir: investigación, entrevistas; viajes de exploración o conocer el terreno de los acontecimientos; es importante conocer la geografía, conocer detalles, algo que pueda servir para dar una atmosfera que ayude al relato; bueno, de ahí es cuestión de tiempo en algún momento después de muchos intentos de escribir, borrar  y corregir, das con una frase que arranca todo lo que has ido madurando en el cerebro, creo que a partir de ahí  es más fácil. Yo escribo así, no sé cómo escriben otros escritores.

 7.-Muchos críticos y amigos escritores –por ejemplo, Armando Arteaga– dicen que eres un escritor auténtico. Entiendo porque eres un escritor que le nace escribir y contar lo que pasa en su pueblo y asumir los riesgos que ello conlleva. ¿Te reconoces como tal?

Armando Arteaga es mi buen amigo y es muy generoso. No me considero escritor, pero sin duda alguna soy un narrador. Crecí rodeado de grandes narradores orales, mis parientes paternos me contaban historias camperas: de guerras, aventuras de exploración a la selva; creo yo, que era hechos violentos propios de nuestros pueblos latinoamericanos.

Yo escribo con esa oralidad de los narradores sencillos, de esos que se encuentran en cualquier hogar; narradores que tienen la capacidad llamar tu atención por horas. Cuando niños pasaba los tres meses de vacaciones en el campo; a la lumbre y abrigo del fogón escuche historias fascinantes, contados sin censura, pues ellos hablaban con todas sus lisuras, eran historias como la miel para los oídos; y en el hogar, en la ciudad, mi madre nos contaba fabulas bellísimas, más sutiles, con otro lenguaje; mi familia materna eran más delicados, mi abuelo nunca pronuncio una lisura, pero no por eso sus narraciones  no eran entretenidas; por otra parte, mi padre como era maestro, nos exigía a mis hermanos y a mí la lectura; la lectura era un trabajo obligado, obligado al inicio, después ya fue una actividad placentera, descubrimos el comic, las fabulas y posteriormente la literatura

8.-En tu novela también hay una candente historia de amor. Se podría decir que el amor en el campo es más pasional y arrastra un erotismo distinto y contrario a lo que se podría pensar. Ese erotismo es, se podría decir, incluso, superior al erotismo citadino. Emilia Quiroga, uno de tus personajes, no tendría nada que envidiarle a Madame Bovary. ¿Estás de acuerdo con esto?

Creo que cada mujer es única independientemente de donde sea su origen. En las grandes ciudades quizá están más al día de los acontecimientos, no sé, de tendencias culturales, modas, costumbres. Pero en el campo, en los pueblecitos, las mujeres su despertar es una gran aventura erótica, pues tú puedes ver a las mujeres defendiendo a sus hombres, incluso llegar a los golpes, en las ferias dominicales se ve peleas de mujeres que son capaces de matarse si no son detenidas, todo por el amor de un hombre, son mujeres que saben amar y saben odiar. Creo que Emilia Quiroga y Madame Bovary, sería una comparación muy difícil. Madame Bovary fue un personaje que escandalizó a la sociedad de su época, además una novela convertida en clásico universal; pero creo yo, que el despertar del amor de Emilia, un amor sano, de dos jóvenes que se aman, al inicio ingenua como jugando, después más intenso, llegando hasta la perversión; Muy diferente al amor casi frívolo, un romance empujados por la mediocridad del marido de madame Bovary. Creo yo le convierten a Emilia Quiroga en un personaje muy rico, quizá no a la altura de madame Bovary, pero sí con sus virtudes.                                                                                                                                                                                                                                                                            

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