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THE SUTEP IS DEATH

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Hasta ahora el principal logro de Pedro Castillo es haberle regalado a la derecha una SUTEP rota. Pase lo que pase después de esta huelga el balance final será que tendremos una institución menos en el Perú, y en un ambiente de arremetida fujimorista (recuerden lo del LUM) e incapacidad de los agentes democráticos esto es fatal. Sin instituciones sólidas no se puede afrontar los populismos oportunistas. Quizá por ello a Pedro Castillo no le apestó reunirse con la bancada fujimorista en el Congreso la semana pasada.

Desde que los mandos nacionales del SUTEP (a la sazón controlada  por PATRIA ROJA) llegaron a un acuerdo hace menos de un mes con el MINEDU, la respuesta de un sector al comienzo minoritario del profesorado de provincias fue deslindar con sus representantes y apostar por continuar  con la huelga. La consecuencia de todo esto es que ni el  MINEDU ni el EJECUTIVO  pueden llegar a un acuerdo con los profesores, porque en vez de dialogar con una cabeza tienen una hidra con que conversar, no solo no es un interlocutor válido (el problema educativo es nacional no regional) sino que es informal legalmente, y peligroso políticamente, pues de tener éxito impulsaría  la fragmentación de otros sindicatos. Posiblemente es por este análisis que la CGTP ha apoyado tibiamente esta huelga, y los demás gremios centralizados como los de SALUD teman que el efecto llamada que genere el éxito de esta huelga sea perjudicial a largo plazo.

Por eso, mientras en el sector educación continúe esta anarquía dirigencial, hace impracticable todo acuerdo y estira el chicle de la protesta que se va radicalizando más y más. De hecho Pedro Castillo saldrá ganador en un plano individual, no faltaran ofertas para presidente regional o congresista (incluso de parte del fujimorismo.  ¿O creen  acaso que esa reunión con los fujimoristas era para solucionar la huelga?).

Los profesores que necesariamente secundan la huelga no entienden todavía que están destruyendo su sindicato. Y que en el Perú los sindicatos e instituciones que mueren ya no resucitan así sea Domingo de Ramos u Octubre Morado.

La desinstitucionalización del país es un fenómeno acuciante que data de años, pero hacerlo ahora es suicida, sobre todo de dirigentes (se supone) políticamente concientizados.

Al Gobierno finalmente no le importa si el sindicato se pulveriza, es de derecha y está claro, pero a nivel país crea un panorama de desconcierto y un caos que pueden aprovechar grupos extremistas para colar su discurso radical.

Ahora que se ilegitima a los profesores con el san Benito de terroristas pro Movadef, solo se cultiva una panorámica en que después se pueda justificar una solución más radical que no excluya la violencia.  Porque si las puertas se cierran entonces solo queda derribarlas… así sea a dinamitazos. ¿O acaso olvidaron 1992?

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