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The Card Counter, de Paul Schrader (2021)

Lee la crítica de cine de la semana de Mario Castro Cobos.

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De manera inmediata el protagonista de esta película no puede sino recordarme y reencontrarme con el autómata espiritual (‘El esclavo que obedeciendo a dios es libre’). Este hombre tiene un destino y lo va a cumplir aunque no quiera. Su cuerpo o algo misterioso en él (dentro de él, pese a él) lo llevará.

De Spinoza al jansenismo y Bresson puro, por supuesto. Schrader, solitario continuador de Bresson, marcado como él por una cosmovisión religiosa intragable. Sin negar la sensualidad lujuriosa del mundo incluso como algo positivo, está la idea irreductible de un camino inevitable y singularmente duro hacia la potencia de la redención.

No se trata de un ladrón de carteras o de un condenado a muerte que se escapa pero las habilidades específicas que no dejan de ser mentales son la razones del cuerpo sin las que no se entiende el alma. Y el infinito allá afuera es asimilado por el preso como inseparable (divinamente complementario) del infinito aquí dentro. Pasa sin problemas de manejar por las carreteras (so american) a su lost highway, a su carretera interior.

La rutina no constituye angustia o hundimiento sino ocasión para el ejercicio espiritual. La insistencia-en-lo-mismo, el conocimiento de las variables dentro de la constante, implica acercamientos a la perfección. No obstante un modelo de vida dentro de un ámbito predecible se prueba en su caso insostenible. La necesidad de asumir nuevas o antiguas variables se impone. El cuerpo es concreto, habla y hay que seguirlo. Adiós soledad robótica, hola melodrama.

Variables, desestabilizadoras / re-estabilizadoras, o sea, personajes; dos: el amigo-hijo y la mujer. Modificadores de la rutina, presuntos agentes de la catástrofe y la redención. En ambos reluce la tarea inacabada, lo que hay que hacer para alcanzar la plenitud y reinstaurar un equilibrio, un frágil ensayo de justicia.

Ah el viejo mito del héroe más o menos disfrazado combatiendo incomprendido y hasta ilógicamente contra el mal.

La coherencia de Schrader con la idea o con el dios que lo posee es apasionante. Schrader sabe bien a qué juega. La apuesta era alta (y aunque el papel de Defoe explicite la payasada del cliché) dedos y uñas unidos milagrosamente contra el muro transparente (que visibiliza y corporiza las prisiones previas del alma) lo dicen todo.

Tráiler

Película completa
https://cinefiliamalversa.blogspot.com/2021/09/the-card-counter-el-contador-de-cartas.html?fbclid=IwAR1JI4YLzS_Ya2IsD_k0cDHXNDY4_yWeWaq97V16qG3-DUuSvZDmYqmSkGY

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