A 23 años de la captura del genocida Abimael Guzmán, el escenario nacional se encuentra más convulsionado que nunca. Una primera dama cuestionada por sus poderes secretos en ejercicio, la inesperada aparición de granadas de guerra en toda la ciudad, una periodista iletrada que acaba de ser expectorada del canal de la concentración, y que funge de veraz al haber desembolsado dizque de su bolsillo treinta mil dólares para obtener primicias de un prófugo de la justicia.
La agresiva práctica colectiva de diferentes comités vecinales que toman la justicia por sus propias manos a través de la campaña de las redes sociales: Chapa tu choro;y la reciente captura en Ecuador de un criminal imberbe que tiene nexos con el aprismo y que se le compara con el legendario Tony Montana del filme de Brian de Palma, hacen de la actual coyuntura una nebulosa que ayuda principalmente a que las irregularidades e inoperancias del actual régimen sigan como se dice: pasando piola.
No obstante, nadie debe olvidar la barbarie que atravesó el país desde inicios del año ochenta, lo que muchos ligeros de opinión llaman guerra armada interna, como así lo denominó la “Comisión de la Anti-Verdad e Irreconciliación”, no es otra cosa que TERRORISMO. Dicha práctica criminal que estuvo a cargo de bandos subversivos de tendenciasmaoístas izquierdistas-comunistas, cobró más de 25, 000 víctimas a lo largo de 20 departamentos del país.
Por ello, el Colectivo 12 de septiembre, y el AFAVIP (Asociación Familiares Víctimas del Terrorismo) realizaron este fin de semana una marcha congregada por la mañana en el Parque Kennedy de Miraflores, para conmemorar la captura del más grande genocida y enemigo público, el terrorista Abimael Guzmán. El recorrido de la marcha que rindió homenaje a las víctimas de Sendero Luminoso y el MRTA se realizó por la avenida Larco, hasta culminar en el bulevar Tarata. ¿Quién puede olvidar el horror sufrido por los vecinos miraflorinos la noche del 16 de julio de 1992?, en que dos coches bomba repletos de anfo y dinamita explotaron en la cuadra 2 de dicha calle cuando aún tenía calzada. No olvidaré esa noche que me encontraba a pocos metros en el Chifast de Benavides, y que de pronto una estrepitosa detonación llenó de humo gris todas las calles aledañas, y que miles de trozos de vidrios disparados por la onda expansiva viajaron a través de cuadras por toda la avenida Larco. El saldo de esa fatídica noche dejó decenas de muertos, centenas de heridos, y más de 500 predios destruidos, así como automóviles que se hallaban estacionados. Desde esa vez el barrio clasemediero de Miraflores comprendió y vivió en carne propia que el terrorismo no solo existiría en Ayacucho y alrededores.
En la marcha pacífica que realizó el Colectivo 12S, se vociferó a los vecinos que la memoria está vigente y que nunca más debe darse tregua a los malsanos ideólogos que en nombre de la injusticia social buscan adherir a nuevos jóvenes incautos para renacer en su búsqueda del terror que solo tiene hambre de poder, como lo demostró el tristemente celebre camarada Gonzalo que a diferencia de sus subordinados que flagelaban asesinando a los más oprimidos en el interior del país, y en la capital, él se pasaba la dolce vita residiendo en los mejores barrios de Lima en bacanales desenfrenados.
Si bien actualmente los narcoterroristas existentes que operan en la región oriente del país, no logran trascender, en nuestra capital la opción y/o versión política de Guzmán a través del Movadef que busca participar de los comicios electorales, NO DEBE IR MÁS, pues, es penoso escuchar a muchos jóvenes universitarios defender dicha agrupación que se vende como la que busca la armonía social. Muchos nos preguntamos ¿Dónde están los decanos de las diferentes facultades académicas que no ejercen campañas de información para que los jóvenes incautos dejen de adherirse a esta agrupación pro-terrorista?
Acaso, luego de veinte años de barbarie, una Comisión de la Verdad que dio su informe en parte sesgado y que fue influenciada por esa indeseable izquierda para emitir instrucciones que concluían en una Política Sistemática y Generalizadade violación de derechos humanos de parte del Estado peruano, y cuyos mayores violadores fueron según ellos las propias Fuerzas Armadas y Policiales. Nadie que tenga sentido común puede negar que se cometieron excesos de parte de muchos miembros de las fuerzas del orden en las denominadas zonas de emergencias, pero de ahí a involucrar a sus instituciones con una política de aniquilamiento total hacia los civiles, no es más que una infamia.
Así se opera en el Perú pues, alimentando el silencio, que solo engorda los informes oficiales de instituciones incompetentes y acomodaticias que se influencian de la Izquierda que ya se halla muerta en vida, y que arremete con querer resucitar, manipulando así a jóvenes políticos, y a dirigentes de esas ONGs pro derechos humanos (dicen que esa es su verdadera misión) que más bien son Pro-terroristas, y que reciben sumas millonarias para defender e indemnizar a los parientes de subversivos que asesinaron a otros peruanos. Sin embargo, en el mundo al revés que viven estos caviares, no se ceja de condenar a los valerosos comandos Chavín de Huántar como los verdaderos violadores de los derechos humanos solo por haberse enfrentado a los verdaderos terroristas y asesinos, para defender a desarmados rehenes civiles. Tampoco olvidemos a los valerosos miembros del mejor equipo de inteligencia de los noventa: El GEIN que fueron los verdaderos artífices de la captura del terrorista Guzmán.
¿Acaso somos peruanos de nombre? Para ser peruano necesitamos defender la memoria nacional, esa memoria que para muchos de nosotros vale un pepino, pero que es tan inmortal como la herida que causó el TERRORISTA Abimael Guzmán, una herida que por más que transcurra el tiempo, no cerrará si es que no nos encargamos de impartir en nuestros hogares el civismo, el amor a la patria, y en especial, la historia verdadera de los grupos terroristas que azotaron de violencia a nuestro Perú. No obstante, celebramos que existan grupos, y colectivos como el 12 de septiembre que con sus iniciativas contribuyen a preservar la paz y al repudio del terror subversivo.