Todos los peruanos condenamos y rechazamos el reciente sanguinario atentado terrorista de la organización criminal Sendero Luminoso (SL) perpetrado el 23 de mayo pasado en el centro poblado San Miguel del Ene, en distrito de Vizcatán el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem).
De acuerdo al comunicado oficial del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (CCFFAA), resultaron 16 peruanos fallecidos, entre ellos cuatro menores de edad (https://tinyurl.com/c5sdrm8). No hay duda de que el atentado terrorista ha sido perpetrado por el Militarizado Partido Comunista del Perú (MPCP), una escisión de Sendero Luminoso que opera en el Vraem, aliado con bandas de narcotraficantes.
Este hecho nos debe llevar a la reflexión en torno a la violencia terrorista que asoló al Perú en las décadas del ochenta y noventa.
El mes pasado, y en esta misma columna, en un artículo titulado “Desmitificando el terrorismo desde la sociología histórica” señalaba que “uno de los axiomas fundamentales de la sociología histórica es que hay que conocer el pasado para no repetir en el presente los errores de antaño, errores que en realidad fueron horrores, cuando pensamos en el Perú y el tremendo daño material, moral y económico que ocasionó la demencia e insania del terrorismo durante las décadas del ochenta y noventa a manos de Sendero Luminoso y el MRTA”.
Sin embargo, vemos con sorpresa que hay quienes quieren manipular estos hechos, atribuyendo el atentado a una maniobra para beneficiar al fujimorismo, lo cual es una afirmación falsa e irresponsable.
Podemos afirmar que el atentado terrorista perpetrado en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) contra la población civil el 23 de mayo de 2021 en San Miguel del Ene, localidad de la provincia de Satipo (Dpto. Junín), asesinó a 16 personas, incluidos menores de edad. En el lugar de los hechos aparecieron reveladores volantes en los que el Militarizado Partido Comunista del Perú (MPCP) se adjudicaba la masacre.
“Tenemos que limpiar el Vraem y el Perú de cuchipandas o prostíbulos, de orates, de degenerados homosexuales, de degeneradas lesbianas, de drogadictos, de individuos indisciplinados que no respeta a nadie (sic), de rateros, de secuestradores, de corruptos, de soplones, de espías, de infiltrados, de traidores, de excremento de perro, tipos como el ‘Gordo John’ de Pichari”, amenazó uno de los volantes escritos a mano por el remanente de los emepecistas en los pueblos de la margen izquierda del río Apurímac.
En el pronunciamiento de los terroristas emepecistas de la organización criminal Sendero Luminoso (SL) se lee: “Es insano y falta de dignidad, permitir que algunos estén actuando como peleles y mendigos recibiendo mendrugos de las ONG como Pensión 65 [sic] Programa Juntos, Qali Warma, Comedores Populares, etc.”.
El Militarizado Partido Comunista del Perú (MPCP) perpetró el atentado de San Miguel del Ene el 23 de mayo de 2021 donde fueron asesinadas 16 personas.
Como el hecho aconteció en el marco de la segunda vuelta electoral de las Elecciones generales de Perú de 2021 entre Keiko Fujimori y Pedro Castillo, también existió una advertencia para no votar por la candidata de Fuerza Popular (FP): “¡Quien vote a favor de Keiko Fujimori es traidor, es asesino del Vraem, es asesino del Perú!”.
El periodista Francisco Ugarteche en su artículo “Mareando la perdiz” (https://tinyurl.com/2s4p29hn) ha señalado sobre el atentado de San Miguel del Ene: “Los rojos se resisten aceptar que los autores de tan cobarde crimen colectivo fueron senderistas, marxistas, leninistas, maoístas y buscan encontrar variantes y diferencias entre los terroristas que dominan el Vraem, con intención de exculpar a los autores intelectuales, los Quispe Palomino, socios de Vladimir Cerrón en obras del gobierno regional de Junín, patrocinadores de la candidatura de Pedro Castillo. Tampoco tiene sentido alegar que se trató de narcotraficantes, que no son de sendero, cuando sobrevivientes de la masacre identifican al camarada ‘Carlos’ o ‘Darío’ como el cabecilla del pelotón que perpetró el atentado terrorista”.
Ahora, cuando el “fantasma del terror” reaparece en ideologías radicales maquilladas y camuflado bajo el eufemismo de “lucha social”, nuestra obligación es señalar quién fue Manuel Rubén Abimael Guzmán Reinoso, conocido como “Camarada Gonzalo”, cabecilla de Sendero Luminoso. En su informe final, la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) atribuye a SL ser causante de la mayor cantidad de crímenes y masacres durante el período de violencia terrorista en el Perú (https://www.cverdad.org.pe/ifinal/).
El informe es contundente y no quedan dudas: La CVR estima que la cifra más probable de víctimas fatales de la violencia es de 69,280 personas. Para la CVR, el Partido Comunista del Perú PCP-SL fue el principal perpetrador de crímenes y violaciones de los derechos humanos tomando como medida de ello la cantidad de personas muertas y desaparecidas. Fue responsable del 54 por ciento de las víctimas fatales reportadas a la CVR.
Hoy más que nunca, decimos: ¡Terrorismo nunca más!