Avelino Guillén presentó su renuncia el viernes pasado al no tener el respaldo del presidente Castillo. Durante más de un mes se creó una tensión entre el exministro y el comandante general de la Policía, Javier Gallardo. A pesar de las gestiones y el acercamiento al presidente, Guillén intentó la destitución del comandante general sin éxito.
La carta de renuncia de Avelino Guillén fue presentada dos días después de que las autoridades decretaron un estado de emergencia por 45 días en las regiones de Lima y Callao que permite que las Fuerzas Armadas colaboren con la policía en el patrullaje y la suspensión de ciertos derechos fundamentales.
Con la salida de Guillén, en las próximas horas juramentará un nuevo Ministro del Interior y sus primeras acciones serán: Declarar en emergencia la seguridad ciudadana. Declarar en reorganización a la Policía Nacional del Perú y pasar al retiro al comandante general Javier Gallardo Mendoza. Es decir, la decisión desde Palacio de Gobierno ya ha sido tomada.
Según una publicación del semanario Hildebrandt en sus trece, desde septiembre, el general Gallardo sacó a más de 1.700 policías experimentados de unidades policiales clave —como la encargada de los operativos contra el crimen organizado y la lucha anticorrupción y la división antidrogas— y los trasladó a otras divisiones sin ningún argumento. Esto fue el inicio de una gran tensión dentro de la institución policial.
El desenlace de esta historia la dará el propio presidente Pedro Castillo, quien según nuestra fuente, ya tomó la decisión del cambio en el Ministerio del Interior.