Por Edison Mamani
Con 20 firmas puedes presentar una interpelación: provocar desgaste político en un ministro por dos semanas. En este espacio está la izquierda y progresistas de izquierda.
Con 33 firmas, además puedes comenzar a soñar con que se apruebe tu admisión, y provocar un desgaste mucho mayor en el ministro, siempre y cuando los 33 no sean solo de la izquierda y progresistas de izquierda, sino que también incluya a congresistas del centro, de tal forma que al existir intereses compartidos hay la probabilidad de una expansión a los 40.
Con 40 a 44 firmas, aproximadamente, ya puedes burlarte de un ministro, y hacerle pedidos intentando coaccionarlo, en términos políticos. Aquí la izquierda y progresistas de izquierda tiene que tener el apoyo del centro necesariamente. En este nivel estaba la izquierda en la época de Pedro Castillo.
Con 55 firmas, surge el sueño ya no de interpelar sino de censurar a un ministro. No es seguro, pero se inicia esa probabilidad. En consecuencia, el desgaste político y el estrés para el ministro será de un mes aproximadamente. En la práctica depende de Fuerza Popular. De Alianza para el Progreso también, pero como es oficialista al 100% nunca en bloque han apoyado una censura.
Con 66 firmas, el ministro es coaccionado fácilmente.
El objetivo principal de una interpelación no es censurar a un ministro, tampoco es escucharlo. Es crear desgaste político. En muchos casos, el ministro ha renunciado producto de la presión mediática. No interesa el contenido de una moción, sino los intereses de los firmantes y votantes.