El 13 de setiembre del año 2019 la Sala Civil del Cusco había ordenado la demolición total del Hotel Sheraton que había sido construido desde el 2011, y que se encuentra sobre las bases de tres muros incas, perjudicando, además, de “manera irreversible” según un informe elaborado por la Contraloría, canales y empedrados de la época colonial.
A pesar que en la zona donde se edificó ese hotel se encuentra considerado dentro del Plan Maestro del Centro Histórico del Cusco, algunos malos funcionarios se habrían hecho de ‘la vista gorda’ permitiendo los permisos para tan aberrante edificación de 9 pisos y 2 sótanos, contraviniendo explícitamente la ordenanza que indica que ahí solo se puede construir edificios de hasta dos pisos.
Al respecto, Lima Gris conversó en el año 2020 con el abogado Heracleo Cereceda quien nos brindó mayores detalles de lo que se encontraría oculto en el mal proceder de algunos funcionarios de Dirección Desconcentrada de Cultura(DDC) del Cusco de ese momento.
“Debe demolerse todo, más aún con los detalles que se están revelando. Lo que debemos tener en cuenta es que con lo sucedido se demuestra la responsabilidad de los funcionarios que trabajaron en la DDC, pues a pesar de que hubo inspectores en la construcción jamás se observó nada, ¿Cómo es posibles que los directores de línea y el propio director de la DDC Ricardo Ruiz Caro, no hicieran observaciones?, en este caso no se han cometido delitos menores, sino que existe una organización criminal y desde ese enfoque se tiene que denunciar”, explicaba el letrado.
A lo visto hasta la actualidad, el Tribunal Constitucional (TC) ha ordenado al Quinto Juzgado Civil de la Corte Superior de Justicia del Cusco que se ejecute la demolición de los nueve pisos y dos sótanos del hotel Sheraton ubicado en la calle Saphi, tal como se dispuso en la sentencia del año 2019.
Ante el fallo del TC, la Comisión de Juristas contra la Corrupción y por la Defensa Social, que ha asumido la defensa del patrimonio cultural, procedió a solicitar una reunión con la Dirección Desconcentrada de Cultura y con la Municipalidad de Cusco para tratar en buena forma que cumplan la sentencia y no sigan resistiéndose a los mandatos del Poder Judicial.
“Esta construcción queda a dos cuadras de la plaza de Armas de Cusco, en la calle Saphy, palabra quechua que significa ‘raíz’, para nosotros raíz de nuestra civilización. Allí había cinco filas de andenería inca bastante extensa que son parte de las bases del Sacsayhuamán. Hemos denunciado estos hechos desde el 2014, cuando recién se hacían las excavaciones y recién se estaba trasladando la tierra hasta un sector de Sacsayhuamán que se llama Llaullipata. Las excavaciones eran tan profundas que afectaron el muro de contención del río Saphy que está debajo de la calle del mismo nombre, la misma que se desmoronó”, relató la abogada T’ika Luizar Obregón, integrante de la Comisión de Juristas contra la Corrupción y por la Defensa Social.
La abogada añadió que se están convocando a los cusqueños y a toda la comunidad nacional e internacional sensibilizados con este caso para que se sumen a una jornada en defensa de este patrimonio y puedan hacer una bolsa común destinada a desmontar pronto esta construcción. Asimismo, asegurar la restitución de los andenes incas destruidos.
“La empresa hotelera tendrá que asumir, conforme a ley, el costo económico de la demolición, pero no vamos a esperar otros 10 años más para que se derribe esta edificación y se restituyan los andenes incas”, sostuvo la abogada T’ika Luizar Obregón.