Horas de terror, así se podría resumir el torbellino que viene viviendo el país del medio Oriente luego de la llegada de los talibanes, grupo fundamentalista del Islam que restringe los derechos y libertades de los ciudadanos afganos, sobre todo a las mujeres, quienes tienen que vivir bajo la sombra de costumbres ancestrales.
Todo empezó semanas atrás cuando las tropas de EE.UU. y la OTAN iniciaran la fase final de su retirada en ese país luego de 20 años de permanencia. Una semana antes de la toma del poder, los insurgentes talibanes ya venían asediando la ciudad de Kabul exigiendo la renuncia del mandatario afgano Ashraf Ghani, quien finalmente dio un paso al costado señalando que lo hacía para evitar “un baño de sangre”.
La salida de Ghani del poder era una de las principales demandas de los talibanes durante las negociaciones que han mantenido durante meses con el gobierno, pero el presidente se había aferrado hasta ahora al poder. Finalmente, el último domingo las fuerzas talibanes llegaron hasta las puertas de Kabul, encontrando el camino libre para la toma del poder.
Enterados de ello, miles de ciudadanos se agolparon hasta el aeropuerto de la ciudad para intentar huir del régimen talibán.
La marea de gente comenzó a llegar desde anoche al aeropuerto internacional Hamid Karzai, en la capital afgana, con muchos de ellos sin ni siquiera documentos de viaje o visado, dejando imágenes angustiantes, después de que los talibanes entraran en la ciudad culminando su victoria final tras dos décadas de guerra.
La mayoría son personas comunes que se apresuraron al aeropuerto llevados por la idea de que Estados Unidos, que está evacuando a su personal en el país, va a sacar a los afganos, dijo a EFE un funcionario del aeropuerto, que pidió el anonimato.
De momento ni las fuerzas de seguridad afganas ni los combatientes talibanes han asumido la seguridad del aeropuerto, aseguró.
La turba ha dejado decenas de personas golpeadas, entre ellos niños, que se lanzan unos sobres otras para llegar a la pista, donde permanecen algunos aviones programados para una limitada evacuación de extranjeros, detalló.
En este momento, todos los vuelos desde el aeropuerto internacional Hamid Karzai están temporalmente suspendidos, informó en un comunicado la autoridad de Aviación Civil de Afganistán.
“No se acerquen al aeropuerto hasta que se reanuden los vuelos”, añadió.
Vídeos difundidos en las redes sociales muestran a cientos de personas empujándose y trepando sobre otros para subir a un avión, y en otros se escuchan incluso disparos en las cercanías.
Un país tomado por el terror y el caos.
La situación es de pánico en la capital, con las autoridades afganas pidiendo a todos los funcionarios que abandonen sus puestos de trabajo y vayan a sus hogares, mientras cierran tiendas y bancos, con el tráfico paralizado por grandes atascos.
“Nos esperan días muy oscuros, muy violentos e impredecibles”, ha asegurado a RNE el exdiplomático afgano Hamed Ahmadzada, quien teme que si finalmente los insurgentes toman el poder estarán «bajo el mando de un grupo armado, violento» y que «no respeta los derechos humanos».
Por su parte, El papa Francisco ha expresado este domingo su «preocupación» por la situación en Afganistán y ha pedido que «cese el ruido de las armas y se encuentren soluciones en la mesa de diálogo».
En tanto, El Consejo de Seguridad de la ONU mantendrá este lunes una reunión de urgencia para abordar la toma de la mayoría de las provincias de Afganistán por parte de los talibanes y la huida del país del presidente afgano, Ashraf Ghani, han confirmado fuentes diplomáticas.